Colombianos de Nueva York llenos de esperanza en medio de la pandemia del COVID-19
Esta comunidad recordó el 20 de julio un aniversario más de su independencia, y trabajadores esenciales, que no han parado a pesar del brote, se muestran optimistas
Este 20 de julio se conmemoraron 210 años de la Independencia de Colombia, y a pesar de la distancia, los colombianos que viven en la Gran Manzana solían festejar sus fiestas patrias con eventos masivos, como el reconocido desfile en la Avenida Northern Boulevard, de Queens, un concierto en el Madison Square Garden, exhibiciones artísticas y culturales y el multitudinario festival del parque de Flushing. Este año, las cosas fueron diferentes.
Debido a la pandemia del COVID-19, que obligó a la Ciudad a cancelar eventos con multitudes, los colombianos no pudieron celebrar por todo lo alto su fecha, pero eso no les quitó el deseo de honrar a su país de origen como mejor saben hacerlo: trabajando y mostrando esa cara alegre y echando mano del empuje y el tezón que los cafeteros presumen como parte de su idiosincracia en momentos difíciles.
Ese es el sentir que manifestaron colombianos de la Gran Manzana, que formaron parte de los llamados trabajadores esenciales, que en medio de la pandemia del coronavirus no dejaron de trabajar, y como hormiguitas, continuaron prestando sus servicios para que la ciudad pudiera seguir funcionando.
Desde diferentes frentes de batalla como el sector hospitalario, la entrega de comidas, la venta de víveres, la construcción y hasta el suministro del infaltable café colombiano, que tanto orgullo les produce, los colombianos de la Gran Manzana han mostrado que no se rinden, ni siquiera cuando el agua les llega al cuello.
“Todos estamos pasando por uno de los momentos más duros que hayamos podido vivir, no solo como ciudad, sino también como país y como humanidad, pero como solemos hacer los colombianos, nosotros sacamos esa berraquera (fortaleza) que nos caracteriza y hemos seguido firmes al pie del cañón, sumándonos al batallón de trabajadores esenciales”, comentó el bogotano Juan Fernández, quien trabaja como repartidor de comida en Jackson Heights, en Queens.
“Ya habrá más años para celebrar, pues esto solamente es una prueba más, Sabemos que ha dejado mucho dolor especialmente en nuestra comunidad latina, y en barrios como en los que trabajamos cada día, pero como un colombiano que ha vivido momentos muy difíciles en nuestro propio país, sé que la tormenta pronto pasará“, agregó el colombiano, quien en su país se desempeñaba como enfermero profesional. “Desde el punto de vista médico sabemos que hay mucho por descubrir y aprender sobre este virus que nos está atacando, pero soy de los que cree que después de la noche más oscura es cuando llega el día más claro“.
Andrea Gómez, nacida en la ciudad de Calarcá, en la zona cafetera de Colombia, también comparte ese mismo positivismo, y afirma que ser trabajadora esencial en medio de la crisis del COVID-19, la llena de mucho orgullo, por el deber cumplido.
La joven, propietaria del sitio “3 café de Colombia”, de Steinway, en Astoria Queens, uno de los sitios colombianos, punto obligado para visitar, por su café, sus deliciosos pan de bonos, la aguapanela helada con limón, la buena pony Malta y los panes con queso derretido, confiesa que la manera de celebrar la colombianidad este año es mostrando un rostro de esperanza y no de tragedia.
“Tengo que admitir que la primera semana, cuando fue el caos, decidimos cerrar, pero luego empezaron a llegar las facturas y los cobros y decidimos volver a abrir, pero dijimos que lo íbamos a hacer con positivismo y con mucha fe y alegría”, dijo la colombiana, quien ha seguido consintiendo sin cesar a sus clientes con las diferentes ofertas de café, panes y golosinas que ofrece el lugar.
“Todos este cambio ha sido muy duro, todas las ventas bajaron, fuimos testigos de primera mano de todo. Viendo la soledad de las calles, pero dimos la batalla, seguimos trabajando y queremos seguir haciéndolo con fuerza con mucho ánimo y con esa alegría que nos caracteriza a nosotros los colombianos”, agregó la quindiana, quien destacó que aunque “el palo no está para cucharas” (la situación no está fácil), hay que ponerle el pecho a los obstáculos.
“Aquí solo trabajamos mi esposo y yo nada más, pero estamos muy animados, con mucha fe y muchas ganas de salir adelante, resaltando a diario con nuestra tienda todo lo que es es Colombia, especialmente el café, y el 20 de julio celebraremos en redes sociales, rindiendo homenaje a nuestro país”, comentó la microempresaria, advirtiendo que como trabajadora esencial más que sentirse como héroe se siente bendecida. “Como colombianos somos gente que tenemos mucha berraquera, mucho ánimo, mucha felicidad… somos gente amable, feliz y muy emprendedores, creo que fue duro seguir, pero tuvimos la bendición de poder hacer nuestro trabajo. Creo que esto es un toma y dame, nosotros servimos a la gente en un momento duro y ellos apoyan el negocio”.
Y a los paisanos de figuras como Shakira, James Rodríguez, García Márquez, J Balvin, Sofía Vergara y la asambleísta Catalina Cruz, (primera legisladora colombiana en Nueva York) les enorgullece también haber sido vitales en medio de la pandemia, contribuyendo con su aporte a hacer más llevadera la crisis.
“Yo he estado trabajando sin parar, y aunque admito que al principio me dio un poco de miedo lidiando con el riesgo de contagiarme o enfermarme, me siento orgulloso de saber que ayudé y sigo ayudando con mi trabajo esencial a que la ciudad no se haya paralizado del todo”, asegura el antioqueño Francisco Martínez, quien trabaja en construcción. “Nosotros no estuvimos curando a pacientes, como los médicos y las enfermeras, pero estuvimos y estamos levantando obras que son necesarias para familias enteras que dependen de nuestras construcciones”.
Shirley Gómez, quien trabaja como enfermera en una clínica de proveedores primarios en Manhattan, y quien ha estado en la primera línea de batalla, asegura que las acciones de colombianos en trabajos esenciales son el mejor testimonio de la entrega y compromiso con el que las personas del país cafetero se mueven.
“Nosotros hemos tenido mucha representación en puestos escenciales, y hemos sacado a la luz esa parte humana, ese deseo de ayudar a los demás, el ser caritativos y ser unidos todavía más, preocupándonos unos por otros, algo que nos define a los colombianos”, agregó la enfermera, originaria de Pereira. “En la clínica donde trabajo las dos personas que limpian, son colombianos y estoy yo que soy otra colombiana y definitivamente pusimos nuestro granito de arena en toda esta pandemia”.
La trabajadora de la salud, quien se contagió de coronavirus el 20 de marzo, y quien estuvo dos semanas fuera de sus labores, admite que siente un poco de incertidumbre por la manera como evolucione la pandemia, pero advirtió que hace parte de una nueva manera de vivir.
“Definitivamente estamos en un proceso de cambio, con mucho trabajo, e incluso lidiando con un poco de tristeza por el factor de la muerte de gente y por aquellos que se ven enfermos, pero creo que tenemos que sacar a flote positivismo y tener esperanzas de que las cosas van a estar mejor“, concluyó la colombiana.