Un gato fue el primer eslabón de una cadena que le hizo empresario
El mexicano Miguel García empezó a recoger animales de la calle y darlos en adopción, una actividad que le abrió las puertas de su negocio Dalila´s Pet Grooming
A Miguel García lo que le puso en camino de su empresa, sin que se diera cuenta de ello y sin que lo estuviera buscando, fue encontrarse un gato pequeño que le pareció desvalido y necesitado de hogar. Había bajado la basura a la calle una noche y lo vio en la calle.
No lo adoptó pero este mexicano de 38 años, natural de Puebla que se ganaba la vida en Nueva York como mesero, le llevó al veterinario, le arregló y cuidó para buscarle un hogar.
Luego se dio cuenta de que había una colonia de gatos no demasiado lejos de su casa y les dio de comer , los cuidó y les buscó casas también.
Es algo que hacía mientras se ganaba la vida como mesero y mientras buscaba casas interesadas en adoptar animales que estaban en la calle. Y así —como dice él repetidamente “sin querer”— empezó a armar una red de personas interesadas en el bienestar de los animales lo que es la base de su negocio y su actividad filantrópica.
Son dos actividades que van de la mano en Dalila´s Pet Grooming, un negocio que abrió en Jackson Heights en octubre de 2012.
En su local se limpia y corta el pelo y uñas a perros y gatos pero además del cuidado estético se aplican tratamientos veterinarios contra las alergias o eccemas. “No somos un lugar de pelar perritos no mas sino que estamos trabajando con veterinarios y en comunicación con ellos”.
“Y nunca abandoné el rescate de los animales, las mismas personas que habían adoptado animales antes y me ayudaron a cuidarlos hasta que encontraban casa, las mismas personas de mi comunidad fueron las que me levantaron cuando abrí el negocio”, explica.
García abrió Dalila´s porque durante meses se especializó en encontrar familias para adoptar animales. “Había gente que me contactaba para que les ayudara a buscar familias para la adopción de otros animalitos que tenían. Tenía perros que estaban en mal estado y yo les arreglaba, porque nadie quiere un animal en mal estado, y luego subía la foto a Facebook para que lo vieran quienes estuvieran interesados”.
El dinero que se necesitaba para arreglar a los perros y darlos en adopción salía de su bolsillo, de las propinas de mesero.
El problema es que empezó a llenar su apartamento de animales. “Todo lo hacía desde casa”, reconoce contando que además se hacía cargo de animales cuyos dueños se iban de vacaciones unos días. La vecina empezó a quejarse y su pareja, le dijo que aquello no era sostenible. Él ya tenía la red de amantes de los animales pero necesitaba dar el siguiente paso.
Un día su pareja volvió a la casa tras hacer una compras diciendo que había visto un local donde podía establecer su actividad filantrópica y un negocio.
Fue su pareja quien también le animó a estudiar todo lo que rodeaba a su actividad y con ello profesionalizarla además de ayudarle a abrir el negocio con ahorros propios.
García ya sabía de animales porque sus padres se dedicaban a labores del campo y a la compraventa de animales. Este mexicano formaba parte de una familia numerosa y explica que su madre no tenía tiempo para coser los uniformes que se iban rompiendo con el uso por lo que enseñó a sus hijos a hacerlo.
Esa capacitación, más el interés que tiene por el diseño, ha permitido que añada a su línea de negocio los vestidos que hace para las mascotas y que vende on line y en la tienda.
Él los diseña y cose. Reconoce que le ha valido algunas críticas porque hay mucha gente que considera que es abusivo hacer esto con los animales. A García, que vende sobre trajes para los animales sobre todo para ceremonias como fiestas de quinceañeras o bodas, no le valen esas críticas, porque dice que muchos perros están más a gusto vestidos cuando tienen problemas en la piel o cuando hace frío.
La línea de diseño nació en 2014.
García dice que en este momento está contento y “orgulloso de decir que sus actividades le permiten tener ganancias”. “Los únicos que no me conocen en Jackson Heights son los que vienen nuevos al barrio”, dice con una sonrisa. Eso si, alrededor de un 20% de su salario lo destina a las actividades filantrópicas porque sigue recogiendo animales de la calle y les busca el hogar.
Como empresario dice que lo que más le cuesta hacer es atender el papeleo, los impuestos, las licencias, todo la burocracia que rodea a un negocio que tiene cinco empleados ya.
“Pero siempre consigo ayuda”, dice refiriéndose al contador y un abogado.
“Lo que más fácil me ha resultado es no tener las barreas que como latino tantas veces me dijeron que iba a tener. Oí a gente decir que a otros les iba bien porque eran franceses o porque es de otro lado… Como mexicano ere era mi miedo, miedo a lo desconocido realmente, pero yo sin querer queriendo creé una comunidad para abrir el negocio. Antes de abrir ya tenía clientes”.
García sigue teniendo planes. En cinco años se ve como un líder de mi comunidad para apoyar a los empresarios de la zona. “No me quiero limitar a los animales quiero ayudar a las personas porque es muy satisfactorio echar una mano a quien lo necesita. Me gustaría dar un poco de alegría a personas enfermas, quizá con los animales”.