La Gran Manzana sigue debatiéndose entre planes de reapertura y la aparición de nuevas variantes del COVID-19
Funcionarios electos y científicos exigieron este miércoles al gobernador Andrew Cuomo "una pausa" en los decretos de flexibilización
En una esquina de la ‘guerra’ contra el COVID-19 en Nueva York se encuentra el gobernador Andrew Cuomo, quien sigue firme en sus decretos de flexibilización económica, y en la otra, funcionarios electos y miembros de la comunidad científica de la Gran Manzana que consideran “de alto riesgo” medidas como la reapertura de clases de fitness, cines, espectáculos deportivos y artísticos. Además, el aumento del servicio interior en los restaurantes.
A la secuencia de cuestionamientos por estas medidas de reapertura, se plegó este miércoles el Defensor del Pueblo de la ciudad de Nueva York Jumanee Willians quien en conjunto con la reconocida epidemióloga Dra. Celine Gounder y el presidente de la Comisión de Salud del Concejo Mark Levine, exigieron al mandatario estatal en una rueda de prensa virtual que “ponga una pausa” a la serie de medidas que entrarían en vigencia a partir del 1 de abril.
“Tenemos razones para ser optimistas con la vacunación. Aunque justamente en este momento con la aparición en la ciudad de las nuevas variantes del virus, no tenemos claro cuáles son los riesgos. Exigimos al Gobernador que revise estas medidas. La experiencia de otros estados y países han sido devastadoras una vez que reabren la economía”, razonó Williams.
El concejal Mark Levin reiteró que en la ciudad de Nueva York todavía existe una alta tasa de propagación del coronavirus, particularmente de las nuevas variantes surgidas en el Alto Manhattan y el Reino Unido.
“Este es un momento de precaución. Hemos logrado un progreso real en la vacunación, pero todavía solo el 14% de los adultos están completamente vacunados. Mientras tanto, variantes más contagiosas ahora están causando el 65% de los casos nuevos en Nueva York”, acotó Levin.
Temerosos con las variantes
Además, el concejal de Manhattan confronta la tesis del Gobernador de que los casos están en franco descenso, al exponer que en 25 localidades de la Gran Manzana la tasa de contagios supera el 10%.
“Para reducir el riesgo de otra ola, debemos mantener medidas de protección más allá de abril. Nos estamos basando en datos precisos, que nos obligan a exigir como funcionarios públicos una reflexión. Entendemos los retos de mejorar la economía. Pero será peor si se tienen que decretar de nuevo un cierre general, porque esto se vuelva incontrolable”.
A estos criterios, se adicionó la Dra. Gounder, experta en salud pública, quien expuso que la experiencia mundial frente a la pandemia indica que los bares y restaurantes son escenarios de alto riesgo de transmisión. A diferencia del seguimiento de vigilancia de las medidas mínimas de protección que puede existir en una escuela.
“Aún no tenemos a suficientes personas inmunizadas en la Gran Manzana. Estamos muy temerosos con la aparición de las nuevas variantes. Se observa de manera preliminar, que son más infecciosas y más violentas”, dijo la científica.
Cuomo: COVID-19 está bajo control
El plan de Cuomo permitirá que desde el 1 de abril los estadios y grandes espacios al aire libre operen al 20%, los centros de arte y entretenimiento podrán operar al 33% de su capacidad y además se levantarán las restricciones en casinos, cines y centros de fitness en donde se practica yoga, gimnasia y otras disciplinas en espacios cerrados.
También se podría autorizar el aumento del servicio de comensales en el interior de los restaurantes y bares de la Gran Manzana al 70%. Y eliminar el toque de queda en estos establecimientos que está marcado a las 11:00 p.m.
El gobernador ha insistido que se trata de una decisión que da pasos firmes para la recuperación de la devastada economía neoyorquina, pero calibrando los datos derivados del comportamiento de la infección en las últimas semanas.
