Sobre gustos…: Por qué algunas personas aman el olor a gasolina
Actúa como sedante y es similar a la sensación que produce el alcohol
El olor a gasolina es inconfundible, y si la sustancia termina machando tu ropa o los asientos de tu vehículo, el olor te puede seguirte por varios días.
Aunque para algunas personas el olor a gasolina resulta detestable e intolerable, para otras el olor puede ser muy agradable, y hay una explicación científica para este efecto.
La gasolina, un producto refinado derivado del petróleo que contiene más de 500 diferentes químicos, es un compuestos orgánico que también se encuentran en químicos como soluciones de limpieza, pintura y algunos pegamentos. Entre sus componentes se encuentran metanol, etilenglicol y etanol, los cuales son dañinos para el cuerpo humano.
Cuando se respira el líquido, éste actúa como un anestésico para el cerebro que suprime la función del sistema nervioso y puede provocar un estado de euforia, explica Greatist, agregando que la sensación es similar a la que provoca el sobreconsumo de alcohol.
Por otra parte, el olor a gasolina – cuando se huele en ocaciones y sin intensidad – puede tener otros efectos en distintas personas. Por ejemplo, un experto que entrevisto Greatist dice que la gasolina puede revivir memorias de la infancia, mientras que otros expertos piensan que el olor a hidrocarburos se asimila al olor a frutas y eso provoca una sensación placentera.
Cual sea la razón del gusto de ciertas personas por el combustible, la gasolina no debe inhalares directamente y su olor puede ser tóxico para algunas personas, además de adictivo.
En países tercermundistas, los gobiernos locales tienen un severo problema con el abuso de la sustancia en poblaciones marginales debido a que es accesible fácilmente y es muy económico. Además, el abuso de la gasolina como droga alternativa es más común en adolescentes, explica Rehab Center, una organización que ayuda a combatir adiciones.
“Algunas de las formas más comunes en que las personas soplan gasolina están oliendo directamente los humos de una lata de gasolina; inhalando los humos de una bolsa y resoplando un trapo empapado en gas colocado sobre la boca y la nariz. Solo lleva unos segundos alcanzar el pico de la subida, y termina en unos minutos”, señala la organización en su sitio web.
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