El arcoiris brilla hoy en Jackson Heights
Hoy se cumplen 20 ediciones del Desfile Anual del Orgullo Gay en Queens. 20 años, también, de evolución decisiva para la primera gran comunidad LGBT latina (Lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) de Nueva York.
Jackson Heights, Queens – Hoy se cumplen 20 ediciones del Desfile Anual del Orgullo Gay en Queens. 20 años, también, de evolución decisiva para la primera gran comunidad LGBT latina (Lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) de Nueva York.
En esas dos décadas se han multiplicado las organizaciones y establecimientos dedicados al colectivo gay, especialmente en la zona de Jackson Heights.
“Al principio participábamos sólo tres bares LGBT en el desfile, y ahora hay siete en el vecindario”, dice Eddie Valentín, co-propietario de “Evolution” y “Friends Tavern”, dos de los clubs gays más emblemáticos y populares de la avenida Roosevelt. “Y otros cuatro o cinco más también abrieron y cerraron durante ese tiempo”.
Aunque si hay algo que ha marcado ese periodo, según los que lo han vivido de primera mano, es el crecimiento y la diversificación de la comunidad.
“Cuando llegué a vivir al barrio, había una gran comunidad LGBT colombiana y eso se reflejaba en los bares y los sitios de encuentro”, explica Andrés Duque, fundador en 1996 de COLEGA (Asociación Colombiana de Gays y Lesbianas) y autor del importante blog pro-derechos gays, Blabbeando. “Hoy día, por los cambios en los patrones de inmigración, hay también muchos ecuatorianos, mexicanos o peruanos”.
Para que se produjera este desarrollo, se han tenido que superar también obstáculos y lacras. La idea del desfile precisamente surgió de las ganas que tenía la comunidad de protestar y reivindicarse tras el asesinato de Julio Rivera, un joven gay puertorriqueño del barrio que fue golpeado y apuñalado por tres radicales de ideas homófobas en 1990.
Luego, en el verano de 2001, Eddie Garzón, otro joven gay de origen colombiano, falleció en Jackson Heights a causa de un nuevo crimen de odio.
Fueron dos hecho luctuosos que sin duda se quedaron grabados a fuego en la comunidad LGBT del barrio, pero que, de acuerdo a sus activistas, nunca fueron señales de falta de aceptación.
“Obviamente el asesinato de Julio fue un hecho doloroso que marcó el momento en el cual la comunidad se visibilizó y alzó su voz para que su muerte no quedara impune y defendiéramos nuestras vidas”, cuenta Duque. “Aun antes de su muerte el barrio ya era un hogar para la comunidad LGBT latina de la ciudad”, apostilla.
Marlene Forero, la mejor amiga de Garzón –estuvo con él en el hospital hasta que la muerte le venció- y destacada activista heterosexual pro-LGBT, confirma que la muerte de su amigo y la de Rivera han sido “los dos único ataques graves de homofobia de los que tengo noticia” y que “en Jackson Heights la aceptación y el respeto son la regla”.
Otra activista que vive en el barrio, Diana de la Pava, miembro durante muchos años de “Las Buenas Amigas”, una importante organización latina lésbica, se ha dado especialmente cuenta de lo tolerante que es Jackson Heights después de haber sido madre.
“Tengo un niña de dos años y nueve meses, y me tengo que juntar todo el tiempo con gente que tiene hijos de la misma edad”, explica De la Pava. “Nunca me había codeado tanto con heterosexuales y todos me han tratado de maravilla aquí. Nunca me he sentido rechazada o excluida”.
No obstante, en marzo del año pasado, el ecuatoriano Anthony Collao, de 18 años, fue asesinado a golpes por un grupo de hispanos en el sector de Woodhaven porque pensaban que era gay.
El desfile, por tanto, quizá ya no tenga tanto sentido como protesta y sí lo tenga más como celebración y reivindicación de la comunidad LGBT de Queens. Argumentos de sobra para que cada año sea más grande y para los que ayudaron a que creciera al principio, lo sigan haciendo ahora.
“Mi socio y yo hemos aportado más de $100,000 dólares al desfile en estos 20 años y espero participar en él durante mucho tiempo más”, acota Valentín.