Por qué la obesidad es una enfermedad: qué tendencias alimentarias ayudan a combatirla

Se estima que el 55% de la población estadounidense es obesa, es importante entender que más allá de ser un problema estético, es una enfermedad mortal que aumenta el riesgo de otras afecciones crónicas. Parte fundamental del tratamiento es la alimentación, conoce las mejores tendencias dietéticas para cuidar tu peso

perder peso

Hay personas que se someten a métodos muy extraños para bajar de peso. Crédito: Shutterstock

La obesidad es considerada una epidemia de salud a nivel mundial. Se trata de una de las enfermedades más recurrentes en la sociedad moderna occidental y es la causa directa de otras numerosas afecciones crónicas que se relacionan con la salud física y mental. Llama de manera peculiar la atención la comunidad latina que radica en los Estados Unidos, sobre todo teniendo en cuenta que cerca del 55% de la población estadounidense es obesa.

Lo cierto es que la información no deja de sorprendernos y de alarmarnos, no es ningún secreto decir que la obesidad es el origen muchas enfermedades crónicas que acortan la esperanza de vida muy significativamente. La obesidad se presenta cuando existe una acumulación anormal o excesiva de grasa corporal, especialmente en el tejido adiposo y por obvias razones esto se presentan con el aumento del peso corporal. Es diagnosticada a través del índice de masa corporal (IM), una razón matemática que se basa en el peso corporal y la estatura de cada individuo. A través de sencillos parámetros fácilmente medibles se puede determinar el grado de sobrepeso y es considerado una importante medición de salud: cuando es superior a 25 se considera sobrepeso y más de 30 es obesidad.

¿Por qué la obesidad es una enfermedad?

Lo primero que tenemos que entender es que la obesidad no solo es un problema estético, es una enfermedad compleja caracterizada por niveles excesivos de grasa corporal que aumentan el riesgo de tener problemas de salud. Las personas obesas son increíblemente más susceptibles a padecer otras enfermedades crónicas y problemas de salud, como la diabetes, presión arterial alta, ciertos tipos de cáncer, afecciones digestivas e intestinales, enfermedades cardíacas y de salud mental. El tratamiento principal implica realizar cambios en el estilo de vida, a través de una dieta más saludable y hacer ejercicio. Con base en ello, han salido a la luz todo tipo de recomendaciones sobre las mejores tendencias alimenticias para prevenir y controlar la obesidad. 

¿Cuáles son las mejores tendencias para combatir la obesidad?

Los datos actuales estiman que casi la mitad de los adultos estadounidenses intentan perder peso cada año. Y por supuesto una de las mejores formas de perder peso y combatir la obesidad es cambiando la dieta. Lo cierto es que hoy en día existen tantas dietas de modal que puede ser difícil iniciar con un plan de adelgazamiento. Recuerda que algunas dietas tienen como objetivo frenar el apetito para reducir la ingesta de alimentos, mientras que otras sugieren restringir la ingesta de calorías y carbohidratos o grasas. Descubre cuáles son algunas de las tendencias más recomendadas hoy en día. 

1. Ayuno intermitente

El ayuno intermitente es una estrategia dietética que alterna entre períodos de ayuno y alimentación. Existen diferentes modos de practicar el ayuno, entre las más populares es el ayuno 16/8, que implica limitar la ingesta de calorías a 8 horas por día, y el método 5: 2, que restringe la ingesta diaria de calorías a 500-600 calorías dos veces por semana. Si bien el ayuno no es para todos, bajo la adecuada supervisión médica puede ser una gran alternativa para bajar de peso y la razón principal es por que se trata de una forma sencilla de reducir la ingesta de calorías.  De acuerdo con un estudio reciente, el ayuno intermitente causa una pérdida de peso del 3 al 8% durante 3 a 24 semanas, que es un porcentaje significativamente mayor que otros métodos. También la misma revisión demostró que el ayuno es un gran aliado para reducir la circunferencia de la cintura entre un 4 y un 7%, que es un marcador de grasa abdominal dañina. Además de aumentar la quema de grasa, mientras preserva la masa muscular. Lo mejor de todo es que se trata de un método que se relaciona con otros efectos positivos como el anti-envejecimiento, aumento de la sensibilidad a la insulina, mejora de la salud cerebral y reducción de la inflamación.

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Ayuno./Foto: Shuttrstock

2. Dietas a base de plantas

Sin lugar a dudas, seguir una dieta basada en plantas es la tendencia más recomendada hoy en día. No solo es un esquema de alimentación muy saludable, clave en la prevención de enfermedades y también amigable con el medio ambiente. Entre las grandes bondades de seguir una dieta basada en plantas se encuentran sus beneficios para perder peso. El vegetarianismo y el veganismo son las versiones más populares, que restringen los productos animales por razones de salud, éticas y ambientales. Sin embargo, también existen dietas a base de plantas más flexibles, como la dieta flexitariana, que es una dieta a base de plantas que permite comer productos animales con moderación como es el caso particular del pescado y los lácteos. Se cuenta con diversas investigaciones, en las que se comprueban los beneficios de las dietas basadas en planta como una efectiva estrategia para perder peso. De acuerdo, con una revisión de 12 estudios que incluyeron a 1,151 participantes encontró que las personas con una dieta a base de plantas perdieron un promedio de 4,4 libras (2 kg) más que aquellas que incluían productos de origen animal. La razón es simple, la mayoría de los productos de origen animal son ricos en grasas, en muchas ocasiones saturadas. También seguir una dieta basada en plantas, aumenta la ingesta de productos como las frutas, verduras, cereales integrales, semillas y legumbres. Son productos ricos en vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra.

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Dieta basada en plantas. /Foto: Shutterstock

3. Dietas bajas en carbohidratos

Las dietas bajas en carbohidratos se encuentran entre las dietas más populares para bajar de peso. La alternativa más de moda es la dieta cetogénica (Keto), aunque también se encuentra la dieta Atkins y la dieta baja en carbohidratos y alta en grasas. La diferencia entre cada una, es la reducción de los carbohidratos que en algunas suele ser más drástico que en otras. En general las dietas bajas en carbohidratos restringen la ingesta de carbohidratos en favor de las proteínas y las grasas. Por lo general, son más altas en proteínas que las dietas bajas en grasas, lo cual es importante, ya que las proteínas pueden ayudar a controlar el apetito, aumentar el metabolismo y conservar la masa muscular. En las dietas cetogénicas, el cuerpo comienza a usar ácidos grasos en lugar de carbohidratos para obtener energía al convertirlos en cetonas a este proceso se llama cetosis. Además, las dietas bajas en carbohidratos parecen ser bastante efectivas para quemar grasa abdominal dañina y son un buen aliado para reducir los factores de riesgo de enfermedades cardíacas, incluidos los niveles altos de colesterol y presión arterial. También pueden mejorar los niveles de azúcar en sangre e insulina en personas con diabetes tipo 2.

Filete de pescado

Dieta baja en carbohidratos. /Foto: Pexels

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