“No estábamos preparados”: el Pentágono justificó su retraso para responder al asalto al Capitolio
Dos altos mandos del Ejército comparecieron en la Cámara de Representantes y expusieron las razones por las que tardaron en dar respuesta a una docena de solicitudes urgentes de ayuda el 6 de enero
Dos altos cargos del Pentágono defendieron este martes su gestión del asalto al Capitolio del pasado 6 de enero, mientras una destacada congresista tachaba de “escandaloso” su retraso en responder al ataque y aumentaba la presión para investigar a fondo lo ocurrido.
Durante una audiencia de casi cinco horas, la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes de EE.UU. reveló que la Policía del Capitolio hizo el 6 de enero al menos doce “solicitudes urgentes” de refuerzo a sus agentes, pero el Pentágono tardó “demasiado” en autorizar el despliegue de su cuerpo de reservistas.
“La Guardia Nacional no llegó hasta las 17.20, más de cuatro horas después de la intrusión en el perímetro del Capitolio. Este es un fracaso espectacular”, dijo la presidenta del Comité de Supervisión de la Cámara Baja, la demócrata Carolyn Maloney.
Los datos que aportó Maloney surgen de una investigación de su comité sobre lo ocurrido el 6 de enero, cuando una turba de seguidores radicales de Trump irrumpió en el Capitolio con el objetivo de interrumpir una sesión para ratificar la victoria electoral del ahora presidente Joe Biden, en un asalto que se cerró con cinco muertos.
EL PENTÁGONO NIEGA CUALQUIER ERROR
Dos altos cargos del Ejército de EE.UU. testificaron en la audiencia para defender la respuesta del Pentágono, al asegurar que les llevó varias horas equipar a la Guardia Nacional y planificar cómo podían despejar un edificio que ya estaba repleto de cientos de seguidores radicales de Trump.
“No estábamos preparados para responder a esa petición urgente. Tuvimos que volver a prepararnos para poder enviar (a los militares) preparados para esta nueva misión”, dijo el director de personal del Ejército, el teniente general Walter Piatt.
El teniente general lamentó que el Pentágono no recibiera alertas suficientes del FBI y otras agencias sobre las amenazas que se cernían sobre el Capitolio, para haber podido diseñar un plan.
“Sé que parece que retrasamos la respuesta, pero en realidad tuvimos que formar una nueva respuesta”, insistió Piatt, quien recalcó que el Departamento de Defensa ha “aprendido” de lo ocurrido.
Piatt aseguró que él nunca negó las peticiones de desplegar a la Guardia Nacional, pero reconoció que tuvo dudas sobre si ese era el “mejor cuerpo de seguridad” para hacer frente al reto en el Capitolio, porque no estaban “entrenados” para ello ni armados, y consideró que una fuerza policial habría sido más útil.
LA “PERCEPCIÓN PÚBLICA”
No obstante, reconoció que, una semana antes del asalto al Capitolio, el Pentágono recibió una petición de la alcaldía de Washington para apoyar con la Guardia Nacional a la Policía local durante las protestas de apoyo a Trump que estaban previstas para el 6 de enero, con la condición de que los militares no estuvieran armados.
Pittman admitió que, durante el proceso para planificar esa misión, le preocupó “la percepción pública que podría generar el uso de soldados para mantener seguro el proceso electoral de una forma que pudiera ser vista como política”.
La Guardia Nacional sí se desplegó y contuvo a la multitud, incluso con gases lacrimógenos, durante las protestas contra el racismo y la violencia policial del verano de 2020, un hecho que generó acusaciones al Pentágono de tener un doble rasero según la raza de la multitud en cuestión.
Sin embargo, tanto Pittman como el otro general del Ejército que testificó en la audiencia, Charles Flynn, negaron haber usado las palabras “percepción pública” para justificar el retraso en el despliegue de la Guardia Nacional, como denunció el excomandante de esa fuerza reservista, William Walker.
Al terminar la audiencia, la congresista demócrata que preside el comité insistió en que el Pentágono cometió errores “graves”, como resistirse a autorizar que la Guardia Nacional se adentrara en el Capitolio y pretender que se limitara a asegurar el “perímetro”.
“UN FALLO DE INTELIGENCIA MASIVO”
En la audiencia también participó el director del FBI, Christopher Wray, quien admitió que no estuvo al tanto de más de 50 pistas que supuestamente le envió la red social Parler, muy utilizada por extremistas seguidores de Trump, sobre planes para atacar el Capitolio.
“Este fue un fallo de inteligencia masivo del FBI, así de sencillo”, sentenció la congresista Maloney.
Los congresistas lamentaron que la jefa interina de la Policía del Capitolio, Yogananda Pittman, rechazara su invitación para testificar en la audiencia, aunque indicaron que había accedido a hacerlo el próximo 21 de julio.
La audiencia coincidió con una creciente presión de los demócratas para crear un comité selecto que investigue lo ocurrido el 6 de enero, después de que la oposición republicana en el Senado vetara la opción de lanzar una pesquisa independiente.
Mientras, el comité dirigido por Maloney continúa su trabajo, y este martes reveló una serie de correos electrónicos que demuestran que, días antes del asalto al Capitolio, el entorno de Trump ya estaba presionando al independiente Departamento de Justicia para que respaldara su argumento de que le habían robado las elecciones.