Propuesta de Adams de no cortar fondos al NYPD encuentra fuerte resistencia de demócratas progresistas de NY
El plan del Alcalde ya se enfrenta a fuertes criticas en voces del Concejo, la Asamblea Estatal y el Congreso
Aún con la “bendición” del presidente Joe Biden al plan contra la violencia armada en la Gran Manzana presentado por el alcalde Eric Adams, el camino del mandatario municipal que apenas cumplió un mes en el poder, no luce totalmente despejado en este objetivo, ni en el Concejo Municipal, ni en la Asamblea Estatal, ni en el Congreso.
Algunas de los ingredientes de la receta planteada por Adams, resultan amargos para algunos factores, porque implica aplicar palancas de retroceso a algunas reformas policiales, como el recorte a los fondos del NYPD, impulsadas durante las protestas por el asesinato de George Floyd.
El Alcalde, aunque con un apoyo irrestricto mostrado por la Casa Blanca para emprender su programa anticriminal, en un momento en que en todas las grandes ciudades del país se ha agravado la “epidemia de las balas”, todavía tiene una cuesta empinada que recorrer, en frente de líderes electos del partido demócrata y principalmente del ala progresista.
Si se contrastan varias encuestas, todo apunta a que la mayoría de los neoyorquinos aspiran medidas más enérgicas que pasen por reforzar el apoyo a las fuerzas del orden y la revisión de legislaciones sobre la administración de la justicia penal. Pero en los centros del poder legislativo municipal y estatal no se tiene la misma opinión.
“Las diferentes tendencias de la mayoría demócrata en el Concejo estamos analizando lo mejor para nuestra ciudad. Pero ya hay anteproyectos presupuestarios aprobados y reformas muy firmes que no se pueden derogar. Vivimos un momento en que hay que buscar un punto de equilibrio”, dijeron fuentes del Concejo a El Diario.
¿Qué se mueve en el Concejo?
Al calor de los movimientos nacionales contra la brutalidad policial unificados alrededor de ‘Black Live Matter’, que exigían quitar fondos a la policía en el verano de 2020, con 32 votos a favor y 17 en contra, el Concejo aprobó un presupuesto para el año fiscal 2021 el cual incluyó una reducción de fondos de por lo menos $1,000 millones para el Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York (NYPD)
Aunque hasta ahora la aplanadora demócrata del organismo legislativo municipal ha mostrado cierta “prudencia” con los nuevos planteamientos en materia de seguridad pública, concejales debutantes como Tiffany Cabán ya dejaron clara su postura: “Estamos viendo con preocupación algunos planes del Alcalde”.
La polémica disminución de los fondos a la Uniformada se logró durante la Administración De Blasio, y en el presupuesto ese dinero fue redirigido a organizaciones de base comunitaria que canalizan estrategias de interrupción de violencia, para en teoría “atacar” la ola de criminalidad en su raíz y no de manera punitiva.
En este sentido, la presidenta del Concejo Municipal Ariadne Adams, a propósito de la visita del presidente Biden destacó que hay que abordar “el aumento de la violencia que estamos experimentando, junto con muchas otras ciudades, y reconocer la necesidad de soluciones multifacéticas”.
La líder del Concejo ha hecho énfasis en que se debe encontrar un “enfoque equilibrado”. Es decir, más inversiones en las comunidades y un “reconocimiento” al NYPD.
Asamblea Estatal: “Fuego cruzado“
El mandatario municipal en su plan contra las armas, incentiva que se redoble la inversión en planes de intervención comunitaria, pero de manera abierta exigió una revisión a las leyes estatales como la reforma a la Ley de Fianzas y la legislación ‘Raise the Age” que saca prácticamente del circuito penitenciario a los menores de edad.
En ambas peticiones, por parte de legisladores de Albany, Adams ha encontrado una gran muralla.
Ya las senadoras de origen hispano, Jessica Ramos y Julia Salazar, patrocinantes de reformas de justicia criminal, e incluso la líder demócrata de la mayoría del Senado Estatal, Andrea Stewart-Cousins delimitaron la semana pasada el terreno y de qué lado van a “jugar”.
“Es desafortunado que la gente haya descubierto que esta es una manera muy fácil de demonizar a un lado y no hacer mucho trabajo. Regresar la discrecionalidad a jueces para que se apliquen fianzas, desencadenaría actos desproporcionados contra negros, latinos y personas pobres”, subrayó Steward-Counsins.
Entre tanto, la senadora colombo-estadounidense Jessica Ramos, representante de Queens, fue más frontal en su postura: “Tratar de deshacer la ley de aumento de edad penal, y culpar a la reforma de la fianza, son silbatos mal disimulados que permiten prácticas policiales y judiciales racistas. Por el contrario, este año vamos a impulsar más reformas al sistema de justicia“.
Uno de los argumentos del mandatario municipal para poner la lupa a la legislación ‘Raise the Age’, es que se está utilizando como una escapatoria para que los “pandilleros manipulen a los jóvenes menores de 18 años, para que asuman la culpa por armas que no son suyas. Mi Administración no busca castigar a los jóvenes, pero cuando se trata de armas, debemos asegurarnos de que haya consecuencias”.
En el tablero de los opositores a las posturas de Adams, se encuentra también la congresista Alejandra Ocasio-Cortez, una demócrata progresista de Nueva York, quien a viva voz se encuentra del lado de la línea de los políticos que van en contra de reforzar los departamentos de policía.
“Corremos el riesgo de volver a la era de los 90, entre comillas, la retórica de ‘duro con el crimen’, donde las políticas pueden implementarse para que parezca que estamos respondiendo a la seguridad pública, pero en realidad podrían estar haciendo esos problemas peor”, puntualizó una vez más esta semana la congresista nacida en El Bronx.