En su actualización diaria acerca de la pandemia y al tiempo que enfrenta acusaciones sobre presunto abuso sexual, el mandatario estatal no hizo referencia alguna a las solicitudes que intentan atajar su estrategia de reapertura en la ciudad de Nueva York.
“Estamos logrando un buen progreso con la vacunas. Mantenemos nuestros números de COVID-19 bajo control. Pero esta guerra no ha terminado. Tenemos una vigilancia continua de las nuevas variantes”, concluyó.
“Es un momento frágil”
En la Gran Manzana estos decretos siguen encontrando una fuerte resistencia de parte de las autoridades.
El alcalde Bill de Blasio este miércoles volvió a sentenciar que es un “error mayúsculo” autorizar las clases de acondicionamiento físico en el interior de gimnasios. Además, sugirió que la capacidad de servicio interior en los restaurantes se mantenga en un 50%.
También el asesor principal de salud pública de la Ciudad, Dr. Jay Varma argumentó que en este punto los expertos aunque no tengan potestad de decidir qué espacios deben abrirse y cuáles permanecer cerrados, no queda otra alternativa que seguir promoviendo la educación de los neoyorquinos.
“Nos gustaría estar en un entorno en el que tengamos un control local total, sobre la identificación de los factores de alto riesgo y cómo regular sus operaciones. Pero en ausencia de eso, redoblamos nuestras medidas en este momento que es muy frágil. Y eso incluye vacunarse. Es la perspectiva que existe para vencer la pandemia”, añadió Varma.
Habla la calle
Más allá de los extremos de los funcionarios públicos y las autoridades de salud, se encuentran millones de neoyorquinos que se debaten entre la ruina económica y los riesgos de contagiarse con un virus potencialmente mortal que presenta nuevas mutaciones.
La inmigrante hondureña Ana Vargas, residente de El Bronx, opina que la ciudad ha “sufrido mucho” por miles de muertos y eso debe ser una señal para que la reapertura sea “más paulatina”.
“Yo entiendo que son pasos muy complicados, porque es momento de preguntarse que tiene más peso, si el gran riesgo de una nueva ola o que sigan quebrando negocios y se dispare más el desempleo. Creo humildemente que se debe encontrar un punto intermedio”, razonó quien busca alternativas para vacunarse.
Hay posiciones que por su vivencia individual no permiten puntos intermedios, como la del colombiano José Galeno, de 45 años, quien aduce que al seguir cerrando las puertas de la economía “todo será peor”.
“Los restaurantes deben seguir operando como en otras ciudades del país. Es muy fácil decir quédate en tu casa a quien no puede trabajar por internet o colectar el seguro de desempleo. Tenemos la vacuna, entonces vamos a normalizar las industrias que hacen a Nueva York grande”, dijo el mesero de Queens.
Entre tanto, el hondureño Juan Alzur, de 62 años, también está de acuerdo que se levanten “con precaución” las restricciones que desde hace un año tienen a la ciudad paralizada.
Con más de 32 años en la Gran Manzana, el centroamericano pondera “lo duro” que ha sido este año pandémico, pero no sabe definir qué ahora es peor, si la crisis económica de miles de familias o el coronavirus en si mismo.
“Yo sugiero que se abra, con cuidado y que la gente siga usando sus máscaras”, remató.
NYC: A 7 días de la flexibilización
- 4,14% es la tasa de positividad general en los cinco condados hasta este martes.
- 2,689 personas se encuentran hospitalizadas en la Gran Manzana por complicaciones vinculadas al COVID-19.
- 10% o más es el promedio de positividad en vecindarios como Richmond Hills, Flushing,South Ozone y Rego Park en Queens.
- 11% o más es el porcentaje de casos positivos en COVID-19 en SunsetPark, BoroPark, Coney Island, Gravesend y Midwood en Brooklyn.
- 12,5% o más es la tasa de infección en zonas de Staten Island como Great Kills y Totten Ville.