Tecnología de videovigilancia china: aumenta la demanda global
Aunque Occidente toma medidas enérgicas contra la tecnología china, la demanda global de cámaras de vigilancia chinas no disminuye, a pesar de los temores de que puedan usarse como método de espionaje.
Mientras empresas chinas, como Huawei, se perciben cada vez más como una amenaza para la seguridad en los países europeos, los dos gigantes de la vigilancia Hikvision y Dahua han recibido poca atención aunque sus equipos vigilan aeropuertos, estaciones de tren e incluso edificios gubernamentales en todo el mundo. En Alemania hay decenas de miles de dispositivos Hikvision, incluso en estaciones de policía y ministerios, según informes recientes de los medios.
Vínculos con el Partido Comunista de China
No todo el mundo está contento con dicha situación, porque el gobierno chino posee partes de ambas empresas. Su presencia en infraestructura crítica preocupa por posible espionaje. Los críticos advierten que Pekín podría filtrar información confidencial de dichos sistemas.
Además, es difícil detectar brechas de seguridad. “Toda empresa china tiene que cooperar con el gobierno y entregar datos, si se le solicita. Esto incluye datos almacenados en la República Popular China que se recopilaron en el extranjero”, afirmó Antonia Hmaidei, investigadora en el Instituto Mercator de Estudios sobre China (MERICS).
Riesgos de seguridad y violaciones de derechos humanos
Por eso, muchos países están prohibiendo empresas chinas. Los proveedores de telecomunicaciones Huawei y ZTE son quizás los casos más conocidos, pero los gobiernos occidentales también tratan de controlar más a Hikvision y Dahua. Desde finales de 2022, Australia y el Reino Unido decidieron retirar los productos de esas empresas de los sitios gubernamentales y otras áreas sensibles. Estados Unidos prohibió sus ventas e importaciones por completo, alegando un “riesgo inaceptable para la seguridad nacional”.
Las dos empresas de vigilancia también se enfrentan a graves acusaciones de permitir abusos contra los derechos humanos: varios informes independientes han señalado que Hikvision está proporcionando tecnología de video para la persecución de la minoría uigur en China.
Dudoso camino hacia el dominio del mercado
¿Cómo pudieron los gigantes chinos asegurarse una posición tan dominante a pesar de las críticas y acusaciones?
La respuesta está en el precio: los equipos de Hikvision, por ejemplo, pueden ser hasta diez veces más baratos que sus competidores, según un informe de 2021 de la ONG de derechos digitales Access Now.
“El problema es que debido a que están tan estrechamente relacionados con el gobierno, es posible que no estén jugando limpio en términos del precio de su tecnología”, explicó Mike Jude, analista de mercado de IDC Video Survallaince. Esto brinda una ventaja decisiva en los países más pobres del sur global, donde Jude ve un gran potencial para el mercado de videovigilancia.
Latinoamérica, atraída por precios bajos
En América Latina, donde los analistas estiman una tasa de crecimiento anual del mercado de más del 13% para los próximos años, los gobiernos de toda la región amplían sus capacidades de videovigilancia, incluidas herramientas para el reconocimiento biométrico. Pero las leyes de protección de datos en muchos países son insuficientes para responsabilizar a las autoridades y empresas. Esto representa una amenaza para la privacidad de las personas, según Access Now.
En sus esfuerzos por aumentar la vigilancia pública, los gobiernos de la región a menudo recurrieron a fabricantes chinos. Además de precios asequibles, Hikvision también trató de aumentar su presencia al proporcionar equipos gratuitos durante la pandemia de COVID-19, pero también con la apertura de un sitio de ensamblaje en Brasil, informó el grupo de investigación de la industria IVPM.
La experta en seguridad cibernética Antonia Hmaidi cree que hay que mejorar la seguridad de los sistemas de vigilancia. En Alemania, por ejemplo, la mayoría de estos sistemas no se actualiza con regularidad y es entonces vulnerable a los ataques cibernéticos. “Y sabemos que los actores privados y patrocinados por el Estado que operan desde China son muy activos en este campo”, agregó Hmaidi.
Además, la experta propone incluir reglas transparentes para todos los proveedores de videovigilancia con dispositivos actualizados y con sus servidores fuera del alcance de regímenes autoritarios.