Hagel en Afganistán
Karsai acusa a EEUU de que la violencia se agravará en el país
KABUL, Afganistán. Diversos problemas de seguridad y relaciones fracturadas con las autoridades afganas afectaron la primera visita del secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, a territorio afgano, incluidas las acusaciones del presidente Karzai acerca de que Estados Unidos y el Talibán trabajan en concierto para mostrar que la violencia en el país se agravará con el retiro de la mayoría de los soldados de la coalición.
El máximo comandante de Estados Unidos en Afganistán, general Joseph Dunford, rechazó de inmediato las acusaciones que emitió el domingo el presidente Hamid Karzai y las describió como “categóricamente falsas”. Sin embargo, las acusaciones son solo parte de un conjunto de disputas que han crispado las relaciones entre ambos países en momentos en que Estados Unidos trabaja para transferir a los afganos la seguridad del país.
En declaraciones a la prensa vertidas poco después de las declaraciones de Karzai, Dunford dijo que el dirigente afgano jamás le había expresado tales puntos de vista, aunque afirmó que era comprensible que las tensiones se incrementaran en momentos en que la coalición equilibra la necesidad de compensar su misión con la medida de que los afganos ejerzan una mayor soberanía.
“Hemos peleado muy duro en los últimos 12 años, hemos derramado muchísima sangre en los últimos 12 años, hemos hecho muchísimo para contribuir al aumento de las fuerzas de seguridad afganas en los últimos 12 años como para que se piense en algún momento que la violencia o la inestabilidad sería una ventaja para nosotros”, dijo Dunford.
Las declaraciones de Dunford tuvieron lugar, sin embargo, después que las autoridades estadounidenses cancelaran una conferencia de prensa con Hagel y Karzai debido a una amenaza a la seguridad, exactamente un día después de que un atacante suicida en bicicleta hiciera estallar una bomba afuera del ministerio de Defensa de Afganistán, con resultado de nueve civiles muertos y 14 heridos.
Hagel escuchó el estruendo de la explosión desde una ubicación segura donde estaba reunido con autoridades afganas, aunque jamás estuvo en peligro.