Entrevista

Joe Arpaio no se retirará del cargo de Sheriff de Maricopa

El controversial Sheriff de Maricopa se muestra desafiante, pero con más límites legales

Joe Arpaio, sheriff del condado de Maricopa, afirma que ya no arresta 'ilegales', solo delincuentes.

Joe Arpaio, sheriff del condado de Maricopa, afirma que ya no arresta 'ilegales', solo delincuentes. Crédito: Pilar Marrero / La Opinión

PHOENIX, Arizona.— Las cosas no son como antes para el Sheriff Joe Arpaio de Arizona. Las acciones de sus oficiales están bajo la observación de un monitor federal y de una “junta asesora”, el Gobierno federal hace tiempo le quitó el programa 287g con el que 150 de sus oficiales realizaban tareas de control migratorio, y en cuestión de tres semanas, el sheriff estará bajo interrogatorio por parte de abogados del Departamento de Justicia en la demanda por violaciones de derechos civiles que pende contra él.

Pero Arpaio, sentado en el señorial escritorio de su enorme y nueva oficina en el centro de Phoenix, señala el poco cabello gris que le queda en la cabeza y afirma que a él nadie le quita el sueño. “Voy a cumplir 82 años en junio, si no tuviera la confianza en que mis agentes son profesionales, me preocuparía y quizá se me caería el cabello”, dijo el sheriff.

“Pero mira este hermoso edificio, tenemos dos nuevas cárceles, una academia, una fábrica de comida, un gran sistema, el mejor del país. ¿Cómo me van a decir a mí como hacer las cosas?, deberían venir a preguntarme cómo hacerlas”, apunta Arpaio.

El juez que le colocó el monitor federal falló que su departamento violaba los derechos civiles y se enfocaba ilegalmente en la población latina. Pero según él, “los jueces no me dicen lo que tengo que hacer, a mí me elige la gente”.

“A mi me quiere monitorear todo mundo, la Casa Blanca, Eric Holder (el procurador de la nación), la Unión de Libertades Civiles, los medios de comunicación y mi esposa”, apunta. ¿Qué me importa un monitor más?”.

Arpaio concede, sin embargo, que “ya no arrestamos ilegales, lo que arrestamos son delincuentes, traficantes de drogas, personas que roban identidad, me da igual si son ilegales o no. Y por cierto, ¿qué es esa tontería de llamarlos indocumentados?”.

Arpaio dice que está preparando “un reporte impactante” que demostrará que hay mucha falsedad en las cifras de deportaciones y que el Presidente Obama no ha deportado a 2 millones de personas. “¿Cuáles 2 millones? Es la misma gente que deportan y regresan, deportan y regresan. No te puedo dar detalles, pero este reporte va a impactar al mundo”, dice, con un brillo en los ojos.

El sheriff tampoco pierde el sueño considerando si arresta a lavaplatos o a “carwasheros” o si separa o no a las familias. “No sé por qué no sienten pena por los otros 8,000 que tengo en la cárcel. A esos también se les separa de sus familias por los delitos cometidos”. Para él es lo mismo un indocumentado que cualquier otro delincuente.

A Arpaio no le importa que lo llamen un “buscador de publicidad”. Cuenta con orgullo que ha aparecido en “más de cuatro mil medios internacionales”. “Soy conocido en todo el mundo. Y uso a los medios como ellos a mí, para dar a conocer mi trabajo. Esto no es la CIA ni tengo una organización secreta. Mi política es de puertas abiertas, yo a usted no la mandé a venir”, comenta, antes de ofrecer a la reportera un poster autografiado de Tent city y una moneda conmemorativa con su imagen.

El sheriff anuncia que no tiene intenciones de retirarse y que está considerando “seriamente” la candidatura a gobernador. “Siempre digo lo mismo, pero esta vez es un poco más serio porque ya voy a cumplir 82”, señala. “Puede ser mi última oportunidad”.

“Mis enemigos no deberían hacerse la ilusión de mi retiro porque no me voy a retirar nunca”, sentencia.

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