Altar de muertos mexicano: 10 alimentos que no deben faltar
Se cree que los muertos disfrutan la esencia de los alimentos y fortalecen su presencia
Celebrar a los Muertos en México es una tradición desde hace 3 mil años. Los aztecas, mayas purépechas, zapotecas, nahuas, totonacas y otros pueblos practicaban rituales para honrar a sus ancestros. Esta tradición logró preservarse y hoy es una festividad sincrética entre la cultura prehispánica y la religión católica.
La fiesta de Día de Muertos se lleva a cabo entre finales de octubre y los primeros días de noviembre (1 y 2 de noviembre). En la cosmovisión indígena implica el retorno transitorio de las ánimas de los difuntos, al mundo de los vivos, para convivir con su familia.
La ofrenda o el altar es una parte muy importante de esta celebración. Se cree que el espíritu de los difuntos disfruta de la esencia de los platillos que su familia le ofrece y que en vida fueron sus favoritos. Se ofrendan una gran variedad de alimentos, entre ellos:
1. Pan de muerto
El pan de la época prehispánica se hacía a base de amaranto y otros de maíz. La “papalotlaxcalli” o pan de mariposa era exclusivo de la ceremonia para los muertos. A la masa en forma de tortilla se le imprimía un sello en forma de mariposa y se pintaba coloridamente, explica el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.
Actualmente existen distintas variedades de pan de muerto. Lo hay de distintas figuras (humanas, de animales o domos), ingredientes y colores.
2.Tamales
Aunque los tamales forman parte de la comida ordinaria, constituyen una de las ofrendas más importantes. El tamal es un elemento de compartición, agradecimiento y reciprocidad entre vivos y muertos.
El tamal es “el alimento que fortalece su esencia y presencia ante los hombres del pueblo”, publica la revista Anthropology of food en el texto Los tamales: ofrenda y simbolismo entre los nahuas de la Huasteca veracruzana.
3. Calaveritas de azúcar
Las calaveritas de azúcar representan un recordatorio de la conclusión de una etapa de vida en la tierra. También hay calaveritas de chocolate y amaranto. Algunas veces tienen el nombre del difunto a quien se ofrenda o el de personas vivas a quien se obsequia, no es visto como un mal deseo, aunque es un destino inevitable.
4. Calabaza en tacha
La calabaza de Castilla se usa para preparar un platillo dulce tradicional para la ofrenda a los fieles difuntos. La calabaza en tacha se prepara con la calabaza, piloncillo y canela.
5. Dulces de amaranto y pepita de calabaza
En la época prehispánica, el amaranto estuvo también relacionado con las festividades religiosas y ritos indígenas. El tzoalli, mezcla de amaranto y miel, estaba presente especialmente en las ceremonias dedicadas a Huitzilopochtli en el mes tóxcatl.
6. Agua y sal
El agua es para que los muertos mitiguen su sed después de su largo recorrido desde el mundo de los muertos y para que fortalezcan su regreso. En algunas culturas simboliza la pureza del alma.
El elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.
7. Tequila, pulque o aguardiente
El “trago” es de acuerdo a los gustos que tenía el difunto para que recuerde los grandes acontecimientos agradables durante su vida.
8. Mole
El mole es uno de los platillos favoritos a ofrendar en el altar a los muertos. Puede ser mole con pollo, gallina o guajolote.
9. Frutas y verduras
Ya sea en las ramas que forman el arco del altar o en la mesa, se colocan mandarinas, naranjas, caña de azúcar, elotes, entre otras frutas, granos, semillas y verduras, dependiendo de la región.
10. Chocolate y café negro
El chocolate y el café son dos bebidas comunes en el altar. En la época prehispánica, el cacao era un símbolo de abundancia que se empleaba al momento de rituales religiosos dedicados a las divinidades. Solía beberse fermentado y con distintas especias, una de ellas la vainilla.
Además de alimentos, en el altar hay otros elementos importantes como las flores de cempasúchil para guiar su camino, el incienso, papel picado y las velas.
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