Murió la jueza de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg
La jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg, de 87 años, murió por complicaciones de cáncer de páncreas metastásico, dijo la corte.
La jueza Ruth Bader Ginsburg, la recatada instigadora que en sus 80 se convirtió en un ícono legal, cultural y feminista, murió el viernes.
La Corte Suprema anunció su muerte, diciendo que la causa fueron complicaciones del cáncer que padecía.
Artífice de la lucha legal por los derechos de la mujer en la década de 1970, Ginsburg fue la segunda mujer en ser nombrada jueza en el tribunal más alto del país, con 27 años de servicio, convirtiéndose en su miembro más destacado.
En 1972 fundó la sección de derechos de la mujer en la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles.
Ginsburg murió rodeada de su familia en su casa en Washington, DC, dijo el tribunal, que también informó que se realizará un servicio de entierro privado en el Cementerio Nacional de Arlington.
La destacada jueza se desempeñó como el miembro más importante del ala liberal de la corte, en los últimos años, entregando constantemente votos progresistas sobre los problemas sociales más divisivos del momento, incluidos los derechos al aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, los derechos al voto, inmigración, atención médica y acción afirmativa.
We remember Supreme Court Justice Ruth Bader Ginsburg, the second woman to serve on the Supreme Court. This 1996 portrait by Everett Raymond Kinstler is in our @smithsoniannpg's collection. pic.twitter.com/ohWILvx2y4
— Smithsonian (@smithsonian) September 19, 2020
Ginsburg fue una figura con gran popularidad en Estados Unidos
Sus fuertes opiniones la hicieron un icono cultural. Recibió el apodo de “Notorious R.B.G.” y es considerada como un símbolo de la resistencia pública y de la justicia.
“Nuestra nación ha perdido a un jurista de talla histórica”, dijo el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts. “En la Corte Suprema hemos perdido a una querida colega. Hoy lloramos, pero con la confianza de que las generaciones futuras recordarán a Ruth Bader Ginsburg como la conocimos: una incansable y resuelta defensora de la justicia”.
Su muerte inevitablemente pondrá en marcha lo que promete ser una batalla política desagradable y tumultuosa sobre quién la sucederá, y coloca la vacante de la Corte Suprema en el centro de atención de la campaña presidencial.