Junta laboral recomienda reducir límite de horas extras a los trabajadores agrícolas
Este viernes será la última reunión en donde se dará el veredicto de una propuesta que se encuentra con la oposición frontal de los granjeros y de legisladores republicanos
Más allá de la ciudad de los rascacielos, el estado de Nueva York está cubierto en una cuarta parte por granjas, en donde el 90% de su fuerza laboral son inmigrantes hispanos. Una gran proporción de ellos son indocumentados que apenas, desde hace dos años, reciben las protecciones laborales mínimas.
Ahora, una Junta Especial Laboral conformada por el Departamento de Trabajo del Estado de York (NYSDOL) y que escucha argumentaciones de representantes sindicales, granjeros y legisladores, al finalizar la semana pasada tomó la decisión de recomendar la reducción del umbral de horas extras de 60 horas a 40 horas semanales durante la próxima década.
Este veredicto estaba supuesto a tomarse antes del 15 de diciembre.
La Ley de Prácticas Laborales Justas para los Trabajadores Agrícolas que pasó en el verano de 2019 ordenó al Departamento de Trabajo del Estado de Nueva York que convocara una junta de salarios para hacer “recomendaciones sobre el trabajo de horas extra para los trabajadores agrícolas”.
La crisis de salud pública detuvo por casi dos años los avances de estas negociaciones.
Según las resoluciones adoptadas por la Junta de Salarios de los Trabajadores Agrícolas, el umbral de horas extras para los trabajadores agrícolas, que actualmente se establece en sesenta horas, se reducirá a cuarenta horas. Sin embargo, esa reducción se hará gradualmente en diez años, comenzando el 1 de enero de 2024 con el umbral establecido en 56 horas. El límite de 40 horas se lograría el 1 de enero de 2032.
La senadora estatal Jessica Ramos, quien fue patrocinadora de la Farmworker Fair Labor Practices Act, elogió la decisión señalando que las personas que hacen este trabajo “no son desechables y su trabajo no es su único propósito en la vida. Son seres humanos que merecen un tiempo y un salario que les permita una vida plena. Este camino a las 40 horas es un reconocimiento a su humanidad”.
De acuerdo con voceros sindicales, la comisión laboral del estado de Nueva York tomó en cuenta algunas recomendaciones y dictaminó que el COVID-19 dificultaba saber qué impacto tendría el pago de más horas extras en los propietarios de granjas.
Entretanto, NYSDOL compartió con El Diario el siguiente comunicado: “Las audiencias para abordar el tema de los ajustes de las horas extras se llevan a cabo para escuchar directamente a los trabajadores, propietarios de fincas, defensores y otras partes interesadas a través del estado de Nueva York”.
La agencia estatal confirma que ese directorio tiene un par de semanas escuchando todas las partes interesadas en la comunidad agrícola, antes de tomar una decisión sobre el umbral de horas extra para estos trabajadores.
Se esperaba que una audiencia de la Junta de Salarios del jueves fuera la última, pero el Departamento de Trabajo anunció que programó una audiencia adicional sobre el tema para el próximo viernes 28 de enero.
Por ahora, en su presupuesto ejecutivo, la gobernadora Kathy Hochul propuso un crédito fiscal reembolsable por las horas extra pagadas por las empresas agrícolas a sus trabajadores.
“Luego de avanzar en algunos derechos como poder crear sindicatos, garantizar un salario mínimo legal y tener días de descanso. Lo justo es que se nos reconozca el mismo derecho de otras industrias de Nueva York, en donde el pago de horas adicionales empiezan a correr después de 40 horas”, explicó el mexicano Crispín Hernández.
Crispín es miembro de la Alianza Agrícola de NY y hace 17 años empezó a trabajar en la industria lechera en el norte de Nueva York. En sus inicios recuerda que en medio de temperaturas extremas se “doblaba la espalda” 72 horas a la semana, por $7,25 la hora, con un solo día de descanso. Lo peor, en condiciones de mucha hostilidad para él y todo sus compañeros.
Esas condiciones descritas por este inmigrante como “discriminatorias y esclavizantes” que padecían por lo menos 100,000 trabajadores rurales han cambiado en Nueva York. Desde hace muy poco tiempo. Y no del todo.
Apenas en enero de 2020 y semanas previas a la aparición de la pandemia, entró en vigencia la Ley de Prácticas Laborales Justas para los Trabajadores Agrícolas, aprobada por la Asamblea Estatal luego de 20 años de intentos.
“Estamos felices por estos avances, pero no es suficiente. Nosotros los hispanos desde hace más de 80 años de alguna forma heredamos el modelo esclavizante que tenían los trabajadores negros de las granjas. Que se cambie en Nueva York el esquema de pago de horas extras, para nosotros es una acto de justicia”, exclamó el trabajador agrícola.
Fuerte apoyo para esa fuerza laboral
Por su parte , Frankie Miranda, presidente de la Federación Hispana, una de las organizaciones que promueve este “paso histórico”, elevó la voz a todos los neoyorquinos a apoyar a esta fuerza laboral que garantizó que durante los días de cierres pandémicos los alimentos no faltaran, ni en las bodegas, ni en los supermercados, ni en la mesas.
“Nosotros sabemos que no hay una justificación económica para que se le niegue este derecho a una mano de obra vital, que ahora tiene el reconocimiento en todo el país y del propio gobierno federal de ser esencial”, esgrimió Miranda.
“Nadie quiere este trabajo”
Ante la espera, portavoces de la coalición de Justicia Laboral de NY (Worker Justice) destacan que por un año más “los trabajadores agrícolas hicieron sus trabajos agotadores, peligrosos y mal pagados sin el derecho al pago de horas extras que reciben los empleados en todas las industrias del estado”.
