Buscan frenar el robo de identidad
El gobierno federal y estatal, en alianza con la industria privada, iniciaron la Semana Nacional de Protección al Consumidor, que finaliza el 10 de marzo.
NUEVA YORK – La vida de Leopoldo Valdez, literalmente se le dividió en dos, desde que hace un año cuando fue a comprar un automóvil, descubrió que su identidad había sido robada.
A partir de ese momento -describe el hispano de 32 años- “me siento con las manos atadas a la hora de pedir un crédito”. Afirma que constantemente tiene que enviar cartas a las agencias de crédito para explicar que los cobros que le están demandando no son de él.
¿Que cómo me robaron mi identidad? Eso es lo que quisiera saber”, indica Valdez, residente del Alto Manhattan. “Supuestamente, la persona que está usando mi identidad vive en Orlando, Florida, y pese a múltiples reportes, es frustrante ver cómo la situación no se resuelve”, expresó.
Con el propósito de prevenir este delito, así como otros, el gobierno federal y estatal, en alianza con la industria privada, iniciaron ayer -por decimocuarto año consecutivo- la Semana Nacional de Protección al Consumidor, que finaliza el 10 de marzo.
La campaña tiene como objetivo brindarle al público, información sobre sus derechos como consumidores, al tiempo que provee recomendaciones sobre cómo denunciar delitos, protección a la privacidad, robo de identidad y seguridad en el Internet, entre otras muchas formas de estafa.
Según reportó la Comisión Federal de Comercio, durante el 2010 fueron recibidas 250,854 quejas de robo de identidad -casi una quinta parte del número total de denuncias recibidas por la agencia en general- convirtiéndose así en la mayor queja de los consumidores por undécimo año consecutivo.
Otra de las quejas más comunes, según información recabada el año pasado por la mencionada Comisión de Protección al Consumidor incluye las estafas de cobro de deudas, robo de identidad de menores, timos a través del Internet, correo postal y vía telefónica.
Un sector vulnerable a todo tipo de estafas son los ancianos y se ha convertido en una modalidad que va en crecimiento anualmente.
Rocío Martínez, 79, y residente de Manhattan, da gracias a Dios que por una pulmonía que la llevó al hospital, se salvó de haber ido al banco y sacar dos mil dólares que le pedían para poder reclamar un premio de $200,000.
“Me llamaron a decirme que había ganado una lotería y todo lo que tenía que hacer era enviarles dos mil dólares a través de Moneypak para pagar los impuestos y luego me mandarían mi premio”, dijo la mujer.
El día que iba al banco se enfermó y tuvo que ser llevada al hospital donde permaneció por cinco semanas, tiempo durante el cual su hija, que vive en Carolina del Sur, se trasladó a su casa y pudo detectar el fraude.
El Instituto Nacional de Justicia, en 2009, adelantó un estudio financiado por el gobierno federal, que indica que 5% de los estadounidenses de más de 60 años fueron víctimas de estafa por parte de un miembro de su familia y un 6.5% de un extraño. Este acto ilícito sigue siendo muy popular debido a la negativa de los ancianos a denunciar los hechos, aparentemente por vergüenza.