Qué sucede si comes solo frijoles por 40 días: un corredor de ultramaratón lo descubrió
Inspirado en la historia de una madre que alimentaba a sus hijos solo con frijoles
Beau Miles, es un doctor que decidió convertirse en un “frijol humano”. Realizó un experimento para estudiar en su cuerpo los efectos de una dieta de frijoles sin comer absolutamente nada más durante 40 días y al final correr un ultramaratón de 50 kilómetros en las montañas.
Niños que solo comían frijoles
El desafío de Miles estuvo inspirado en una escena de la novela Tortilla Flat del autor estadounidense John Steinbeck. En el libro, Teresina Cortez es una madre soltera que alimenta a sus nueve hijos únicamente con frijoles directamente en las tablas del suelo. Cuando la enfermera de la escuela conoce el caso, un doctor revisa a los niños y se dan cuenta que están saludables.
Al corredor de Australia le gustan los frijoles y quiso averiguar cómo se siente llevando una dieta solo con esas legumbres. Determinó comer su peso (en un inicio 85 kg) en frijoles, no en el suelo pero sí de latas frías.
Comía frijoles en su casa, en el trabajo, con los amigos, en el metro, en el avión, durante sus entrenamientos, en todas partes.
Perdió 4.1 kilos, tuvo 15 carreras y recorrió 110 km
Estaba acostumbrado a comer vegetales, legumbres, lácteos, frutas, granos, cereales, carne, café y té. Esa variedad de alimentos se vio reducida solo a frijoles, 191 latas en 40 días, las últimas durante el maratón. Se hizo análisis antes, durante y después de su experimento.
“Cómo me siento cuando corro se correlaciona con lo que como, que durante toda mi vida he estado comiendo de todo”, dijo Beau.
En los primeros días empezó por tener más gases. Ya al cuarto día reportaba disminución constante de energía y del estado de ánimo, aunque los efectos estarían vinculados a la falta de café. Para no volverse loco su único lujo fue té con un chorrito de leche.
Comenzó sus entrenamientos durante la dieta de frijoles con 5 km y fue aumentando las distancias. No se sentía como antes, “es como si estuvieras corriendo con resaca o sin dormir”, describía.
Luego de dos semanas estaba más irritable y molesto. Estaba perdiendo unas libras, se sentía delgado pero estaba más en forma. Podía seguir corriendo, porque al final señala que no tenía energía limitada.
Durante su dieta de frijoles perdió 4.1 kilos, tuvo 15 carreras y recorrió 110 km.
Llegó a sentir que todo su cuerpo era de frijoles
El día de la carrera Beau Miles corrió lento pero seguro hacía la línea de meta, fue una sensación gratificante. Sabedor de que uno es lo que come y de lo que es capaz basándose en ello. Llegó a sentir que todo su cuerpo era frijoles, sus ojos, su cabello, su corazón.
“Steinbeck tenía razón, si tienes 400 libras de frijoles en la casa no tienes miedo de morir de hambre”, dijo Miles.
El comedor de frijoles documentó todo el proceso en el que aprendió mucho sobre su propia relación con la comida. La conexión emocional que tenemos los humanos con ella y cómo el ánimo se ve afectado cuando te limitas a un solo alimento. No todo se trata de saciar el apetito y los nutrientes.
“No tienes energía limitada cuando estas lleno de frijoles… la tienda de comestibles representa el espectro completo de seres humanos, somos lo que comemos, nuestra cultura, sociedad, estados de ánimo, nuestra vida física y significativa es probablemente a través de la comida… al reducir lo que compro en la tienda reduje mi capacidad de sentir esas emociones”, dijo Beau al final de su experimento.