Más del 70% de mujeres que trabajan en restaurantes han sido víctimas de acoso sexual
Quienes trabajan bajo el esquema de propinas, están doblemente expuestas a ser tratadas de forma sexista, denigrante e insultante por sus jefes o clientes

Trabajadores de restaurantes, en particular las mujeres, enfrentan uno de los niveles más altos de acoso y explotación. Crédito: Shutterstock
“El hecho de que yo sea una mesera, no quiere decir que sea prostituta”.
La afirmación anterior es de ‘Raquel Pérez’, como pidió llamarse para esta entrevista. Se trata de la voz de una de las tantas migrantes que sirve comida y tragos, en un restaurante de la Avenida Roosevelt de Queens, quien comparte que su faena incluye desde “quitarse de encima” comentarios inapropiados por su voluptuoso cuerpo, hasta acoso de sus supervisores, quienes asumen que porque está “necesitada de trabajo y sin papeles”, es una presa fácil para complacer sus instintos machistas.
“Uno aprende a lidiar con la asquerosidad de los hombres que vienen al local. Dudo que haya otro trabajo en donde seas fastidiada todos los días. Por dicha, una viene de una cultura en donde se sabe defender. Pero es muchas veces humillante, tanto por los clientes, como por los compañeros de trabajo. Más si son tus jefes”, comentó la joven de Medellín, quien ha transcurrido dos años lidiando con “piropos” subidos de tono, “sugerencias” y hombres que se “pasan de mano”, con sus comentarios.
Lo que describe Raquel no es un hecho aislado. Ya que como expone la investigación nacional ‘El Punto de Inflexión’ (The Tipping Point) desarrollado por la organización One Fair Wage: el 71% de las mujeres en la industria de los bares y restaurantes han sido acosadas sexualmente.
Este porcentaje es el más alto de cualquier industria, que informe estadísticas sobre acoso sexual.
Riesgo para quienes ganan propinas
Se concluye que este tipo de hostigamiento es especialmente frecuente por parte de los clientes, pero también es significativo que se produzca por parte de supervisores, gerentes y propietarios, y el 44% de los trabajadores se ve afectado.
De forma más clara, se determinó que la fuera laboral que recibe propinas y percibe un salario inferior al mínimo, sufren acoso sexual en tasas mucho más altas, que sus contrapartes, que no reciben propinas (76% frente a 52%).
“Obviamente uno trata de ser más amable, porque sabes que tu ingreso finalmente depende de tu propina, pero muchos clientes, y debo decir que principalmente los hispanos, asumen que uno es amable, porque le está coqueteando. Y se pueden ir a la cama contigo”, comparte Raquel.
Asimismo, este reporte expone que los trabajadores que reciben propinas, tenían más probabilidades de ser tratados de manera sexista, de ser objeto de comportamientos sexualmente agresivos y degradantes y de ser coaccionados o amenazados, para realizar actividades sexuales que no querían. Además, tienen más posibilidades de ser víctimas de agresión sexual, si se contrasta con quienes no trabajan por ‘tips’.
“Estas diferencias, entre las experiencias de las trabajadoras que recibían propinas y las que no las recibían, no solo son estadísticamente significativas, sino sustanciales”, dice el reporte.
¿A qué hora sales?
Como refiere la mesera colombiana ‘Raquel Pérez’, muchos clientes cuando están pasados de tragos, comienzan con actitudes muy ofensivas, inclusive ha tenido que enfrentar que le pregunten de forma directa que cuánto cobra por otros “servicios”.
“¿A qué hora sales?, me preguntó un señor el año pasado. Es difícil admitirlo, pero mientras dependas de un trabajo para mantener a tu hijo, es mucho lo que tienes que tolerar aquí. Para muchos hombres machistas, todas las mujeres que servimos cervezas somos ficheras. Si te ofendes de nada, no puedes hacer este trabajo, especialmente en estas condiciones en donde no tienes un salario mínimo. Si haces de todo un drama, no tienes propina”, comentó.
Hasta ahora, Raquel no ha sufrido un ataque sexual o un hostigamiento grave, solo comentarios incómodos. Pero está convencida que el “clima de tolerancia” que existe en ‘La Rooselvelt’, en donde abundan las trabajadoras sexuales, posiblemente motiva a muchos hombres a pensar, que todas las que prestan algún servicio como meseras en esa avenida, son también prostitutas.
“Yo dudo que en un restaurante o un bar de Manhattan, en donde van turistas y otro tipo de clientes las mujeres se expongan a lo mismo. Lamentablemente en donde yo trabajo en Corona, la mayoría de los que que van a comer y a tomar, especialmente los fines de semana, son obreros de la construcción, muy babosos (abusadores), que salen de aquí a buscar servidoras sexuales”, agregó.
En los hechos, no todas las mujeres que realizan este trabajo, han tenido la misma suerte.
El reporte ‘The Tipping Point’ comparte historias terribles sobre violaciones, chantajes y humillaciones tanto por parte de supervisores como de clientes, de mujeres migrantes que trabajan en la industria de los restaurantes. Y que además han sufrido represalias por denunciar a sus acosadores.
