Pese a sanciones de EEUU y denuncia ante CPI, Maduro se fue de paseo a Harlem
Seis países pidieron ayer al CPI que investigue supuestos crímenes de lesa humanidad en Venezuela
Pese a que su gobierno está sujeto a sanciones de EEUU, Canadá y la Unión Europea por violación a los derechos humanos y algunos activistas han pedido su detención, el mandatario venezolano Nicolás Maduro se fue ayer de paseo a Harlem con su homólogo cubano Miguel Díaz-Canel, luego de hablar en la Asamblea General de la ONU.
Según el reporte de EFE, Maduro se sumó en el último momento de ayer a la visita de Díaz-Canel a la emblemática iglesia Riverside, en Harlem, la que en su día visitó Fidel Castro. Allí lo parafraseó para proclamar: “Hasta la victoria siempre, Nueva York”.
Maduro venía de denunciar ante la ONU la “agresión” de Estados Unidos contra su país, pero se mostró dispuesto a reunirse y dialogar con su homólogo, Donald Trump. La Casa Blanca negó la posibilidad de ese encuentro, en medio de diversos rumores y una ambigüa declaración de Trump al respecto.
El mandatario estadounidense se mostró abierto a reunirse con Maduro “si eso ayudaba a Venezuela”, luego de que ayer, también desde la ONU, insistiese en que “todas las opciones” siguen sobre la mesa con respecto a la crisis en ese país, en una clara referencia a la vía militar.
Al margen de la Asamblea, los cancilleres de Canadá, Argentina, Chile, Colombia, Paraguay y Perú presentaron ayer en Nueva York una carta sellada por los líderes de sus respectivos países solicitando la intervención de la Corte Penal Internacional (CPI) para que investigue supuestos crímenes de lesa humanidad en Venezuela.
Se trata de un paso inédito en los 16 años de vida del tribunal, con sede en La Haya (Holanda).
También horas antes Díaz-Canel había debutado en su primer dircurso en la ONU como presidente de Cuba y se había reunido en privado con el izquierdista alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
En esa iglesia Martin Luther King pronunció desde el púlpito su histórico discurso contra la guerra de Vietnam en abril de 1967, un año antes de su asesinato, y se dio también la bienvenida al entonces presidente y luchador por derechos humanos Nelson Mandela, en la década de 1990, en su primera visita a EEUU tras salir de su larga prisión política.
La visita de Díaz-Canel y Maduro estuvo restringida a un “escogido grupo de medios de comunicación”. Allí Maduro dijo compartir con el presidente de Cuba el haber sido “víctimas de una gran agresión imperialista, pero hoy puedo decirlo: la Revolución Bolivariana de Venezuela está de pie, está viva y está victoriosa”.
Actualmente Maduro, quien ha sido señalado de ser colombiano como sus padres, es el mandatario más impopular en América Latina.
Desde su llegada al poder en 2013, ungido por Hugo Chávez en su lecho de muerte, Venezuela ha estado sumida en la peor crisis inflacionaria, institucional y de exilio en la historia de América.
En su cuenta de Twitter, Maduro se define como “Hijo de Chávez”.
La comunidad venezolana protestó ayer la visita de Maduro a Nueva York y planea hacerlo nuevamente hoy a las 4 p.m., en la calle 47 con 1av.