El arte de abrazar la incertidumbre: disfrutar el aquí y el ahora
Una de mis técnicas favoritas para poder conectar con el presente, además de la meditación, es una variante llamada Mindfulness o atención plena
¿Qué irá a pasar mañana? ¿Qué me depara el futuro? ¿Estaré haciendo las cosas bien y asegurándome un mejor porvenir? El afán de control, es decir, el deseo intenso de querer dominar cada segundo de nuestra vida y de quienes nos rodean sin ningún espacio para la improvisación o la sorpresa, es una de las principales causas de la ansiedad que a su vez deviene en altos niveles de estrés que tanto aquejan hoy en día a buena parte de la población mundial.
En la acera de enfrente, encontramos el deseo genuino de abrazar la incertidumbre como la mejor vía para encontrar bienestar y equilibrio en nuestro transitar por la vida.
Abrazar la incertidumbre no significa dar un salto al vacío sin ninguna red de apoyo que garantice nuestra supervivencia. Eso sería suicida y muy arriesgado al no medir el control de daños. Muy por el contrario, abrazar la incertidumbre implica dejar que la vida nos sorprenda, entender que hay situaciones que no podemos (debemos) controlar y fluir con lo que nos va sucediendo, a su ritmo, sin ansiedad, con la confianza de que “lo que ha de ser; será”.
Los niños, en su infancia temprana, son una muestra de ese abrazo a la incertidumbre que deberíamos copiar. Son capaces de maravillarse con lo más básico, se divierten y viven al máximo cada segundo, sin afanarse en qué día de la semana es y dándose el permiso para disfrutar el aquí y el ahora sin sentimientos de culpa.
Una de mis técnicas favoritas para poder conectar con el presente, además de la meditación, es una variante llamada Mindfulness o atención plena (cuyo juego de palabras podría llevarnos a contrastarlo con Mind full: Mente Llena) que no es más que la capacidad para apagar el “piloto automático” (revisa mi columna anterior) y poner el foco en el momento que vivimos: el verdadero regalo que nos permite analizar a fondo nuestras reacciones ante lo que pasa.
Según un estudio reciente realizado en la Universidad Johns Hopkins y en el cual se revisaron 47 pruebas clínicas con 3.515 participantes, se encontró un efecto moderado de las intervenciones basadas en Mindfulness sobre el estrés y el bienestar psicológico cuyos resultados arrojaron que la práctica de esta técnica puede ser, al menos, tan efectiva como los medicamentos para la depresión y la ansiedad.
Cuando logramos “acallar” nuestra mente y escuchar nuestro interior, la confianza hace la magia y aparece la certeza como la mejor clave para poder abrazar la incertidumbre desde la fe de que todo va a estar bien.
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