Las nuevas pautas dietéticas lanzadas por el gobierno de Estados Unidos incluyen a bebés y niños pequeños por primera vez: qué recomiendan

Es nuestra responsabilidad alimentar de manera correcta a las futuras generaciones, es un aspecto clave para prevenir la obesidad y diversas afecciones crónicas

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Crédito: Shutterstock

Como todos los cierres de año el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y el Departamento de Salud y Servicios Humanos, emitieron nuevas pautas dietéticas para el próximo 2021. Lo que en esta ocasión ha llamado de manera especial la atención, es que por primera vez incluyeron recomendaciones para bebés y niños pequeños. Dichas pautas fueron establecidas por profesionales de la salud y formuladores de políticas, teniendo en cuenta que estas normas dictan gran parte de lo que comerán los estadounidenses de todas las edades durante los próximos cinco años y proporcionan una base para los programas federales de nutrición; vale la pena que los padres de familia estén informados.

El pasado martes dichas directrices fueron publicadas y se centran en “personalizar y disfrutar de las opciones de alimentos y bebidas ricos en nutrientes”, con el firme objetivo de reflejar las preferencias personales, las tradiciones culturales y las consideraciones presupuestarias. También es importante promover los límites saludables de calorías. Según las declaraciones de el secretario de el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), Alex Azar: “La ciencia nos dice que una buena nutrición conduce a mejores resultados de salud, y las nuevas pautas dietéticas utilizan la mejor evidencia disponible para brindar a los estadounidenses la información que necesitan para tomar decisiones saludables para ellos y sus familias.”

De tal manera que la USDA y el HHS, han reunido sus esfuerzos para ampliar esta edición de las pautas dietéticas y han proporcionado una nueva guía para bebés, niños pequeños y mujeres embarazadas y  lactantes, inspirados en la misión de ayudar a todos los estadounidenses a mejorar su salud, sin importar su edad o etapa de la vida. De manera específica la recomendación del panel asesor de Estados Unidos, para la alimentación de bebés es: evitar a toda costa los productos ricos en azúcar agregada. El comité enfatiza en que ninguna cantidad de azúcar agregada es adecuada para el desarrollo de un bebé y la recomendación por supuesto es enfocada a los padres y tutores quienes son los responsables de evitar el azúcar añadido en la dieta de un niño.

El alto consumo de azúcares refinados en la sociedad actual y por ende en las nuevas generaciones, se asocia directamente con la obesidad infantil y futuras enfermedades crónicas. En cambio, a modo general y enfocado en los adultos la cantidad recomendada de azúcar agregada se mantuvo en el 10% de las calorías diarias, aunque las pautas agregaron una recomendación para que los niños menores de dos años no consuman azúcares agregados en lo absoluto. Las nuevas pautas sugieren que a partir de los dos años de edad, un niño deberá consumir menos del 10% de las calorías diarias de azúcares añadidos. Sin embargo, investigaciones anteriores han encontrado que, en promedio, los bebés consumen una cucharadita de azúcar agregada al día, mientras que los niños pequeños consumen alrededor de 6 cucharaditas al día. En un niño este es un consumo alto, que en la adolescencia y edad adulta termina por ser mucho mayor.

Recordemos que los azúcares agregados se encuentran en todo tipo de alimentos procesados ​​y bebidas para endulzar y son altamente nocivos para la salud, por supuesto se diferencian de los azúcares naturales que se encuentran en alimentos integrales como la fruta, algunos vegetales y lácteos, como la leche. De hecho, según información liberada por la Academia Estadounidense de Pediatría, casi el 70% de la ingesta de azúcares agregados proviene de las siguientes cinco categorías de alimentos: bebidas azucaradas, postres y bocadillos dulces, café y té (con sus adiciones), dulces y azúcares, barras y cereales para el desayuno. Es por ello que la recomendación de leer la etiqueta nutricional de los alimentos no es menor cosa, hay que considerar que los azúcares agregados pueden incluir términos engañosos como: azúcar morena, edulcorante de maíz, jarabe de maíz, dextrosa, fructosa, glucosa, jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, miel, lactosa, jarabe de malta, maltosa, melaza, azúcar sin refinar y sacarosa.

El objetivo principal es promover que desde niños los seres humanos sigan un patrón dietético saludable, en cada etapa de la vida. Por lo tanto el comité insiste en la importancia de alimentar a los bebés durante los primeros 6 meses de vida exclusivamente con leche materna y si es posible durante el primer año de vida. En caso de por alguna razón la leche materna no esté disponible es importante que los padres y los tutores, alimentan a los bebés con fórmula “fortificada con hierro” durante el primer año de vida.

Adicionalmente existe un tema de especial relevancia: los niveles de arsénico en los cereales de arroz para bebés. Los nuevos límites de la FDA no protegen adecuadamente a los niños, de tal manera que la recomendación es es introducir alimentos “ricos en nutrientes” a los bebés a los 6 meses de vida, junto con “alimentos potencialmente alergénicos”. Las recomendaciones apoyan la lactancia materna exclusiva durante aproximadamente 6 meses con la introducción de alimentos que contienen maní entre los 4 y 6 meses en bebés con alto riesgo de alergia al maní, es un momento clave para detectar posibles alergias alimentarias en los infantes. La introducción de cacahuetes, huevos, productos lácteos de vaca, frutos secos, trigo, soja y mariscos y pescado, podría reducir el riesgo de que un niño desarrolle una alergia alimentaria. A la vez la etapa de crecimiento presenta posibles áreas de preocupación nutricional en el desarrollo del bebé, las principales pueden ser deficiencias de hierro, zinc y vitamina D. Teniendo en cuenta que la leche materna no contiene cantidades adecuadas de vitamina D, a menos que la madre esté tomando suplementos en niveles altos, las pautas recomiendan proporcionar a los bebés vitamina D suplementaria comenzando poco después del nacimiento. De cierta manera la inclusión alimentaria es un punto fundamental en la alimentación de bebés y niños, ya que les fomenta desde pequeños la importancia de seguir una dieta equilibrada. Que sin lugar a dudas es un hábito que determina el estado de salud, peso corporal y prevención de cualquier padecimiento crónico a futuro.

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