Bebé hospitalizada no recibe visitas por 5 meses y finalmente es adoptada por la enfermera
Los niños de padres adictos a las drogas suelen nacer prematuros y con problemas de salud
La enfermera Liz Smith pensó que nunca tendría hijos hasta que un pequeño ángel llamado Gisele se cruzó en su camino.
Durante los cinco meses que Gisele pasó en el hospital de Smith, no recibió a un solo visitante. Nacida prematura en otro hospital, la niña pesaba solo 2 libras. Sus padres eran adictos a la heroína.
Las autoridades de Massachusetts tomaron la custodia de la pequeña cuando tenía solo 3 meses.
InmediatAmente, Smith sintió que la niña le había tocado el corazón.
“Ella me necesitaba tanto como yo a ella”, dijo Smith, la directora de enfermería, a Inside Edition. “Había algo en sus ojos que me hizo conectar”.
Smith, que ahora tiene 45 años, llevaba una tristeza a todos lados donde iba. Su compañía de seguros le había informado recientemente que no cubría la fertilización in vitro. Ella siempre había pensado que se casaría y tendría hijos. Pero el destino no había colocado ninguna opción en su vida, que estaba llena de largas horas de trabajo y poco tiempo para tener vida social.
Por suerte, de repente apareció Gisele y supo que era su bebé.
Hasta ese momento, Smith no había considerado adoptar a un niño. Pero después de ver a la pequeña tanto tiempo en el hospital, sola, se decidió a tramitar la adopción.
Gisele tenía 9 meses y pesaba 11 libras cuando Smith salió por la puerta de Franciscan Children’s con el bebé en brazos.
Aunque se recupera y crece, arrastra algunos problemas de salud como la aversión oral, una condición secundaria de ser prematura, que causa dolor al comer y tragar por lo que siempre ha tenido un tubo de alimentación suplementario. “No le resulta cómodo comer”, explicó su madre.
Smith espera que Gisele supere la aversión. Muchos de los que lo tienen se convierten en buenos comedores después, alrededor de los 4 años.
Smith está feliz de haber reorganizado su vida y su corazón, creando lugar para esta niña traviesa con ojos grandes y cabello rizado.
“No podría estar más feliz. Gisele me ha enseñado muchas cosas, dijo. La lección más importante es esta: “Si no estás abierto a las cosas, es posible que te pierdas lo mejor de la vida. Puede que que esté delante de tus ojos y no lo veas”, explicó.