Cumple sus 126 años
Ayer reabrió su corona al público después de haber cerrado por un año de restauración
NUEVA YORK (EFE). La Estatua de la Libertad celebró ayer su 126 cumpleaños reabriendo su corona al público, tras haber permanecido cerrada durante un año por unas obras de restauración para reforzar la seguridad de los visitantes y en las que se ha respetado al máximo la estructura original del monumento.
“Estos trabajos de renovación significan literal y figuradamente que el camino de la libertad está abierto a todo el mundo”, afirmó el secretario de Interior de Estados Unidos, Ken Salazar, durante la ceremonia de reapertura de la estatua.
La ceremonia inaugural se llevó a cabo en medio de un fuerte y creciente viento y de los preparativos adoptados por las autoridades de la ciudad para afrontar la llegada del huracán Sandy, como la suspensión del transporte público o el cierre de las escuelas.
La Estatua de la Libertad, realizada en cobre por el escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi, se inauguró el 28 de octubre de 1886, erguida sobre un fortín en forma de estrella y un pedestal de casi 47 metros de altura, desde el que estaría destinado a convertirse en el símbolo avistado por los inmigrantes que llegaran en barco a Estados Unidos por el océano Atlántico.
En sus 126 años de existencia, la Estatua, declarada monumento nacional en 1924, ha sido sometida a múltiples procesos de reforma, y el último se inició el año pasado, con el objetivo de “mejorar la seguridad de los visitantes”, según explicó a Efe una de las arquitectas encargada de las obras, Anne Weber.
Entre estas mejoras, cuyo coste ha ascendido a 30 millones de dólares (algo más de 23 millones de euros), están una nueva escalera de granito, compuesta por 393 peldaños más bajos, en vez de los 354 que había hasta ahora, para que resulte más fácil subir; una remodelación de los baños o un sistema de refrigeración con el que se pretende paliar el calor que se acumula en el interior de la estatua.
Así, en los meses de verano, dentro de esta estructura de casi 93 metros totales de altura se pueden alcanzar temperaturas superiores en 10 grados centígrados a las del exterior.
Otra de las grandes renovaciones ha sido la de facilitar el acceso a los visitantes con discapacidades físicas, ya que, a partir de ahora, las personas en silla de ruedas, que hasta el momento tenían que quedarse a nivel del suelo, podrán ascender al observatorio situado en la cima del pedestal.