Las ventas de autos en noviembre en Estados Unidos fueron excelentes, pero la industria sigue cortando puestos de trabajo: ¿qué pasa en verdad?
Los analistas predecían malos meses para los Estados Unidos; ellos se equivocaron
La industria automotriz pasa por una transición muy importante y difícil.
Los consumidores están optando por dejar de gastar el mismo dinero que gastaban en autos hace años debido a distintas razones como el tráfico, cambio climático y las nuevas tendencias en movilidad compartida, entre otras.
Aún así y dejando atrás los pronósticos negativos, los Estados Unidos llegaron un una cifra casi récord de autos vendidos, reporta Business Insider.
Unos 17,500 vehículos fueron vendidos en noviembre a un precio promedio de $36,000 – lo cual es muy bueno –. Las ventas superan a las del mismo mes del año pasado, pese a la negativa tendencia que se experimenta globalmente.
Si bien todo debe indicar que los fabricantes deben estar perdiendo dinero en los Estados Unidos, uno de los mercados más grandes, este año no lo han hecho. ¿Será gracias a los despidos? Business Insider dice que no. ¿Entonces por qué siguen despidiendo empleados?
“Los fabricantes de automóviles eliminarán más de 80,000 empleos durante los próximos años”, informó Bloomberg el martes.
Los cambios en empleo se asocian con la necesidad que tienen los fabricantes de invertir en tecnología para fabricar vehículos eléctricos. Por ejemplo, para el 2025, Audi despedirá a 9,500 personas en todo el mundo, pero abrirá vacantes para unas 2,000 nuevas posiciones relacionadas con con ingeniería en vehículos eléctricos (EVs), el nuevo enfoque de la compañía.
La razón detrás de los despidos está relacionada con inversión. Es decir, los fabricantes, que se han puesto metas ambiciosas como dejar de producir autos de gasolina en 30 años en el caso de Volkswagen, necesitan recortar empleaos para destinar ese dinero al desarrollo e investigación de tecnología eléctrica y autónoma.
Nada es seguro en cuestiones de ventas de autos, y al parecer los pronósticos negativos han estado equivocados. Pero algo sí es seguro: los fabricantes siguen recortando su fuerza de trabajo en todo el mundo.
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