Expandillera de la MS-13 se disculpa en plena corte con sus hijos por macabro crimen
Pero, ya es muy tarde...
Una madre que había intentado sin éxito salirse de la MS-13 terminó encubriendo un crimen en West Virginia.
Shannon Sánchez fue sentenciada en una corte federal de Alexandria a 70 meses de prisión.
Sánchez, de Leesburg, participó en el asesinato en mayo 21 de 2016, de Carlos Otero Henríquez, de 18 años, junto a otros miembros de la pandilla.
Supuestamente, la convicta quemó la ropa de Otero Henríquez, quien supuestamente pertenecía a una banda rival. Posteriormente, Sánchez limpió con blanqueador el cuchillo que usaron para el asesinato. La mujer, además, habría prestado su camioneta en la que montaron a la víctima y le limpió la sangre tras el crimen.
“Las palabras no pueden explicar el remordimiento y la angustia que siento”, le dijo Sánchez, de 36, a la madre de Otero Henríquez. “Yo desearía traer a tu hijo de vuelta”.
A sus hijos le dijo al ser sentenciada a finales de abril: “No dejen que mis errores determinen sus rutas de vida”.
Sánchez pertenecía a la Mara Salvatrucha cuando era adolescente. Posteriormente, se retiró de la pandilla porque se casó y tuvo hijos, según reportó el Washington Post.
Sin embargo, como los tatuajes que caracterizan a los miembros del grupo criminal, la pandilla
permaneció en ella.
La mujer se reintegró a la ganga cuando su esposo cayó en prisión. Para el quinceañero de una de sus hijas, el amigo de uno de los adolescentes invitados a la fiesta llevó un grupo, entre los que se encontraba Dublas Lazo, un miembro de alto nivel de una clica local de la MS-13. A partir de ese momento, Sánchez le comenzó a rentar el sótano a miembros de la pandilla.
En las entrevistas con las autoridades, la mujer no confesó lo que sabía sobre el crimen.
“Cuando lo inevitable ocurrió, ella seleccionó la pandilla”, dijo el fiscal asistente Tobias Tobler. “A través de su lealtad ciega, ella ayudó a prolongar la agonía de la familia que buscaba a su hijo desaparecido”.