Un preso se arrancó su propio ojo frente a los guardias en cárcel de Nueva York
Algunos reclusos están escupiendo y tosiendo al personal, bajo amenazas de contagiarlos, para que los liberen
Un detenido de Rikers Island se arrancó su ojo izquierdo frente a oficiales de corrección que no pudieron impedirlo, reportó New York Post.
Sucedió el viernes pasado en la cárcel más grande de NYC, que en este momento se encuentra en su nivel más bajo de reclusión, porque cientos de presos han sido liberados por la reforma penal y los riesgos de contagio del coronavirus, lo que equivale al 20% de la población penal de la ciudad.
El espectáculo de terror comenzó cuando el recluso no identificado se sacó su ojo izquierdo mientras estaba en un área de detención dentro de una clínica médica en el Centro Anna M. Kross, según las fuentes.
El ojo se quedó colgando de su nervio cuando fue retenido por los oficiales. Fue trasladado de urgencia a la clínica principal de la cárcel, donde los médicos pudieron reinsertar el órgano. Pero luego lo arrancó nuevamente, usando un objeto no identificado.
El Comisionado Adjunto de Información Pública del Departamento de Corrección (DOC), Peter Thorne, dijo que se estaba “llevando a cabo una investigación completa” del incidente.
“Nuestros oficiales llamaron de inmediato a un profesional médico en la instalación para que los ayudara en el momento en que se dieran cuenta de que esta persona se estaba autolesionando”, dijo Thorne. “El individuo fue trasladado a un hospital local, donde ahora está recibiendo atención”.
“Éste es un individuo con trastornos mentales graves”, dijo una fuente familiarizada con el incidente.
Según los informes, algunos reclusos que aún no han sido beneficiados con la libertad están escupiendo y tosiendo a los guardias, bajo amenazas de contagiarlos, aún sin saber si están enfermos.
Hasta ahora, más de 400 oficiales de corrección de la ciudad han dado positivo por COVID-19.
Las liberaciones masivas han generado al menos dos nuevas preocupaciones en las calles de NYC: el posible aumento de los delitos y la indigencia.
Además de ser víctimas también de los contagios en la pandemia, ya desde el 1 de enero NYPD ha enfrentado el reto de la reforma penal estatal, que ha dejado a más sospechosos en la calle. Luego, con la pandemia, la orden ha sido descongestionar las cárceles en todo Nueva York y muchos otros estados del país.