Las sopas, una opción perfecta para el otoño (fotos)
Las sopas ofrecen variedad y son apreciadas por todos en la mesa, cuando comienza el otoño
Las sopas, humeantes y sabrosas, son lo primero que viene a la mente de todos cuando los días comienzan a hacerse más frescos, tal como sucede en la temporada otoñal. Desde la popular sopa de pollo, un remedio socorrido y muy efectivo para los resfriados, hasta las más refinadas cremas y los caldos o consomés, éste es un plato que tiene infinitas variantes y que es sumamente apreciado en la cultura latina.
Estos son los tipos de sopa más comunes:
Bisque
Sopa cremosa y espesa, preparada con mariscos o pescado, tomates y condimentos. Puede servirse como plato principal.
Bouillon
Caldo concentrado y clarificado hecho con carne, pescado o pollo y vegetales.
Caldo
Líquido claro hecho al hervir a fuego lento carnes, pescados o vegetales.
Chowder
Sopa cremosa y relativamente espesa, que suele tener como base pescado o crustáceos y que contiene también vegetales, sobre todo papas.
Consomé
Una sopa muy concentrada y clarificada hecha con caldo de carne o pescado.
Crema
Usualmente se prepara con leche, crema de leche o mantequilla, y algunas veces los tres ingredientes. Nunca se debe dejar hervir para que no forme una película en la superficie.
Secretos de una sopa espectacular
Para las mamás ocupadas, es muy importante ahorrar tiempo en la cocina. Congela caldo de carne, pollo o pescado en una bandeja de hacer hielo y usa los cubitos cuando vayas a hacer sopas. Si te quedan restos de sopa, no la tires: congélala en una bolsa con cierre hermético para que dure más tiempo en el refrigerador. Si quieres espesar una sopa rápidamente, sin tener que diluir harina o maicena antes de agregarla al caldo, usa un puñado de avena instantánea, una papa rallada o puré de papa instantáneo. Y si quieres darle un sabor dulzón, agrégale una zanahoria reducida a puré.
Por último, si quieres hacer una sopa espectacular, prepárala con un día de antelación, para que los sabores tengan tiempo de mezclarse. Sazónala con sal y pimienta en la última etapa de la cocción, cuando esté casi hecha, para que la sazón no le dé un sabor demasiado intenso. Cocínala en una olla tapada para que los sabores se absorban mejor. Y recuerda: las recetas frías necesitan más condimentos que las calientes, porque las temperaturas bajas reducen los sabores.
Crema de espinacas
Esta receta es una versión rapidísima de la sopa tradicional, hecha con espinaca congelada para ahorrar tiempo. Se prepara en menos de media hora.
Ingredientes:
1 paquete de espinaca cremosa congelada (10 onzas)
2 tazas de agua
1 sobre de caldo de pollo concentrado
1 cebolla
2 cucharadas de mantequilla
2 cucharadas de harina
2 tazas de leche
Sal y pimienta al gusto
Preparación:
Pon a hervir la espinaca en las 2 tazas de agua con el caldo concentrado. Mientras tanto, saltea la cebolla finamente picada en la mantequilla. Agrega la harina y revuelve con una cuchara de madera para disolver. Incorpora la leche poco a poco, agregando más cantidad cada vez que la mezcla espese y se separe del fondo de la sartén. Finalmente, agrega esta bechamel al caldo de espinaca (previamente procesado en la licuadora, si deseas una textura más cremosa), y sigue revolviendo. Retira del fuego antes de que hierva. Sazona con sal y pimienta al gusto y sirve bien caliente. Rinde para dos porciones.
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