Mexicanos quieren el mercado de EE.UU en China, pero…
La discordia comercial entre Estados Unidos y China y la entrada en vigor del T-MEC representa una de las mayores oportunidades económicas para México
MÉXICO – A mediados de mayo, Antonio Mendoza tuvo que dar la cosecha de 20 hectáreas de maíz elotero al ganado porque no lo puedo vender. No lo vio exactamente como una perdida sino como un inversión porque sus becerros de engorda ganarían en calidad de carne, pero no era el objetivo y lo desestabilizó económicamente en el sustento diario.
“Los agricultores pequeños en México dependemos de un mercado muy inestable, del clima, ahora del coronavirus…”, cuenta en entrevista con este diario. “La exportación nos abriría muchos caminos, pero necesitamos capacitación”
Este ingeniero agrónomo sabe que representa uno de los grupos con mayores potenciales de México, si supiera pasar las fronteras y variar sus tipos de cultivos, con base en una necesidad que vendrá los próximos años de un pleito entre dos países que está a años luz de su realidad en Guerrero y, al mismo tiempo, al alcance de sus posibilidades.
La discordia comercial entre Estados Unidos y China y la entrada en vigor del renovado acuerdo comercial libre de aranceles en la región de América del Norte representa actualmente una de las mayores oportunidades de las últimas décadas para México.
El presidente estadounidense, Donald Trump, volvió a criticar recientemente al régimen chino, acusándolo de causar un “gran daño”, en posible referencia al origen de la pandemia, y reafirmó así que la discordia entre los dos gigantes generada por el déficit comercial sigue en pie mientras abre una oportunidad comercial para México que ya veía venir desde el año pasado.
En el primer trimestre de 2019, México superó a China para convertirse en el principal socio comercial de Estados Unidos, con el 15% del comercio total estadounidense mientras que la participación de China bajó a 13.1% por ciento en el mismo periodo y puede ir por más en 48 productos en diversos sectores que EE.UU. ha dejado gradualmente de importar desde Asia .
Entres los productos que México puede suplir a China como productor se encuentran: unidades automáticas de procesamiento de datos, grifos, válvulas y similares para pipas, boilers; máquinas eléctricas de función individual, frenos de vehículos, lámparas y demás aparatos de alumbrado para colgar.
“México tiene ventajas competitivas para integrarse y suplir a las cadenas de proveeduría del mercado estadounidense fortaleciendo así el tejido productivo nacional”, advirtió recientemente la secretaria de Economía, Graciela Márquez.
El Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI), una asociación civil sin fines de lucro dedicada al estudio, análisis y diálogo sobre las relaciones internacionales, fue más allá y en un estudio sobre el tema publicado en 2019, concluyó que la amenaza es un incentivo para que México se posicione… ¡en ambos mercados!
México puede sustituir a EEUU en China, según Comexi, en aparatos no eléctricos, equipo de transporte, metales y minerales, químicos, madera, papel, calzado, textiles, derivados de ropa y en absolutamente todas las frutas, vegetales y plantas, cereales, café, té, azúcar, oleaginosas, grasas, pescados y aceites.
El encono
El conflicto comercial sino-estadounidense tiene su origen en la aversión política al déficit comercial (EEEUU compra más de lo que vende a China) y en la percepción de que hay competencia desleal y violaciones a la propiedad industrial por parte del gigante asiático. Para contrarrestar las prácticas chinas que EEEUU considera nocivas, el gobierno de Donald Trump impuso en enero de 2018 aranceles a lavadoras y celdas solares provenientes de China y así siguió con otras restricciones, al sorgo, a compras de acero, sanciones a empresas de comunicaciones…
China contratacó y para agosto de ese año se impusieron en ambos países aranceles a productos cuyas importaciones representaron 50 mil millones de dólares en ambos bandos y prometieron más impuestos. En mayo pasado sumaron el 10% a aranceles de importaciones superiores a las 200, 000 millones de dólares.