Vulnerables a venganzas
Se destaca que si independientemente de si la víctima denuncia o no, sigue siendo muy vulnerable a las venganzas, desde acosadores molestos, hasta compañeros de trabajo que se ponen del lado de sus jefes, además supervisores y gerentes que no quieren “la molestia” de lidiar con la situación.
Desafortunadamente, el 98% de las trabajadoras consultadas para este estudio que informaron haber sido objeto de alguna forma de acoso, experimentaron además al menos un incidente de represalia, en donde lo más común es ser despedidas.
“Es muy triste. A una compañera que un borracho le faltó verbalmente el respeto, posiblemente no supo manejar la situación. Y armó un escándalo en pleno restaurante. A la semana le cortaron las horas. Después la despidieron. Ella buscó otro trabajo y llamaron pidiendo referencias. Y el jefe dijo que no la recomendaba, porque era muy problemática. Finalmente ellos están es solo por su negocio. Prefieren perder a un trabajador que a un cliente”, comentó la colombiana.
En este mismo sentido, se describe detalladamente que cuando los empleados de esta industria denuncian un acoso sexual, los trabajadores que recibían propinas tenían menos probabilidades de decir que la situación se había corregido, si se compara con sus contrapartes sin propinas (61% frente a 73%). Asimismo, los trabajadores que recibían propinas, tienen sustancialmente más posibilidades de quienes trabajan por un salario mínimo legal, de decir que se les había alentado a “simplemente olvidarse de ello” (39% versus 23%).
Las formas del acoso
En el balance que ofrece la investigación de One Fair Wage, se definen claramente las formas de acoso más recurrentes que describen estas trabajadoras, por parte de sus jefes o compañeros de trabajo.
En general gran parte de las encuestadas indican que fueron víctimas de varios tipos de agresiones, que van desde leves hasta muy graves.
Por ejemplo, las más comunes son escuchar comentarios insultantes, denigrantes y sexistas en contra del sexo femenino, independientemente de que no sea de forma directa. También se incluyen estar expuestas a gestos corporales groseros de naturaleza sexual.
Además, se hace referencia a trabajadoras que reciben mensajes de textos o fotografías con contenido sexual.
En un nivel más grave de hostigamiento se adiciona a este inventario, ofrecimientos o insinuaciones de algún tipo de recompensa o trato especial, a cambio de participar en alguna actividad sexual, o amenaza con algún tipo de represalia (despidos, cambios de horarios), sino se complace sexualmente a un supervisor o un trabajador.
En este mismo espectro, se encuentra exigir a las trabajadoras que se vistan de forma extremadamente sexy para cautivar a más clientes o exigir que sean más coquetas para obtener más consumo en el restaurante.
Se mantiene en el tiempo
Cabe destacar que, en su mayor parte, estas experiencias de agresiones expuestas en el reporte, implicaron muchos tipos de comportamiento acosador y continuaron a veces durante semanas o meses.
“A diferencia del estereotipo común de que el acoso sexual es un evento único y breve, esto demuestra que en realidad puede ser un proceso continuo que dura un período considerable de tiempo, en particular para las mujeres que son acosadas por compañeros de trabajo, supervisores o gerentes”, se deriva del análisis.
En esta investigación, el 37% informó que la situación denunciada continuó durante un mes o más, y que los comportamientos en este episodio ocurrieron con frecuencia o casi en todos los turnos. El
43% de los trabajadores informaron que tenían entre 16 y 21 años de edad cuando ocurrió la experiencia de acoso sexual.
Una solución en el menú
Precisamente, derivado de estos datos desgarradores, esta semana trabajadores de restaurantes, mujeres y aliados se reunieron en El Bronx para dar inicio al Mes de la Historia de la Mujer para ofrecer una “clase de defensa personal” para trabajadores de restaurantes.
Esta jornada de reflexión, de donde se escucharon múltiples historias, fue una plataforma para empujar que Nueva York apruebe la ley A1200 y S415-A, que nivelaría el salario mínimo estatal para los trabajadores que reciben propinas.
Como queda claro con el reporte de One Fair Wage, los trabajadores de restaurantes, en particular las mujeres, enfrentan uno de los niveles más altos de acoso y explotación en el lugar de trabajo, a menudo debido a su dependencia de las propinas, para alcanzar un salario digno. El sistema salarial de dos niveles de Nueva York, actualmente permite a los trabajadores que reciben propinas, ganar tan solo entre $10,35 y $11,00 por hora antes de las propinas.
Estos proyecto de ley, patrocinados por la asambleísta Jessica González-Rojas y el senador estatal Robert Jackson, exigirían a los empleadores que paguen a los trabajadores, que reciben este esquema de ingresos, el salario mínimo completo más propinas adicionales, lo cual evitaría la dependencia de propinas impredecibles y abordaría las desigualdades que afectan desproporcionadamente a las mujeres y los trabajadores de color.
Datos del acoso:
- 71% de las mujeres que trabajan en restaurantes reportan haber sido acosadas sexualmente al menos una vez durante su tiempo en esta industria. Esta encuesta se realizó en todo el país.
- 44% afirmó haber sido víctimas de alguna forma de hostigamiento sexual, por parte de alguien en un rol de gerencia o propiedad del restaurante.
- 76% frente a 52%: los trabajadores que reciben propinas tienen significativamente más probabilidades de haber sido acosados sexualmente, en comparación con aquellos que ganan salario mínimo.