Un amante de mano lenta
Si usted desea enloquecer a su mujer de placer, debe tener en cuenta estos consejos
Las mujeres necesitan un amante de mano lenta, mientras que el hombre es distinto. Tocarle directamente el pene aumenta notablemente su placer. A las mujeres les gusta que el hombre se tome su tiempo, que dé muchos “rodeos” antes de ir directamente al grano.
A ellas no les gusta que la estimulen directamente en sus zonas más sensibles (el clítoris, por ejemplo, puede ser doloroso incluso). Muy diferente al hombre, que sí le gusta que vayan “directo al grano”. Así como la mujer debe recordar que el estímulo directo proporciona al hombre el máximo placer, el hombre debe tener presente que todo lo contrario sucede con las mujeres.
La mujer necesita un amante de mano lenta, que actué como la famosa canción de Valeria Lynch: “despacito, suavemente, ámame en cámara lenta”. Mientras su excitación no sea intensa, ella disfruta el toque indirecto, en cámara lenta.
Si usted desea enloquecer a su mujer de placer, debe tener en cuenta:
1) Que la mujer anhela que la seduzcan. Debe ser guiada lentamente, gradualmente, al sitio donde desea ser tocada. El hombre debe darle un poquito y quitárselo, volver a empezar de nuevo dándole un poquito y quitándoselo. A medida que se repite esto, el deseo va creciendo más y más en ella.
2) Por lo general, el hombre no comprende que la mujer necesita tiempo, necesita entrar lentamente al sexo. El hombre está listo desde el principio, ya que por medio del orgasmo es que él se relaja. Esto lo lleva a no entender la necesidad femenina de “desconectarse” primero. A diferencia de los hombres, las mujeres necesitan “enfocarse” para poder disfrutar del sexo en toda su plenitud.
La seducción, las caricias nuevas (las mujeres odian la rutina) y el juego previo le dan tiempo para poder lentamente excitarse y hacer el amor. La sociedad cada día nos da más tareas, sobre todo ahora que además de la casa, los niños, el marido, los padres, la familia y un gran etcétera que sigue siendo una responsabilidad femenina, somos las cuidadoras por excelencia de todos… menos de nosotras.
Y hacer el amor es dejar todos esos pensamientos y preocupaciones “fuera de nuestra mente”. Necesitamos desprendernos gradualmente de los pensamientos y concentrarnos en el sexo. Para permitir que un hombre la satisfaga, ella primero necesita tiempo para relajarse.
3) Dios nos lo puso en China.
El hombre llega al afecto a través del sexo, las mujeres llegan al sexo a través del afecto.
El hombre se relaja a través del sexo. Las mujeres deben desconectarse, relajarse, para lentamente excitarse y llegar al sexo.
El hombre es adicto al sexo, porque solo así entra en contacto con sus emociones. Las mujeres son adictas al romance. Ellas viven todo el día en contacto con sus emociones y necesitan flores, palabras lindas y sentirse deseadas para poder ver “fuegos artificiales” en la noche.
No olvide todo esto si desea ser un buen amante. ¿Y quién no lo anhela fuertemente?