La tragedia de una eterna: Florence Griffith Joyner

La atleta siempre será recordada por su estilo y sus records en la pista

La velocista estadounidense dejó una huella profunda en el mundo del deporte.

La velocista estadounidense dejó una huella profunda en el mundo del deporte.  Crédito: Tony Duffy | Getty Images

Florence Delorez Griffith Joyner es la única mujer de la historia que ha logrado correr los 100 m planos en 10.49 segundos y los 200 m en 21.34 segundos. Sus marcas suman 22 años vigentes y pese al avance de la tecnología en calzado, uniforme y otros aspectos, nadie ha podido batir sus marcas implantadas en 1988.

La historia de ‘La mujer más rápida del mundo’ es tan apasionante como trágica. Griffith se inició en el atletismo desde niña. A los 14 años ya había ganado los Juegos Juveniles Nacionales Jesse Owens, a los 19 ya había establecido varios récords de velocidad a nivel local; sin embargo, debido a su situación económica precaria se vio obligada a alejarse de las pistas para trabajar y ayudar a la manutención de su familia.

Fue varios años más tarde cuando conoció al que sería su entrenador el resto de su vida, Bob Kersee, quien de inmediato vio su potencial como velocista de clase mundial y le consiguió una beca para poder trabajar con ella muy en serio.

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En 1983 participó en el Campeonato Mundial de Atletismo, donde obtuvo el cuarto lugar; un año más tarde, en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, consiguió la medalla de plata para Estados Unidos, pero sus más grandes éxitos aún estaban por llegar.

El año que marcó su carrera y al atletismo a nivel mundial fue 1988, porque consiguió lo inimaginable, dos marcas inauditas, que a 22 años de distancia siguen sin batirse.

Sus actuaciones fueron memorables. Primero en los trials de Indianápolis, clasificatorios para los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, allí corrió los 100 m en asombrosos 10.49 segundos, pulverizando por 27 centésimas la marca mundial; posteriormente, ya en los Olímpicos, batió dos veces la marca mundial, pero ahora en los 200 m, primero en la semifinal y luego volvió a hacerlo en la final. Así ganó el oro tras hacer su recorrido en 21.34 segundos, algo que ninguna otra mujer ha conseguido. En la competición también ganó las preseas áureas también en los 100 m y en los relevos de 4 x 100 m; en los 4 x 400 m obtuvo la plata.

El misterio llegó un año después, cuando sorpresivamente y en el mejor momento de su carrera, anunció su retiro de las pistas, lo que hizo que sus críticos cuestionaran la manera en que consiguió sus marcas, ya que argumentaron que pudo haber consumido sustancias ilícitas para obtener tan impresionantes resultados, lo cual nunca se le comprobó.

10 años después de la competencia que le dio la gloria, El 21 de septiembre de 1998, con 38 años, murió en su casa de California mientras dormía. La investigación reveló que había sido por asfixia como consecuencia de una convulsión epiléptica severa.

Cabe mencionar que las únicas sustancias que encontraron en su organismo fueron dosis mínimas de medicamentos comunes: acetaminofén (analgésico) y Benadryl (antihistamínico).

Lo que nunca olvidaremos, además de sus marcas personales, será su estilo en la pista, con maquillaje impecable, ropa llamativa y uñas largas y perfectamente cuidadas.

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