Ted Cruz está equivocado

Da miedo el enfoque que le da el senador republicano a la inmigración y al asilo político Inmigración

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Ted Cruz no “comprende” la inmigración. Ni tampoco la necesidad de otorgar el debido proceso a los refugiados.

Esto ha quedado claro ahora que miles de niños de América Central cruzaron la frontera mexicoamericana.

Conozco al senador de Texas desde hace unos 12 años. Y es una persona increíblemente inteligente. Sin embargo, en los temas de la inmigración y del asilo político —que uno pensaría que domina, puesto que su padre, Rafael, emigró de Cuba en 1957-Cruz no se muestra inteligente, más bien da miedo.

En el programa de NBC, Meet the Press, Cruz echó la culpa de la crisis a “las fallas de la política migratoria (del presidente Obama) y su anarquía”.

La política migratoria del Presidente causó la deportación de dos millones de personas. No puede decirse que faltó a la ley y el orden.

En Fox News Sunday, Cruz acusó a los demócratas de “retener a estos niños como chantaje” para que se apruebe una ley migratoria que él denominó como “una de las causas de este problema”. Dijo que los niños están viniendo “porque creen que obtendrán amnistía”.

La ley del Senado otorgaría categoría legal a lo que se calcula que son 11 millones de inmigrantes en los Estados Unidos, pero no cubre a los recién llegados.

Es cierto que muchos de los niños dijeron a las autoridades que pensaban que les darían “permiso” para quedarse en Estados Unidos. La Casa Blanca afirma que los carteles de tráfico humano circularon ese rumor para incentivar el negocio. Cobrando unos 8,0000 dólares por niño, al transportar por lo menos a 57,000 niños a los Estados Unidos, los traficantes podrían haber ganado más de 450 millones de dólares.

Cruz no echa la culpa a los carteles. Echa la culpa a Obama. Sin embargo, mis fuentes familiarizadas con la crisis de la frontera me informan que, según algunos niños, el rumor era que el “Congreso” había aprobado una amnistía. Entonces, ¿por qué no culpa Cruz al presidente de la Cámara, John Boehner?

Al tratar de resolver la crisis de la frontera, el senador mezcla tres aspectos no relacionados: la Ley DREAM, que ofrecía categoría legal a jóvenes indocumentados si asistían a la universidad o se incorporaban a las fuerzas armadas y que fue derrotada en diciembre de 2010; la ley contra el tráfico humano de 2008, firmada por el presidente George W. Bush, que permite que menores indocumentados de Centroamérica vivan con parientes en Estados Unidos mientras esperan una audiencia; y la Acción Diferida para los que Llegaron de Niños,(DACA, por sus siglas en inglés), una modificación de 2012 en las normas del Departamento de Seguridad Nacional, que permite que los jóvenes indocumentados que fueron traídos de niños eviten la deportación y soliciten permisos de trabajo. DACA, como la propuesta de ley del Senado, no se aplicaría a los niños refugiados.

Son cosas diferentes. Sin embargo, para los conservadores se trata de una mezcla anárquica de todo.

Desviándose de su curso, Cruz introdujo propuestas de ley que impedirían que el gobierno de Obama expandiera DACA, cambiarían la ley de tráfico humano de 2008, proporcionarían recursos para gobiernos estatales y locales y darían poder a los estados fronterizos para que llamaran a la Guardia Nacional a la frontera.

¿En serio? Entonces, ¿la manera de impedir que los niños sigan viniendo es castigar a los jóvenes en la veintena, que han estado aquí durante años?

He aquí el objetivo de los republicanos. Nunca les gustó DACA, y están utilizando la crisis de la frontera como excusa para acabar con ella.

Sí, esos puntos no se conectan. Pero observen la cronología. El gobernador de Texas, Rick Perry, afirma que envió una carta a Obama advirtiéndole sobre el incremento inusitado en el flujo de menores provenientes de América Central que cruzaron la frontera, ya en mayo de 2012. Pero eso fue un mes antes de que se diera a conocer DACA.

Así pues, los niños comenzaron a venir antes del cambio en las normas que, según Cruz, es el motivo por el que vinieron.

El enfoque ligero del senador al tema de la inmigración lo perjudicaría si se presenta como candidato a la Presidencia.

Un estratega republicano hispano me dijo recientemente que los deficientes resultados electorales obtenidos últimamente por el Partido Republicano entre hispanos podrían ser aun peor si Cruz es el nominado en 2016.

En 2012, Mitt Romney obtuvo el 27% del voto latino.

“Si Ted es el nominado”, predijo el estratega, “obtendrá aun menos del voto hispano que Romney.”

Parece correcto. La tasa más baja para los republicanos fue la de Bob Dole, quien en 1996 obtuvo un 21% del voto latino. A Cruz podría irle peor. Mientras el senador Marco Rubio, de Florida; la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, o el gobernador de New Jersey, Chris Christie, podrían hacer avances con los electores latinos, Cruz probablemente quedaría acabado.

Por ser alguien cuya comunidad ingresó a Estados Unidos con alfombra roja gracias a esa reliquia de la Guerra Fría conocida como la Ley del Ajuste Cubano de 1966, Cruz debe andar con pies de plomo con inmigrantes y refugiados.

En lugar de eso, da la impresión de ser realeza cubanoamericana, que se digna a decir a los campesinos mexicanos y de América Central que coman flan.

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