EE.UU. exigió al régimen de Daniel Ortega liberar “inmediatamente” al obispo Rolando Álvarez
Estados Unidos cuestionó las condiciones de detención del obispo Álvarez, quien lleva más de 500 días encarcelado por el gobierno de Ortega y Murillo
Estados Unidos exigió este martes al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, que libere “inmediatamente” al obispo Rolando Álvarez, quien lleva más de 500 días encarcelado.
“Una vez más, hacemos un llamamiento al Gobierno nicaragüense para que libere inmediatamente y sin condiciones al obispo Rolando Álvarez”, dijo en un comunicado el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Matthew Miller, según reportó la agencia EFE.
Hay que recordar que en febrero de 2023 el obispo Álvarez fue condenado a 26 años y cuatro meses de prisión y despojado de su nacionalidad por delitos considerados de traición a la patria.
En su comunicado, Estados Unidos cuestionó las condiciones de detención de Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, y quien se encuentra recluido en el Sistema Penitencario Jorge Navarro, conocida como la cárcel La Modelo, a las afueras de Managua.
El Departamento de Estado criticó que se haya mantenido al religioso en aislamiento, el bloqueo de cualquier verificación independiente de su estado de salud y que se hayan difundido desde el Gobierno vídeos y fotografías que solo “aumentan las preocupaciones sobre su bienestar”.
Víctima de torturas
En diciembre, después de que el Ministerio de Gobernación nicaragüense difundiera unas fotografías, el activista Juan Carlos Arce, uno de los abogados defensores del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, consideró que el obispo era “víctima de torturas”.
La condena contra el obispo Álvarez fue dictada un día después de que rechazase subirse a un avión que lo iba a llevar, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, hacia Estados Unidos, lo que provocó la indignación de Ortega.
Álvarez es el primer obispo arrestado, acusado y condenado desde que Ortega retornó al poder en Nicaragua en 2007, tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985, y presidir por primera vez Nicaragua de 1985 a 1990.
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.
El lunes, durante la misa de Año Nuevo, el papa Francisco expresó su “preocupación” por la detención de sacerdotes católicos en Nicaragua, llamando a “buscar siempre el camino del diálogo” para superar los problemas en el país centroamericano.
“Sigo con preocupación todo lo que está ocurriendo en Nicaragua, donde obispos y sacerdotes han sido privados de la libertad. Les traslado a ellos, a su familia y a toda la Iglesia del país mi cercanía en la oración”, dijo desde la ventana del Palacio Apostólico tras el rezo del primer Ángelus del año.
El papa, meses antes, había calificado el régimen de Ortega como una “dictadura grosera” tras la condena de monseñor Álvarez.
Con información de EFE.
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