El retorno de la Unidad Anti-crimen
El otro vértice de la propuesta del Alcalde es la restauración de la desmantelada Unidad Anti-crimen, llamada Grupos de Seguridad Vecinal, que como Adams describió, volverá “respetando a la ciudadanía”.
Esto implica que en un lapso de dos semanas, habrá equipos contra la violencia en los 30 vecindarios más violentos de los cinco condados, donde se concentra el 80% de la violencia armada, a fin de sacar más armas ilegales de las calles.
Pero estos vientos, recuerdan algunas tormentas del pasado, especialmente para organizaciones que defienden los derechos civiles que han puesto sobre la mesa que se podría estar al frente de una re edición de la estrategia de vigilancia policial ‘Stop and Frisk’.
La ciudad de Nueva York fue una de las primeras ciudades en experimentar el despliegue de policías encubiertos. Estas unidades de oficiales sin uniforme, que operaban en 77 recintos de NYPD y nueve comandos en complejos de vivienda pública, se disolvieron en el verano de 2020.
En un comunicado a principios de esta semana, una red de organizaciones de defensores locales elogiaron el compromiso del Alcalde de asignar recursos significativos a las estrategias para mitigar la violencia armada, mediante la expansión de los servicios de intervención de salud mental, el desarrollo laboral y el apoyo a la vivienda.
También expresaron su apoyo a una expansión del Programa de Empleo Juvenil de Verano y la Iniciativa de Futuros Justos para niños en guarderías.
Sin embargo, organizaciones como la Sociedad de Ayuda Legal de NY (Legal Aid) también calificaron como “peligroso” que el Alcalde haya propuesto revertir la reforma de la Ley de Fianzas y reactivar la unidad anticrimen de NYPD.
“Los datos son claros: la reforma de la fianza no ha contribuido al aumento de la criminalidad. La propuesta de alterar el sistema de libertad bajo fianza de Nueva York, al intentar predecir el riesgo de una persona de ser peligrosa en el futuro, invita a la discriminación racial a nuestros tribunales y conducirá a un aumento de la población en prisión preventiva, como lo ha hecho en varios otros estados”, destacó Anthony Posada, activista de Legal Aid
El anuncio del reestablecimiento de la Unidad Anti-Crimen también levantó inquietudes. Ya algunos pronostican que se trata de un “boleto de regreso”, con otro nombre, a las políticas que impulsaron el patrón de acoso y violencia contra los neoyorquinos negros e hispanos.
“Podría ser solo un cambio de nombre”
De hecho, la conclusión de un reporte de la Sociedad de Ayuda Legal de Nueva York es clara: la práctica policial de ‘Stop and Frisk’ que por décadas ha afectado a comunidades de color, tomó un nuevo aire en el 2020, en cuanto a su acción “desproporcionada contra los grupos minoritarios de la ciudad”.
Según datos compartidos por varias organizaciones, aproximadamente el 91% de los procedimientos de detención y registro informados, involucraron a neoyorquinos de las minorías étnicas. Esto parece ser un ligero aumento con respecto al 2018 y 2019, según los datos que se derivan de las estadísticas divulgadas por NYPD.
Lo que sí es claro es que el número de revisiones reportadas oficialmente se redujo de 13,459 en 2019 a 9,544 en 2020.
“Cualquier acción de retomar unidades anticrimen de este tipo, corremos el riesgo que se conviertan en un detonante de una interacción desproporcionada a nuestras comunidades de color. Le cambian los nombres. Aparentemente las han eliminado en el pasado. Pero finalmente, siempre resultan en lo mismo”, concluyó Posada.
Hablan los comerciantes
Los tiroteos aumentaron en los cinco distritos de la ciudad en un 31,6 por ciento el mes pasado en comparación con enero de 2021, una cifra que también describe el clima de temor que aprieta con más contundencia a los pequeños comerciantes de los vecindarios más pobres de la Gran Manzana.
En esta dirección, el dominicano Francisco Marte de la Asociación de Bodegas y Pequeños Negocios de Nueva York, asegura que apoya en “todas sus letras” el plan del alcalde Adams de poner “mano dura” a la delincuencia.
“Hay demasiadas armas en las calles. Y nuestros agremiados que son quienes están en los barrios pobres son los que más padecen esa amenaza todos los días. Las leyes hay que revisarlas. Tenemos que darle más apoyo a nuestros oficiales”, destacó el líder bodeguero.
A juicio del inmigrante isleño, son las comunidades más pobres quienes padecen la tragedia de la presencia de armas de fuego en las calles.
“Los políticos que hablan de recortar fondos a la policía, tienen seguridad privada y no tienen que trabajar en sectores peligrosos, en donde muchachitos ya tienen pistolas. Invitamos al nuevo Alcalde a seguir con su plan”, acotó.
En el sur de El Bronx, ubicado en el mapa rojo de la violencia desde hace décadas, pequeños comerciantes consultados, acusan que es “demasiado evidente” que hay muchas armas en las calles.
Así lo describe Josefina Colón, una dirigente comunitaria y pequeña empresaria de Hight Bridge en el Condado de la Salsa que cuenta que casi todos los días tiene que escuchar historias de atracos a mano armada.
“Ya los comerciantes están ideando formas de cómo protegerse. Poniendo timbres. Cerrando más temprano. Todos los días hay demasiadas amenazas. Debemos como residentes y comerciantes apoyar cualquier plan de emergencia que saque las pistolas de las calles”, compartió.