Pedro Capó trae una propuesta de amor
El intérprete boricua estrena 'Munay', su primer disco inédito desde hace tres años
Pedro Capó no perdona el café. Pasa del mediodía en Puerto Rico y el cantante se saborea un buen trago de la taza que lo acompaña a un lado y otro de su casa. No hay prisa de nada, la pandemia le da tiempo para todo.
Cuando abren las playas, se va a nadar. Cuando no, la pasa en casa con tres sus hijos, todos varones. Tiene uno de 9, uno de 7 y otro de 25.
El abrupto alto en su carrera debido a la pandemia no pudo haber llegado en un mejor momento. Capó estaba sumergido en la vorágine de “Calma”, un tema que grabó junto a Farruko en 2018 que ya ha sido visto más de 200 millones de veces en Youtube. Su agenda estaba llena de viajes, promociones, más viajes, eventos para recibir premios, conciertos y más conciertos.
Nadie esperaba ese éxito, él mucho menos. Antes de ese tema había estrenado otros álbumes, el primero en 2007, sin mayor resultado. Y así, de la noche a la mañana, a sus 38 años, Capó se convirtió en toda una celebridad, un artista que brillaba con luz propia, a pesar de ser hijo y nieto de dos luminarias de la música en español. Su abuelo Bobby Capó fue un popular baladista y bolerista, y su padre, también Bobby Capó, fue un reconocido salsero.
El artista suelta una carcajada cuando se le menciona que es un fenómeno poco común que la carrera de un cantante despunte en los albores de los 40, especialmente cuando existe una trayectoria de más de diez años. Sin embargo, fueron las circunstancias las que no le permitieron llevar una carrera más consistente, dijo.
“Ser constante siempre fue mi intención”, dijo el artista boricua. “Tuve obstáculos que llegaron por legalidades de las disqueras […] Pero estoy agradecido de que todo haya llegado en el tiempo perfecto”.
Esta pausa, además de haberle dado un respiro, le ha permitido terminar y promocionar “Munay”, un álbum que estrena mañana y que sería el quinto de su carrera.
“Es mi primer disco inédito desde hace muchos años”, dijo el cantante, cuya música se inclina más hacia ritmos tropicales más modernos como el reggaetón y el trap, y que combina con la salsa, el reggae y los sonidos electrónicos.
Munay es un vocablo quechua que significa amor absoluto. La conexión entre esta lengua y Capó es el chamanismo amazónico, cuyos rituales practica desde hace dos décadas. Viaja con frecuencia a la selva peruana para participar en retiros espirituales y para “limpiar mi cuerpo y mi alma”.
“De ahí surgen muchas inspiraciones”, dijo. “Más allá de una filosofía de vida es una propuesta […] Mi propuesta es de amor, es un disco de amor en todas sus capacidades”.
A sus 39 años, Capó espera que este éxito “tardío” sirva de inspiración “para aquellos que persiguen sus sueños”.
“Nunca es tarde cuando la dicha es buena, decía mi padre”, recalcó. “Y aquí estamos”.