Estadísticas muestran cuál es la mejor edad para pedir el Seguro Social
Estudios muestran que pedir el Seguro Social a los 70 años maximiza ingresos de por vida, aunque algunas situaciones justifican solicitarlo antes
Con planificación anticipada, muchos adultos pueden prepararse para retrasar su reclamo y asegurar ingresos más altos para el resto de su vida. Crédito: Visuals6x | Shutterstock
Elegir a qué edad comenzar a cobrar el Seguro Social es una de las decisiones financieras más importantes de la vida adulta. Aunque la ley permite solicitar los pagos de jubilación desde los 62 años, las cifras más recientes muestran que esperar puede generar un impacto profundo en los ingresos de largo plazo.
Diversos estudios han analizado el comportamiento de los jubilados y los resultados apuntan a una misma conclusión: la edad óptima para solicitar los beneficios es 70 años.
Un análisis realizado en 2019 por United Income reveló que el 57% de los jubilados obtienen mayor riqueza acumulada a lo largo de su vida si retrasan su solicitud hasta esa edad.
Solo 6.5% de los beneficiarios habrían recibido más dinero de por vida pidiendo sus pagos antes de los 64 años.
En promedio, quienes eligen un momento poco favorable para solicitar dejan de recibir alrededor de $111,000 dólares por hogar.
Otro estudio del National Bureau of Economic Research amplió esa tendencia. Según su evaluación, más del 90% de los adultos mayores aumentarían sus ingresos totales a lo largo de la vida si esperan hasta los 70 años para pedir sus beneficios.
El organismo estimó que, al optimizar la edad de reclamo, el patrimonio total de un hogar promedio podría elevarse en $182,370 dólares y, además, permitir un aumento cercano al 10.4% en la capacidad de gasto a lo largo de la jubilación.
Las razones detrás de este resultado están relacionadas con la manera en que funciona el Seguro Social.
Las penalizaciones por solicitar antes de la edad plena de jubilación (generalmente 67 años para quienes nacieron a partir de 1960) y los créditos por retrasar el reclamo hasta los 70 fueron diseñados hace décadas, cuando la expectativa de vida era menor.
Hoy, las personas suelen vivir más tiempo, lo que hace que retrasar la solicitud no solo compense, sino que genere mayores ingresos mensuales y una mayor acumulación de beneficios.
Aun así, no todos los casos son idénticos. Hay situaciones en las que pedir temprano puede ser lo más adecuado.
Quienes planean recibir beneficios conyugales, por ejemplo, pueden optar por solicitar antes de su edad plena para generar ingresos inmediatos mientras su pareja espera para maximizar su propio beneficio.
Como los pagos conyugales no aumentan después de la edad plena, retrasar hasta los 70 no tiene sentido en ese caso.
También pueden beneficiarse de un reclamo anticipado quienes enfrentan problemas graves de salud y no esperarían alcanzar la edad de 70 años, o quienes ya no pueden trabajar y dependen del Seguro Social para cubrir gastos básicos, especialmente si retirar recursos de sus cuentas de retiro demasiado pronto podría afectar su estabilidad financiera.
Hay otros escenarios intermedios donde la decisión no es tan clara.
Un trabajador que ha perdido su empleo y está consumiendo rápidamente sus ahorros podría optar por solicitar antes de lo planeado.
En esos casos, el objetivo puede ser proteger sus fondos de retiro aun si eso implica recibir un cheque mensual más pequeño.
En términos generales, los expertos coinciden en que retrasar la solicitud hasta los 70 años es la estrategia que más beneficios produce para la mayoría de las personas.
Sin embargo, cada situación debe evaluarse considerando salud, empleo, ahorros y necesidades personales.
Con planificación anticipada, muchos adultos pueden prepararse para retrasar su reclamo y asegurar ingresos más altos para el resto de su vida.
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