Renovó su casa y descubre más de 150 bolas de boliche enterradas en su porche
Las bolas de boliche estaban sepultadas bajo la arena. Primero descubrió 15 y poco a poco fueron saliendo más y más. Pero, ¿cómo llegaron hasta ahí?
Hasta el momento ha encontrado 158 y seguro hay muchas más. Crédito: Shutterstock
David Olson es un hombre de 33 años que viven en Norton Shores, en Michigan, el cual hace un par de semanas decidió remodelar el porche de su casa.
Olson se puso manos a la obra y poco a poco fue quitando la losa de concreto que cubría el porche de su vivienda y le sorprendió ver la mitad de una esfera de color negra y azul sepultada bajo la arena. Al removerla descubrió que se trataba de una bola de boliche.
Hasta ahí, no había nada más extraño; sin embargo cuando comenzó a quitar más arena para seguir con sus labores, se encontró otras 15 bolas de boliche.
Intrigado por la situación, Olson se puso en contacto con el fabricante de estos objetos, Brunswick Bowling Products, pues al no saber cuánto tiempo habían estado debajo de su casa temía que estuvieran hechas de algún material que podría convertirse en tóxico con el paso del tiempo.
La empresa le pidió al hombre que limpiara las bolas y les tomara fotografías para hacérselas llegar y le dieran respuesta a sus interrogantes. Algunas de ellas tenían números de serie y grabados que ayudaron a saber que fueron fabricadas en los años 50, justamente en la década en la que fue construida la casa de este hombre. Lo que sí es todo un misterio es cómo, cuándo y por qué fueron enterradas debajo de esta.
Pero lo más increíble de esta historia es que conforme fueron avanzando los trabajos de reforma de su casa, fue encontrando más bolas de boliche y en total, encontró 158, todas enterradas en los cimientos de su propiedad. Y seguramente hay muchas más escondidas en todo el terreno.
Asombrado por la situación, Olson decidió abrir una página de Facebook para compartir su historia, lo que ayudó a que esta le diera la vuelta al mundo y se volviera viral, pues quienes se han unido al grupo están intrigados en saber si encontrará alguna bola más.
El hombre también indicó que aunque ha regalado ya un par de bolas de boliche, tanto él como su esposa desean usarlas para convertirlas en adoquines decorativos para su jardín.
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