Empresas y autoridades de los más altos niveles han intentado resolver sus conflictos en seis reuniones bilaterales, pero la relación sigue tensa y COVID-19, cuyo origen se sitúa en una provincia china de Hubei, vino a empeorarla.
“Es un momento clave para México, una gran oportunidad no sólo para la comercialización sino para atraer la inversión”, advirtió Carlos Jácome, un empresario mexicano con negocios que fluctúan entre China y México. “Se calcula que unas 70,000 empresas estadounidenses y otras de ahí van a salir de China próximamente por esta tensión”.
Hace poco, una empresa se manufacturas china Fuling Global se mudó a Monterrey, en el estado de Nuevo León, para dejar a un lado el pleito. El CEO de la compañía reconoció que el 85% de sus ingresos provenían de sus exportaciones a Estados Unidos y decidió rediseñarla a favor de los intereses de México y, por su puesto, para la supervivencia de la compañía.
Esfuerzos y condicionantes
La atracción de inversión extranjera a México como opción de China es una realidad aún mayor desde el 1 de julio pasado porque uno de los obstáculos que evitaba el incremento era la incertidumbre creada por la falta de ratificación del T-MEC, pero una vez que se echó a andar, las empresas del exterior comienzan a mirar con mejores ojos al país.
Quedan pendientes algunos temas como la falta de Estado de Derecho y ciertas decisiones del gobierno federal como la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México al principios del sexenio de Andrés Manuel López Obrador que golpeó el Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa.
El gobierno mexicano también ha cancelado algunos proyectos de energía eólica a China, un país que ya le reclamó y hasta condicionó, advierte el empresario Jácome. “Las políticas actuales de México que van en reversa a la defensa del medio ambiente con el uso del carbón es algo que no gusta en todo el mundo.
Otro reto para la consolidación de México en las grandes ligas del comercio es la capacitación a sus pequeños productores, como lo planteó el ingeniero Mendoza en Guerrero, quien observa que la mayoría de los agricultores locales no tendría inconveniente en exportar si supieran hacerlo.
Coincide Miguel Suárez, propietario de la exportadora RUMEC que desde hace año se enfoca en ayudar a pequeños agricultores a llevar sus productos al exterior. “El problema que tiene el productor es que cuando tienen que sacar certificaciones de calidadad para exportar se desaniman porque son protocolos burocráticos, en idiomas que no conocen y se traban, se desesperan y terminan diciendo: mejor sólo siembro y que me paguen y ahí es cuando entran los coyotes a hacer dinero”.
Suárez, un ex migrante en Estados Unidos que aprendió a hacer negocios internacionales, denuncia que de esta incultura de la exportación en México se han aprovechado muchos “brokers” estadounidenses que compran en toda América Latina, principalmente en México, las cosechas, las llevan a EEUU o las procesan en México y las venden enlatadas a todo el mundo, incluyendo China.
Mendoza dice que con gente especializada en diversas áreas, los agricultores mexicanos podrían resolver el problema desde muchas formas y convertirse en asociaciones de exportadores. Por ejemplo, Guerrero tiene áreas para la agricultura de todo tipo y, sin embargo, la gente se empeña en sembrar lo mismo y no rota los cultivos.
“Se podría sembrar lo que se nos pida en cualquier parte del mundo, incluso con muy poca agua, pero los ayuntamientos no invierten en apoyar a sus campesionos para que gente especialista los guíe: en cultivos orgánicos, en acceder a los recursos federales o hasta ayudas internacionales”.
En pocas palabras: México tiene los recursos humanos para hacerse de una tajada de dos gigantes. Sólo falta el conocimiento.
Cita destacada
“En 2019 por primera vez se convirtió en el primer socio comercial de Estados Unidos, por primera vez desde que existen estadísticas y esto no fue resultado de un particular esfuerzo de las exportaciones mexicanas sino por el desplome en comercio en EU y China y sobre todo por el desplome de las exportaciones chinas a EU”
Enrique Dussel, analista de temas México-China de la Universidad Nacional Autónoma de México.