Pasaporte para descubrir las claves de la belleza
Around the World Beauty de la maquilladora Stephanie Flor organiza paseos en NYC y viajes para entender y descubrir claves sobre el cuidado personal y cosmética
La agenda de Stephanie Flor, de 32 años, es abultada. Antes de que comenzara la entrevista con El Diario, tomaba notas sentada en el local donde iba a tener lugar la cita. “Estoy buscando un asesor financiero”, explicaba. “Estamos aprendiendo y creo que las finanzas es la parte más dura”.
Flor es maquilladora profesional. Primera generación de latina nacida en EEUU, esta hija de un matrimonio de Ecuador y Costa Rica, ha maquillado a celebridades de buena parte del mundo como Mariah Carey o Sting y ha estado en campañas de publicidad para marcas como Clinique, L’Oreal, Victoria´s Secret además de compartir sus trucos de belleza con distintas publicaciones. El asesor financiero lo necesita para una empresa, Around the World Beauty, que creó hace seis años con la que explora el mundo de la belleza de dos maneras.
La primera es a través de paseos por la ciudad de Nueva York con destino a tiendas de cosmética, cuidados personales y fabricantes o vendedores de productos independientes además de spas. Hace tres de estos paseos al mes y describe las tiendas a las que va y los profesionales de la belleza que presenta a las clientas que caminan con ella como “personas que tienen una historia de belleza que contar”.
La segunda requiere pasaporte. Hasta ahora una vez al año, pero a partir del que viene dos veces, Flor lidera a un grupo de mujeres que describe como “curiosas de la belleza” a un destino del mundo para enseñarles lo que distintas culturas consideran belleza, qué hacen para resaltarla, cuidarla y, por supuesto, la historia de cada una de las experiencias de las que van aprendiendo en esos viajes. Una inmersión en la cultura local para entender cómo se percibe y se cuida la belleza localmente.
Flor ha vuelto recientemente de un viaje a Marruecos donde han aprendido la cultura del hamman (los baños), el aceite de argán, los barros y el Kohl. Ha organizado también viajes a India y está planificando ir a Japón. Países como México, Perú, Trinidad y Tobago además de Ecuador son destinos también a explorar.
La idea de este pequeño negocio nació de su experiencia y lo que vio como una carencia, la necesidad de hacer algo con significado o impacto. Como maquilladora su profesión la lleva de un lugar a otro en jet privados con celebridades y reconoce que tiene una vida interesante, “pero no sentía que estuviera haciendo un gran impacto con lo que hacía”. Se planteó que quería documentar conceptos y tratamientos de belleza en todo el mundo.
“Me planteé hacer documentales, viajar y conocer a la gente a través del mundo de lo bello”. Empezó con un blog y eso fue el primer paso a la empresa que tiene ahora pero el documental vendrá. Está disfrutando con estos viajes que planea cuidadosamente con una o más visitas previas a los lugares documentándose y preparando la llegada del grupo.
“Queremos atraer a mujeres que inspiren no tanto a influencers”.
En un momento en el que la cultura impuesta por estudiadas poses en Instagram está ganando peso, Flor mantiene la distancia. “Si quisiera hacer mucho dinero haría estos viajes con influencers porque hemos recibido mensajes en este sentido para hace contactos pero a largo plazo lo que quiero es que quienes viajen con nosotras tengan una experiencia transformadora, de la que no se captura en cámara”.
Ella misma se considera una mujer con influencia pero no una instagramer “y mi número de seguidores lo corroboran”, explica con una sonrisa. Poco después cuenta que el reciente viaje a Marruecos se vendió en un solo día.
“Una de las cosas que he aprendido de mi último viaje es que puedo hacer esto, que la gente lo quiere y tenemos buenas críticas pero necesito ayuda, guía”, explica. Soy la única de mi familia que tuvo oportunidad, no que quisiera hacerlo, sino la oportunidad y hay muchas cosas que están disponibles”. “No hay excusa, necesito encontrar a quienes tengan experiencia, que me puedan proporciona mentoría en finanzas en cómo escalar. Veo las posibilidades para mi negocio pero la educación es clave”.
Flor no tiene formación específicamente empresarial. Estudió en el Fashion Institute of Technology y ha participado en un seminario en Darmouth para entender cómo gestionar su negocio, Around The World Beauty.
“En uno de los programas de formación hablamos de qué tipo de negocio quería. En mi caso una pequeña empresa que pudiera equilibrar con la vida que quiero crear”, explica. Admite que cuando lanzó la empresa el dinero no era una preocupación “y es divertido porque ni es que lo tenga ni tengo, definitivamente, una familia adinerara”. “Quizá me tendría que haber preocupado”, afirma riéndose.
Ahora dice que le preocupa el retorno en la inversión, cómo sacar partido a las ganancias que tiene desde este año y crecer.
“Hablar conmigo misma no es suficiente”
No es lo mismo trabajar sola como lo hace Stephanie Flor en su faceta de maquilladora que trabajar con un equipo, como hace ahora en su empresa. “Uno sabe lo que quiere, está en la cabeza, ahora bien, ¿cómo lo comunico de manera efectiva?. Para mí es una de las cosas más complicadas por eso creo en el coaching la terapia y el liderazgo bien ejercido”, explica.
Reconoce que comunicarse con un equipo y gestionar expectativas ha sido algo que está descubriendo que es duro y más aún porque su trabajo pasa por interactuar con otras culturas y tener exposición a estas, lo que abre la puerta a infinidad de malentendidos. De hecho una de las cuestiones que dice que le ha costado hacer es ser paciente.
“Si quiero construir algo para el largo plazo tengo que entender y respetar la cultura de los lugares de dónde voy, poner al margen mi American way y encontrarme con la cultura local donde esta está. Tener paciencia y aprender”, afirma.
Tras el último viaje y con la perspectiva de montar más destinos anualmente, lo primero que se le pasó por la cabeza es que tenía que hablar con alguien que le hablara de cómo ser mejor líder, mejor administradora de finanzas. “Porque estoy haciendo algo que nunca he hecho y sentarme en mi habitación y hablar conmigo misma no va a ser suficiente”