Familiares de desaparecidos en la frontera no pierden la fe
Familiares de migrantes desaparecidos al intentar cruzar la frontera mantienen la esperanza de hallarlos con vida
El hijo de Mercedes Moreno venía en busca del sueño americano cuando fue interceptado por las autoridades mexicanas mientras cruzaba la frontera en 1991. Desde esa fecha no ha sabido nada de él.
“La fe y la esperanza nunca se pierde. Cuando un hijo está desaparecido se cae en una depresión. Pero solo la energía interior por el amor de madre hace que uno reaccione”, dijo Moreno, quien no pierde las esperanzas de encontrar a su hijo José Leonidas sano y salvo.
“Fuí a México dos veces y en la primera vez me tomaron la prueba de ADN en el PGR (Procuraduría General de la República). Ya han pasado tres años, pero si aún los mismos connacionales mexicanos que han protestado años por sus hijos e hijas desaparecidos no les han hecho caso, imagínese yo que soy salvadoreña, centroamericana”, añadió Moreno, cuyo hijo tenía 22 años cuando desapareció.
El caso de Mercedes Moreno es similar al de miles de personas cuyos familiares han viajado a través de México para cruzar el desierto y llegar a Estados Unidos.
Muchos logran llegar después de grandes penalidades, pero otros se quedan en el camino, ya sea víctimas del crimen organizado en México o cruzando el desierto en la frontera sin que, en la mayoría de los casos, se vuleva a saber de sus paradero.
Familiares de los desaparacedidos, en su lugar de origen o esperándolos en EEUU, no saben a dónde o a quién acudir en busca de ayuda para encontrarlos.
Moreno no sabe si su hijo se quedó en México, regresó a El Salvador o logró llegar a la frontera de
Estados Unidos. En las marchas de madres centromericanas que buscan en México a sus hijos, Moreno busca la forma de sumarse.
Pero sabe también de los peligros que enfrentan los indocumentados al intentar cruzar a EEUU.
De acuerdo con Andrés Adame, portavoz de la Patrulla Fronteriza en Arizona, 63 inmigrantes han muerto durante el mismo período entre octubre de 2012 y el 31 de julio de 2013.
La travesía del desierto para los indocumentados puede tomar entre cinco y siete días y para una persona que no conoce el area es fácil perderse y morir. La extensión del desierto de Arizona es aproximadamente 262 mil kilómetros cuadrados.
“Los ‘coyotes’ a veces abandonan a los migrantes si estos se enferman o se lesionan y es cuando mueren solos en el desierto”, dice. “Antes miraban al migrante como humano ahora lo miran como mercancía. Cuando miran 10 migrantes, los ven como si fueras 10 televisores, si uno de esos televisores se cae de la troca o se lastima, ahí lo dejan”.
“El Desierto de Arizona es muy peligroso, primero por el clima y es por donde cruzan los coyotes porque es un área muy difícil de trabajar para nosotros”, dijo Adame.
En ese mismo período se han arrestado 111 mil 600 personas tratando de cruzar la frontera en forma ilegal al país a través del desierto.
Pero también se rescató a 703 migrantes, unos 200 más que el año anetrior.
Para ayudar con la localización de los migrantes perdidos, la Patrulla Fronteriza ha instalado 49 torres de rescate en los lugares donde han ocurrido más muertes para que la persona perdida pueda enviar una señal con solo apretar un botón.
“Ha sido la cantidad de arrestos más baja en 19 años, en comparación con el año 2000, cuando la Patrulla Fronteriza aquí en Arizona arrestó a más de 716 mil. Ha bajado más del 80%”, dijo Adame, quien señaló que la disminución podría atribuirse a la recesión económica del país y al despliegue de recursos con los que ahora cuenta la Patrulla Fronteriza, como el aumento de personal y la tecnología que les permite localizar a las personas.
“Tenemos un equipo que se llama BORSTAR [Rescate, Búsqueda y Traumatismos de la Patrulla Fronteriza] compuesto por 50 agentes que en estos tiempos de calor lo que hacen es búsqueda y rescate durante las 24 horas”, afirmó Adame.
“Enviamos el equipo de BORSTAR porque sabemos que esas personas van a estar deshidratadas y van a necesitar ayuda médica”, dijo Adame.
Las torres pueden localizarse de noche mediante señales que emiten en forma intermitentes y durante el día a través del reflejo del sol sobre la punta de la torre compuesta de espejos.
“Todavía estamos viendo muchos migrantes perdidos en el desierto, abandonados”, dijo el portavoz de la Patrulla Fronteriza. La mayoría de los coyotes, destaca, pertenecen a los carteles que operan en la frontera, especialmente en Sonora.
“Entre 2004 y 2005 vimos un cambio en la cultura de los que pasaban gente de contrabando. Antes de 2004 veíamos familias que pasaban gente de contrabando, un negocio que era de generaciones, pero en 2004 y 2005 se metieron los cárteles de narcotraficantes a este negocio”, dijo Adame.
Pero entre narcos, ‘coyotes’ y agentes fronterizos, Moreno reza para que en algún lugar del camino desde El Salvador a EEUU, su hijo aún esté con vida.