Sentencian a “La Tuta”, exlíder de los Caballeros Templarios en Michoacán, a 55 años de prisión

De “El Profe” de La Familia Michoacana, a lector del Tarot, Servando Gómez tenía una personalidad difícil de encasillar

“La Tuta” cumplirá cárcel por el secuestro de un empresario en 2011.

“La Tuta” cumplirá cárcel por el secuestro de un empresario en 2011. Crédito: (Archivo / PGR)

La Fiscalía General del Estado de Michoacán informó que un juez dictó sentencia de 55 años de prisión en contra de Servando Gómez, alias “La Tuta”, exlíder de los Caballeros Templarios en el referido Estado, por el secuestro de un empresario en 2011.

De acuerdo con un cable difundido por la dependencia a través de su cuenta de Twitter, dicha sentencia se da al acreditarse la plena responsabilidad de “La Tuta” en el secuestro de un empresario ocurrido en la ciudad de Uruapan, Michoacán, en agosto de 2011.

“Fiscalía de Michoacán obtiene sentencia de 55 años de prisión para Servando G., alias “La Tuta”, al acreditarse su plena responsabilidad en el secuestro de un empresario en el mes de agosto del 2011, en la ciudad de Uruapan”, informó la fiscalía michoacana.

El líder de los Caballeros Templarios fue detenido por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Policía Federal (PF), la madrugada del 27 de febrero de 2015, durante un operativo realizado en Morelia.

Actualmente, “La Tuta” se encuentra recluido en el Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) Número 1, en el penal del “Altiplano”, en el Estado de México.

Cabe recordar que en diciembre de 2015, la Procuraduría General de la República (PGR) informó que como resultado de las pruebas aportadas por la dependencia, a través de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), se ratificó el auto de formal prisión en contra de Servando Gómez Martínez, alias “La Tuta”, líder de los Caballeros Templarios en Michoacán.

El Juez Tercero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en el Estado de México, ratificó la resolución del 13 de marzo de 2015, con la cual se inició un proceso contra “La Tuta” por su probable responsabilidad en la comisión de los delitos de delincuencia organizada, privación ilegal de la libertad y robo calificado, luego de que la defensa y el procesado interpusieran un recurso de apelación.

DE LAS AULAS AL NARCO

Gómez Martínez era un narcotraficante singular. Había estudiado hasta un nivel equivalente a la licenciatura, en el Centro Regional de Educación Normal (CREN) de Arteaga. Primero fue maestro de primaria en el municipio de Quiroga y, en 1985, consiguió su plaza permanente en la escuela primaria “Melchor Ocampo”, ubicada en una colonia semiurbana llamada El Ejidal.

Por ese pasado lo conocían también como “El Profe” y lo reconocían como un hombre desenvuelto, comunicativo, “que sabe de lo que habla”, según descripción de Rafael Guerrero, en su momento director del CREN de Arteaga, donde dicen que incluso fundó el primer centro de ayuda contra las adicciones.

Su salto a las actividades delictivas es misterioso y poco claro. En su libro “Historia del narcotráfico en México” (2013), Guillermo Valdés, ex director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) afirma que su incursión se remonta a 2001.

Ese año “La Tuta”, “El Chayo”, y otros líderes regionales como Enrique Plancarte Solís, “El Kike”, y Jesús Méndez Vargas, “El Chango”, fundaron el grupo criminal de La Empresa, que en sus primeros años operó en alianza con el Cartel del Golfo.

La Empresa rompió con sus socios, en 2006, y en ese momento, cambió su nombre por La Familia Michoacana y se alió con el Cartel de Sinaloa para expulsar a Los Zetas de su región.

Su nacimiento incluso apareció anunciado en una plana pagada en el periódico La Voz de Michoacán, el 22 de noviembre de ese año. Allí decían que a partir de ese momento se encargaban de la seguridad del estado. El responsable de la redacción fue precisamente “La Tuta”.

Guillermo Valdés afirma que “La Tuta” fue clave para posicionar a La Familia en el territorio michoacano por su experiencia previa como maestro en comunidades rurales del estado.

También anota que, como docente, Gómez Martínez participó en el movimiento magisterial de izquierda en Michoacán y Guerrero (vecinos en la zona de Tierra Caliente), en su momento epicentros de movimientos guerrilleros que surgieron desde 1960.

De esa experiencia “La Tuta” aprendió “estrategias de penetración social, tácticas de lucha guerrillera y formas de sobrevivencia en la clandestinidad”, apunta Valdés.

En él, además, había otro rasgo de personalidad distintivo: su afición al esoterismo y la lectura del Tarot. Según la Procuraduría General de la República (PGR) las cartas eran su oráculo: a partir de su interpretación, tomaba decisiones como asesinar a supuestos traidores o elegir dónde esconderse.

De esta manera dicen que influyó en la personalidad de Nazario, líder fundador de La Familia, quien impuso reglas inusuales para un grupo de narcotráfico, como prohibir drogas, conducir en estado de ebriedad, agredir a mujeres y castigar con la muerte a quienes cometían abusos sexuales.

De acuerdo con Valdés, esta “mezcla de pensamiento y prácticas de secta religiosa con las de la guerrilla” le dieron a La Familia una fama de congregación “liberadora” al reclutar, tras un proceso de desintoxicación, a jóvenes que habían sido adictos a las drogas.

Esta mezcla de pensamiento y prácticas de secta religiosa con las de la guerrilla le dieron a La Familia una fama de congregación liberadora.

Desde entonces, la PGR identificó a “La Tuta” como “uno de los hombres más violentos de La Familia Michoacana, al grado de ser capaz de asesinar sólo porque quien le leía las cartas del Tarot le revelaba que supuestamente alguien lo traicionaba”.

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