Editorial: La reforma migratoria de Trump es un montaje electoral
La medida es confusa y contradictoria
La propuesta migratoria es una pérdida de tiempo para una actualización real y necesaria de estas leyes. Es un ejercicio de futilidad que tiene el solo propósito de decir que la administración Trump tiene otras ideas además de deportar.
La propuesta diseñada por el yerno presidencial, Jared Kushner, responde a la indicación de la Casa Blanca de tener algo que no sea controversial para la bancada republicana. En otras palabras, una medida inservible y poca seria para tratar los complejos desafíos de la inmigración.
En la iniciativa de Trump no podía estar ausente el muro fronterizo, contener el flujo de mano de obra barata para proteger los salarios estadounidenses, atraer a los mejores inmigrantes y más brillantes, limitar el círculo familiar que será traído, importar mano de obra para las industrias críticas y limitar la cantidad de personas que puedan ingresar a través de la asilo.
La medida está condenada al fracaso. Ignora la situación de los millones de inmigrantes que fueron traídos por sus padres indocumentados y a los cientos de miles de personas que llevan mucho tiempo acogidos a la Protección Temporal contra Deportación. Y qué decir de los 11 millones de indocumentados.
Para la Casa Blanca estos aspectos fundamentales para una reforma integral de inmigración son divisivos. No importa que los sondeos de opinión muestren una y otra vez que la mayoría de los estadounidenses está en favor de regularizar a los “Dreamers”, con un camino a la ciudadanía. La oposición del lado más duro republicano, que domina el debate sobre inmigración, a ayudar a los “soñadores” derrumbó en el pasado toda posibilidad de acuerdo.
La senadora republicana Susan Collins preguntó a Kushner sobre los “soñadores” al ver que ellos no estaban incluidos en la propuesta. La respuesta fue que Trump no pidió incluirlos. Es imposible conseguir avanzar legislativamente sin tomarlos en cuenta.
El Presidente dijo al presentar su propuesta que era para marcar la diferencia con los demócratas. Que la elaboración del mismo está realizada por los agentes del orden en vez de los políticos. O sea es un instrumento de campaña construido por personas con una limitada visión de seguridad.
La medida es confusa y contradictoria por su falta de detalle. Quiere proteger la mano de obra barata y no especializada estadounidense, mientras que ayuda a las industrias a importar trabajadores. En la práctica le permitirá a Trump seguir contratando trabajadores temporales para su club de Mar-at-Lago en vez de pagar un sueldo competitivo y atractivo a un nativo.
El senador Lindsey Graham dice que la propuesta es más una “posición negociadora” que legislativa. Para nosotros es un montaje electoral en momentos que se necesitan ideas bipartidistas, para actuar de manera realista y amplia sobre Inmigración