Depresión y ansiedad: 6 formas de diferenciar ambos trastornos y cómo evitarlos
A menudo, los síntomas de la depresión y la ansiedad se confunden o se presentan al mismo tiempo. Identificar cuál desorden padecemos puede agilizar el tratamiento y mejorar nuestra salud mental
La depresión y la ansiedad son males de nuestro tiempo. Nuestro estilo de vida agitado, que nos deja poco tiempo para ocuparnos de nosotros mismos, puede conducirnos a padecer alguno de estos desórdenes que detonan enfermedades, dañan nuestra salud mental y que pueden requerir un tratamiento especializado. Conoce algunas formas de diferenciar ambos trastornos y algunas estrategias para evitarlos.
Según la Asociación Estadounidense de Ansiedad y Depresión (ADAA), los trastornos de ansiedad son la enfermedad mental más común en Estados Unidos y afecta a unos 40 millones de adultos. En tanto, la depresión es la principal causa de discapacidad en el mundo y en EE.UU., donde afecta a más de 16 millones de personas. Ambas afecciones son más comunes entre las mujeres que entre los hombres.
Es muy común que una misma persona experimente ansiedad y depresión, al mismo tiempo o en diferentes momentos de su vida, por lo que muchas veces es difícil saber si se padece una u otra afección. La vida extremadamente ocupada o incluso circunstancias externas y extraordinarias como la pandemia de coronavirus que vivimos, pueden ser factores muy importantes de estas alteraciones.
Estas son 6 formas de diferenciar ambos trastornos:
La emoción. En términos generales, la ansiedad desencadena una emoción identificada como miedo cuando te sientes amenazado por un peligro interno o externo. En cambio, la depresión genera, particularmente, tristeza.
El momento. Mientras la ansiedad se manifiesta sobre todo por un temor a lo que ocurrirá en el futuro, en la depresión suele sentirse una tristeza profunda en el momento presente, pues según los expertos en un estado depresivo no existe el futuro.
El disfrute. Una persona deprimida suele perder su capacidad para disfrutar prácticamente todas las cosas de la vida, incluso las que más le gustan. Una persona con ansiedad no necesariamente deja de disfrutar lo que le gusta, incluso cuando sufre episodios ansiosos.
Las señales físicas. Ambos trastornos suelen reflejarse en cómo funciona nuestro organismo, pero con diferentes síntomas. Por ejemplo, la ansiedad puede causar mareos, dolor de cabeza, frecuencia cardiaca rápida y respiración agitada, dolor abdominal, diarrea, necesidad frecuente de orinar, fatiga, insomnio e irritabilidad. La depresión, que viene aparejada con falta de autoestima o sentimientos de culpa, puede dificultar la concentración, incrementar la sensación de cansancio y también causar insomnio.
La época del año. La depresión suele aparecer con mayor frecuencia en ciertas épocas del año, como el invierno, o en ciertos momentos de la jornada como la noche. En cambio, la ansiedad puede aparecer cualquier día en cualquier momento, o frecuentemente durante las primeras horas del día.
El origen. La ansiedad suele desencadenarse con mayor frecuencia entre personas que consumen alcohol, drogas, viven en estrés constante o tienen una dieta deficiente. Las causas de la depresión son más psicológicas e incluso, mentales.
Cómo evitar la depresión y la ansiedad
Existen varias alternativas de tratamiento para las personas que padecen ansiedad y depresión: la psicoterapia, los cambios en el estilo de vida e incluso ciertos medicamentos prescritos por un especialista pueden ayudar a superar la crisis.
Sin embargo, los expertos recomiendan algunas medidas que pueden tomarse en la vida diaria para revertir los trastornos y evitar que se agraven:
*Adoptar estrategias de autocuidado, como realizar actividad física de manera rutinaria, incluso en grupo; mejorar los hábitos de sueño, seguir una dieta balanceada, practicar la meditación y evitar el consumo de alcohol, tabaco, drogas y medicamentos no prescritos por el doctor.
*Encontrar ayuda en grupos de apoyo o en un profesional de la psicología o la psiquiatría, entendiendo que la ansiedad y la depresión no se curan solas, y pueden afectar tu vida de manera importante.
*Buscar alternativas para cambiar las situaciones que causan un estrés constante puede ser de gran ayuda. Por ejemplo, pedir ayuda para cuidar un familiar enfermo, modificar rutinas, conversar con la pareja, etcétera.