Aprueban ley para extender límite para cursos de obreros de construcción
La medida busca que los trabajadores se eduquen en asuntos de protección a fin de que cesen las fatalidades y el número de heridos
A pesar de que la Ley 196, que entró en vigor el año pasado en la ciudad de Nueva York, exige que todos los empleados de la industria de la construcción deben completar varios cursos de capacitación en asuntos de seguridad laboral, a fin de poner freno a las casos de muertes y heridos, la realidad es que todavía muchos trabajadores no han tomado los entrenamientos. En los últimos 16 meses han perdido la vida 16 trabajadores, 3 de ellos tan solo el mes pasado y más de 800 han resultado lesionados, eso sin contar aquellos que no hacen el reporte.
Y con el objetivo de que ningún empleado de la construcción trabaje sin el entrenamiento requerido, el Concejo Municipal aprobó con 46 votos contra 0, una ley (1533-A) promovida por el defensor del pueblo Jumaane Williams, que extiende el plazo para que quienes laboran en obras de construcción se pongan al día con esta obligación.
La movida permite que la fecha límite sea el 1 de diciembre de 2019, y que si, antes del 1 de septiembre próximo, el Departamento de Edificios de la Ciudad (DOB) publica que no hay capacidad suficiente para proporcionar la capacitación requerida, los trabajadores que necesiten dicha capacitación podrían tomarla en una fecha posterior que no pase del 1 de junio de 2020.
Sin este requisito, miles de obreros no solamente están poniendo en riesgo su seguridad, sino que además podrían quedarse sin empleo, ya que la ley ordena imponer multas de hasta $5,000 por empleado, a aquellos contratistas que empleen a trabajadores que no hayan hecho los cursos de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) exigidos.
“Ya no hay excusas”
“A través de esta ley le estamos dando al DOB la habilidad de extender su accionar por seis meses y esta extensión ayudará a entrenar a todos nuestros trabajadores de la industria, sindicalizados y no sindicalizados dándoles más plazo para cumplir la ley, pues no queremos que la gente pierda sus trabajos sino que se entrenen”, aseguró el Defensor del Pueblo. “Queremos que la gente se conecte con organizaciones que ofrece el curso. Ya no hay excusas para que nadie se entrene en estos seis meses”.
Williams destacó también, que además de cumplir la ley y promover los entrenamientos necesarios, es urgente que haya cambios dentro de la manera de trabajar en la industria, donde la seguridad sea la prioridad.
“Esta ley no va a resolver por sí sola la crisis que tenemos con las muertes que se están dando si no cambiamos la cultura, y esto es importante decirlo, porque si bien muchos trabajadores hacen los cursos, creemos que hay trabajadores que no están siendo entrenados propiamente y por ello tenemos que estar atentos a la cultura entera, para que todos estemos en la misma página”, agregó el Defensor. “Queremos que estas leyes ayuden a todos los trabajadores y sabemos que ningún trabajador debe estar en peligro de morir ni sufrir abusos”.
La ley requiere que los trabajadores de la construcción completen un curso de 30 horas en seguridad y salud en el trabajo (OSHA-30) o un adicional de 20 horas de capacitación en seguridad o un programa de capacitación de 100 horas aprobado por el Departamento de Edificios, y cumplir con la capacitación requerida por la Sección 3321 del Código de Construcción de la Ciudad de Nueva York.
Algunos empleadores no presionan cumplir la ley
Hernán González, quien todavía no ha completado el entrenamiento que manda la ley, según él por falta de dinero y de tiempo, se autocalificó como un “obrero desobediente”, y aseguró que aunque espera hacer el curso en un sitio que no le cobre, en la obra en la que trabaja, de la que no quiso revelar más detalles para no causar inconvenientes, no lo presionan para que se entrene.
“Yo sé que estos cursos son buenos, pero es que si me gasto los $150 y hasta $200 que cobran en algunos lados, ese dinerito me va a hacer falta y además mi jefe no lo exige, porque a él le importa es que uno trabaje bien y uno siempre toma medidas para que no nos pase nada”, confesó el trabajador ecuatoriano, quien una vez entre en vigor la nueva ley podría cambiar de opinión.
Y es que el Departamento de Edificios no solo aseguró que trabaja intensamente en la visita a sitios de construcción para garantizar que están cumpliendo con las normas de seguridad, sino para revisar que los trabajadores tengan el entrenamiento exigido por la ley, y incrementará sus inspecciones para multar a quienes no sigan las normas.
José Yuquilema, quien trabaja hace seis años en la industria de construcción, ya tiene el entrenamiento requerido, pero consideró importante que se haya aprobado una extensión para que así no haya excusas y todos sus colegas hagan los cursos exigidos.
“El entrenamiento hace una diferencia y es algo que nos sirve a nosotros mismos. Con las normas de seguridad que uno aprende uno se siente más seguro y creo que es primordial que todos los trabajadores se entrenen, con eso no se puede jugar”, dijo el obrero, también ecuatoriano.
El concejal de Brooklyn Carlos Menchaca, uno de los patrocinadores de la ley de entrenamientos, destacó que con el curso, los trabajadores no solamente aprenden a reconocer, evitar y prevenir peligros de seguridad y salud en sus obras de trabajo, sino que también se obliga a la industria y a los contratistas a tener estándares más elevados que beneficien a todos.
Denuncian que no hay suficientes cupos para cursos
Nadia Marín Molina, copresidenta de la organización National Day Labor Organizing Network, urgió al Departamento de Edificios a que actúe con mayor efectividad, para ofrecer el entrenamiento a todos los trabajadores que lo necesitan, pues mencionó que ha faltado alcance y oferta de cursos.
“Esta ley fue creada para salvar vidas de los trabajadores de construcción, especialmente para aquellos jornaleros y los trabajadores no sindicalizados, quienes son los más propensos a morir o ser heridos en la industria, pero la implementación ha sido profundamente problemática”, mencionó la activista, asegurando que no hay suficientes cupos para entrenar a los trabajadores en las organizaciones que ofrecen los cursos.
“EL DOB parece no entender la gravedad de la situación de los jornaleros y los trabajadores inmigrantes en la construcción, quienes están teniendo problemas para encontrar sitios de entrenamiento” , dijo Molina, quien había advertido hace unas semanas que si no se extendía el plazo del 1 de junio para el cumplimiento de la implementación de la nueva fase de la ley, unos 30,000 trabajadores se verían seriamente afectados.
DOE defiende su postura
Fatalidades en obras de construcción:
- 3 trabajadores murieron el mes pasado.
- 12 trabajadores murieron en 2018.
- 761 heridos en 2018.
- 13% más que en 2017, cuando se reportaron 671 heridos.
- 20 trabajadores murieron en el 2017.
- 12 trabajadores perdieron la vida en el 2016.
- 12 trabajadores perdieron la vida en el 2015, pero OSHA afirma que la cifra llegó a 18.
- 55 trabajadores perdieron la vida en NY entre el 2011 y el 2015.
- Casi 500 muertes han ocurrido en los últimos 10 años.
- 250 inspectores del DOB adicionales hay desde 2015.
- 90 más fueron puestos en la calle para vigilar 5,000 obras en las próximas semanas.
- 25,000 de multas y cierre de obras, enfrentan los sitios que no cumplan las reglas de seguridad.