Inmigrante esperó 3 años para obtener ciudadanía; la pierde en segundos por negarse a un apretón de manos
Parece una tontería, pero significó mucho
Una Corte en Alemania determinó retirarle la ciudadanía a un hombre del Líbano por negarse a darle la mano a una empleada de inmigración por razones religiosas.
Deutsche Welle reportó esta semana el caso de un musulmán de 40 años que aplicó para la ciudadanía en el 2012 y pasó el examen con puntuación perfecta.
Como parte del proceso para la naturalización, el sujeto además firmó una declaración para denunciar extremismo y expresar su lealtad a la Constitución alemana.
Sin embargo, durante la ceremonia de juramento de ciudadanía en 2015, el solicitante se negó a darle un apretón de manos a una oficial migratoria, lo que llevó a la fémina a retener la certificación y dejar sin efecto su aplicación.
El libanés, quien es doctor, argumentó que no le dio la mano a la encargada por motivos religiosos y porque le prometió a su esposa no hacerlo.
Lo anterior, lejos de ayudarlo, le complicó el trámite; al punto que tuvo que llevar su caso ante la Corte Administrativa de Stuttgart antes de realizar una apelación ante la Corte Administrativa de Baden-Wurttemberg.
Este último foro decidió que cualquier persona que se niega a dar la mano por motivos específicos de género viola los términos de equidad establecidos por la Constitución del país.
Según los reportes sobre el fallo judicial, darse la mano es considerado fundamental en la cultura y valores alemanes, por lo que la negativa a hacerlo puede ser interpretada como una rechazo a integrarse a las condiciones de vida de la demarcación.
Al demandante le queda la opción de apelar en la corte federal, aunque no está claro si procederá en esa dirección.