Tres miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán imputados por hackear campaña de Trump
El fiscal general estadounidense Merrick Garland detalló que los acusados sustrajeron información y la enviaron a la campaña demócrata
Un tribunal federal de Estados Unidos imputó a tres miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán por hackear y robar correos electrónicos de la campaña del candidato republicano a la presidencia Donald Trump.
El fiscal general estadounidense Merrick Garland detalló que los acusados, presuntamente vinculados al Gobierno iraní, sustrajeron información del equipo de Trump y la enviaron a la campaña demócrata y a varios medios de comunicación, aunque Teherán ha negado cualquier implicación.
Los imputados, identificados como Masoud Jalili, Seyyed Ali Aghamiri y Yaser Balaghi, residen en Irán y enfrentan cargos por apoyo al terrorismo, fraude informático, fraude electrónico y robo de identidad, señala Efe.
El Departamento de Estado ofrece una recompensa de $10 millones de dólares por información que conduzca a su captura.
“Los acusados dejaron en claro en sus propias palabras que estaban intentando socavar la campaña del expresidente Trump para las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024″, declaró Garland en una rueda de prensa.
Advirtió que Irán continúa sus esfuerzos “descarados” para influir en los comicios del próximo 5 de noviembre.
El fiscal general también aseguró que el Departamento de Justicia está decidido a contrarrestar estas amenazas y enfatizó que los estadounidenses son quienes decidirán el resultado de las elecciones.
“No una potencia extranjera”, enfatizó.
La imputación llegó tras un comunicado del FBI que reveló que hackers iraníes enviaron en julio correos robados de la campaña republicana a la entonces campaña demócrata liderada por Joe Biden y ahora por Kamala Harris.
El FBI aclaró que la campaña demócrata no solicitó dicha información y no hay evidencia de que respondieran al recibirla.
Simultáneamente, el Departamento del Tesoro anunció sanciones financieras contra siete personas acusadas de participar en operaciones iraníes para influir en las elecciones de noviembre. Esto reforzó la postura de Estados Unidos de proteger la integridad de su proceso electoral frente a interferencias extranjeras.
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