Una buena para la migración y una mala para los autos mexicanos en el USMCA

El tratado comercial propuesto reconoce por igual los derechos de los trabajadores migrantes

Trabajadores temporales de México recogen fresas en Oxnard.

Trabajadores temporales de México recogen fresas en Oxnard. Crédito: Archivo | La Opinión

MÉXICO – El Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA) que renovará al Tratado de Libre Comercio con América del Norte a partir de noviembre próximo, si se aprueba en los respectivos congresos, tiene en su contenido una muy buena noticia para los migrantes temporales al mejorar las condiciones para los trabajadores respecto al anterior.

“Para empezar ya se habla de migrantes, un témino que ni siquiera se incluía”, advierte Evy Peña, directora de Comunicaciones del binacional Centro de los Derechos del Migrante (CDM). “También tendremos un tiempo definido para que las agencias del gobierno den respuesta a las demandas de los trabajadores cuando son abusados y lo más importante: la garantía de que se les dará el mismo trato legal que a los ciudadanos locales, independientemente del estatus migratorio”.

El  CDM llevó a los tribunales en los últimos años una demanda de trabajadores mexicanos temporales contratados con visas H2B para ferias en Estados Unidos, que sufrieron robo de salarios y discriminación laboral en contra de las mujeres.

En los tribunales se toparon con que el acuerdo de Cooperación Laboral que operaba a la par del Tratado de Libre Comercio con América del Norte no tenía previsto sancionar con el mismo rigor a los abusadores.

“Ahora hay un capítulo laboral dentro del TLCAN que los negociadores reconocen y esto significa que los trabajadores estarán al amparo de las mismas reglas “, detalló Peña. “Somos optimistas pero su operatividad real se verá con la primera demanda que se presente”.

La mala noticia

El sector automotriz mexicano no fue muy favorecido en la la renegociación del USMCA, según las cuentas del Consejo Coordinador Empresarial que prevé una reducción de la producción hasta casi la mitad, debido a los requerimientos para cumplir con los porcentajes de autopartes elaboradas en zonas de altos salarios.

Las reglas en materia automotriz cambiaron para que se dé una mayor integración de las plantas automotrices instaladas en Estados Unidos y Canadá, lo cual implica que cada vehículo producido en el país contenga un 25 % de autopartes fabricadas en zonas donde los salarios sean de $16 dólares la hora y de 15% en diseño e innovación.

De no alcanzar estas tasas, la industria deberá pagar un 2.5% de impuesto, lo cual desplazaría al país del séptimo lugar mundial en el armado de automóviles del mundo, un sitio que conserva desde el 2014 y hasta el año pasado, cuando tuvo su máximo crecimiento con 4,6 millones de vehículos.

“El sector privado se verá obligado buscar políticas industriales que permitan absorber, de manera competitiva ese 2.5 % que pagaría en caso de cumplir con las reglas de origen”, detalló Juan Pablo Castañón, presidente del CCE, sin hablar de despidos, aunque sí descartó incrementos salariales.

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