Mexicanos dudan de la hipótesis de perros asesinos (Fotos y Video)
En un país asolado por las formas más cruentas de violencia originada del narcotráfico, muchos residentes de la Ciudad de México se resisten a creer la hipótesis de sus autoridades, de que jaurías de perros sin dueño asesinaron a un máximo de cinco personas en un cerro en el oriente de una de las ciudades más grandes del mundo.
MEXICO.- Incluso para los familiares de las víctimas, como por ejemplo Ana María Martínez, es más fácil creer que algunas personas trastornadas torturaron y asesinaron a su hermano, Samuel Suriel Martinez Sánchez, de 16 años de edad, para luego dejar que su cuerpo fuera mordido y devorado por los perros.
Los activistas de derechos de los animales han convocado a protestas, asegurando que los perros callejeros capturados, en apariencia inofensivos, fueron incriminados falsamente.
Planean plantarse el viernes frente a las oficinas generales de la Policía en la Ciudad de México, incluso a pesar de que las autoridades han pedido que no se sacrifique a los perros. La presión por parte de los amantes de los animales ha forzado hace años a la ciudad a detener las redadas de perros callejeros.
Sin embargo, expertos sobre animales dijeron el jueves que es muy posible que esos perros u otros sí mataran a las personas. La reticencia a acusar a los perros puede surgir del desconocimiento sobre los ataques de jaurías de perros, agregaron.
Las autoridades han dicho que las autopsias de cuatro de los cuerpos concluyeron que su muerte fue provocada por la pérdida de sangre a causa de las mordidas de unos 10 perros, infligidas antes y después de muertos.
La negativa de culpar a los perros por dichas muertes puede originarse por la desconfianza a las autoridades, a menudo corruptas o incompetentes. Los cárteles de narcotráfico suelen abandonar los cuerpos de sus víctimas en terrenos baldíos y las autoridades no investigan demasiado esos casos.
“A mi hermano lo mataron unas personas, ya sea que les hayan aventado a los perros antes o después, no sabemos”, dijo Martínez. “Creo que fue una persona trastornada, o varias, o incluso gente satánica para sus rituales”.
“Tenían mordidas de perros, pero los perros no matan gente”, dijo. “Más que nada, queremos que se aclare esto para que las otras personas inocentes no pasen por lo que nosotros estamos pasando”.
La incredulidad es alimentada por los rostros, en apariencia inofensivos, de unos 50 perros que fueron atrapados en el parque del Cerro de la Estrella, donde ocurrieron los ataques en diciembre y principios de enero. Algunos de los canes tienen el tamaño de un labrador, pero muchos son perros pequeños o medianos, incluyendo cruzas de razas como beagles o collies.
Muchos parecen mascotas abandonadas. Los residentes alrededor del parque de 143 hectáreas (353 acres) en Iztapalapa, una zona dominada por la pobreza, dicen que la gente suele pasar por ahí para abandonar a las mascotas que ya no quieren, pero aseguraron que los perros nunca habían causado problemas.
“Agarraron unos perros que se ven muy inocentes”, dijo el padre de Martínez, Benigno Juan Martínez Martínez, un vendedor de globos.