Los reportes indican que el trabajo agrícola es cinco veces más mortífero que por ejemplo la extinción de incendios.
Sumado a ello, médicos como Dr. Ed Zuroweste, Director de la Fundación de Clínicas para Inmigrantes que han tratado a los trabajadores agrícolas, dice que prácticamente todos ellos experimentarán dolor y lesiones debido a la naturaleza de su faena.
También Rodolfo Hernández, vocero del primer sindicato de trabajadores agrícola, Local 338, autorizado en Nueva York, razonó que por lo “difícil y peligroso” muy pocas personas quieren trabajar en este sector.
“Nosotros queremos que esta industria prospere. El crecimiento de las granjas también será el de miles de familias inmigrantes. Pero no nos sentimos compensados. ¿Sabes qué significa trabajar 56 horas en una semana y no recibir pago de horas extras?. Es inhumano”, agregó quien labora en el área vinícola en Peconic, a 92 millas de la Gran Manzana.
En las negociaciones entre las organizaciones sindicales, la Junta de Salarios del Departamento de Trabajo y los representantes de la industria agrícola, se ha puesto sobre la mesa que es necesario separar la realidad económica de las pequeñas granjas con la de grandes corporaciones millonarias, para lograr un acuerdo.
En la última audiencia celebrada el pasado jueves esa posibilidad siguió encontrando una fuerte oposicion no solo de las grandes corporaciones agrícolas, sino de legisladores estatales de la bancada republicana.
En este sentido, el senador Tom O’Mara fue categórico al advertir que esa posibilidad sería una “condena final” para cierto tipo de granjas.
“Iré directo al grano: me he opuesto y sigo estando firmemente en contra de reducir el umbral de horas extra de los trabajadores agrícolas. El distrito del Senado que represento incluye amplias porciones de las regiones de Finger Lakes y Southern Tier, incluidos los condados de Chemung, Schuyler, Steuben, Yates y Tompkins y luego de varios análisis esta propuesta eliminaría su economía rural. ¡Las granjas no son fábricas!”
Granjeros: se perderán puestos de trabajo
El criterio del senador republicano es similar al expuesto por New York Farm Bureau, una organización no gubernamental que agrupa a esta industria, que pondera que aprobar otros beneficios laborales a la luz de los problemas de rentabilidad causados por la pandemia “destruirían más el sector y afectará más la cadena de suministro y la variedad de productos”.
Otras consideraciones apuntan a que los costos laborales para los agricultores de Nueva York aumentarían en un 17% si el estado adoptara un umbral de tiempo extra obligatorio de 40 horas para los trabajadores empleados en la industria agrícola, concluye un informe de Farm Credit East, divulgado por medios locales.
“Un aumento significativo en los costos laborales destruiría el crecimiento del sector agrícola. En algunos casos, si las granjas cesan sus operaciones o se cambian a cultivos que requieren menos mano de obra, se podrían perder puestos de trabajo”, argumenta este gremio.
Además, se cita la escasez de mano de obra disponible como una traba para que los granjeros puedan adaptarse a una reducción del umbral de 60 horas.
De acuerdo con algunos análisis el costo total de mover el límite a 40 horas podría aumentar los costos laborales para los agricultores en un 42%, si se toman en cuenta los aumentos progresivos anuales del salario mínimo estatal.
“No hay excusas”
“Nada mas lejos de la verdad. Mientras los trabajadores agrícolas hacen todo lo posible para sobrevivir, la industria agrícola de Nueva York está en auge. Incluso con la pandemia y el umbral de las 60 horas extraordinarias, las granjas continúan generando miles de millones de dólares al año”, reiteran voceros de la Coalición de Justicia Laboral de Nueva York.
En este sentido, Diana Caba de la Federación Hispana insiste en que los problemas económicos causados por la pandemia no pueden ser en lo absoluto “una excusa” para lograr acuerdos que permitan corregir esa “histórica injusticia salarial”.
“Estamos actualizando los registros de los ingresos de estas corporaciones. No hay evidencias de pérdidas ni antes ni después de la crisis de salud pública”, destacó la activista.
En 2019, antes de que entrara en vigencia el límite vigente de 60 horas extraordinarias, el ingreso bruto en efectivo de las granjas de Nueva York era de $6,287,480,000. En 2020, los ingresos aumentaron a $ 6,553,493,000.
Otros estados han reducido el umbral de compensación por horas adicionales para los trabajadores del campo. California requerirá el pago de horas extra después de las 40 horas a partir de 2022 y Washington en 2024.
“Yo trabajo 50 horas a la semana. No recibo un peso por horas extras, lo cual es injusto porque cualquier trabajador de Nueva York lo recibiría. En todo caso, esperamos reducciones en las jornadas para dedicarle más tiempo a nuestra familia y esperamos que tengamos noticias de este paso muy pronto. Ya se fue este año y nada”, contó “Alma” una inmigrante que tiene 14 años trabajando en un invernadero de tomate.
NY en el campo:
- 50% de los trabajadores agrícolas, en el norte del estado son indocumentados.
- 75% de los neoyorquinos dicen que aprecian sus contribuciones a la economía, de acuerdo con una encuesta realizada por la Universidad de Cornell.
- 100% de las granjas lecheras dependen de trabajadores de México y Centroamérica.
- ⅔ casi de los productores de leche encuestados dicen que dejarían la producción de leche o abandonarían por completo este sector si una semana laboral de 40 horas fuese promulgada.
- 20 grandes corporaciones de frutas y verduras informaron un aumento del 13 por ciento en los ingresos brutos en 2020, a pesar de la pandemia y el umbral de 60 horas para pago de horas extras.