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Ganó un millón en la lotería, dejó su trabajo y terminó en el hospital: “Fue un error”

Adam López ganó la lotería, abandonó su empleo y cayó en los excesos hasta sufrir una embolia pulmonar

Hospitalizado

El hombre entendió que el dinero no lo es todo cuando enfermó después de ganar la lotería. Crédito: Shutterstock

Adam Lopez, un conductor de montacargas de 39 años que vivía en el pequeño pueblo de Mattishall, en Norfolk, Inglaterra, nunca imaginó que comprar 5 billetes de rasadito de lotería cambiaría su vida para siempre.

Una tarde de julio, decidió invertir cerca de $32 dólares en boletos comprados cerca de Norwich. Su cuenta bancaria mostraba apenas unos $16, pero uno de esos raspaditos resultó ser el ganador de un millón de libras esterlinas, equivalente a más de $1,2 millones.

La reacción de Lopez ante semejante fortuna fue inesperada. “Cuando vi el millón de libras, no supe qué hacer, así que guardé la tarjeta “rasca y gana” en la guantera sin pensarlo”, confesó a la Lotería Nacional. “Siempre pensé que gritaría si alguna vez ganaba un premio gordo, pero cuando finalmente sucedió, ¡me quedé en completo silencio!”.

Del sueño al descontrol

Al principio, el flamante millonario utilizó su premio para cumplir sueños que parecían inalcanzables. Compró vehículos de lujo como Range Rovers, organizó un viaje a Barbados y comenzó a vivir sin las preocupaciones económicas que habían marcado su vida hasta entonces. Sin embargo, lo que comenzó como gestos generosos hacia su familia rápidamente se transformó en una espiral de gastos desmedidos y fiestas continuas.

La decisión más trascendental, y según él mismo reconoce ahora, la más equivocada, fue abandonar su trabajo como conductor de montacargas. “Dejé mi trabajo y nunca debí haberlo hecho”, admitió en una entrevista concedida a la BBC. “Perdí la estructura de mi vida y mi día a día. Fue una desconexión total con la vida que llevaba antes”.

Lo que parecía libertad se convirtió en un vacío existencial. Sin la rutina laboral, sin horarios que cumplir ni responsabilidades diarias, Lopez se encontró navegando en un mar de tiempo libre que llenó con lujos y excesos. Su nueva vida, aunque externamente glamorosa, carecía del sentido de propósito que su trabajo le había proporcionado durante años.

Como ocurre con la mayoría de los ganadores de un premio de lotería, el hombre terminó despilfarrando su fortuna. (Foto: Shutterstock)

La llamada de atención definitiva

La euforia millonaria se detuvo abruptamente cuando Lopez fue ingresado de urgencia en el Hospital Universitario de Norfolk y Norwich con un diagnóstico grave: embolia pulmonar bilateral. Un coágulo de sangre que se había formado en su pierna se desplazó hasta sus pulmones, comprometiendo seriamente su vida.

Durante más de 8 días permaneció hospitalizado, tiempo suficiente para reflexionar profundamente sobre las decisiones que había tomado desde aquel día en que raspó el boleto ganador. El susto médico funcionó como un despertar brutal a la realidad: el dinero no puede comprar salud ni garantizar bienestar.

“Me ha permitido vivir una vida que nunca antes había vivido, pero creo que me equivoqué”, reconoció sobre el lujoso ritmo que había adoptado tras ganar la lotería. “Era agradable hasta que mi salud se convirtió en un problema”.

Una lección de vida

La experiencia en el hospital cambió radicalmente la perspectiva de Lopez sobre lo que realmente importa en la vida. Sus palabras resumen una verdad universal que muchos olvidan en la búsqueda de riqueza material: “Simplemente, te hace mirar ambos lados de la vida porque no importa si tienes un millón, $100 millones,$1,000 millones; cuando estás en la parte trasera de la ambulancia, nada de eso importa”.

Lopez comprendió que las posesiones materiales, los coches de lujo y los viajes exóticos pierden todo su valor cuando la salud y la vida misma están en juego.

Hoy, el exconductor de montacargas convertido en millonario ha cambiado sus prioridades. Su objetivo ya no es acumular más lujos o vivir en una fiesta permanente. Ahora busca recuperar la estabilidad que le proporcionaba su rutina de trabajo y, sobre todo, priorizar su salud física y mental.

El síndrome del ganador de lotería

La historia de Adam Lopez no es única. Se suma a un catálogo creciente de casos de ganadores de lotería cuyas vidas cambiaron drásticamente tras recibir una fortuna inesperada, y no siempre para bien. La llegada súbita de una gran cantidad de dinero puede generar desafíos inesperados: pérdida de control financiero, aislamiento social, ruptura de relaciones familiares, falta de objetivos vitales y, como en este caso, graves problemas de salud, derivados de cambios radicales en el estilo de vida.

Los expertos en finanzas personales y psicología coinciden en que la riqueza repentina requiere preparación, asesoramiento profesional y, sobre todo, la capacidad de mantener los pies en la tierra. Conservar rutinas saludables, relaciones significativas y un sentido de propósito resulta fundamental para que la fortuna sea realmente una bendición y no una maldición disfrazada.

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