Vigilia contra violencia doméstica reúne a adultos y niños en Brooklyn

Sobrevivientes se movilizaron este martes a Williamsburg

Los niños también sufren la violencia intrafamiliar.

Los niños también sufren la violencia intrafamiliar. Crédito: Humberto Arellano / EDLP

@JoaquinBotero

Joaquin.botero@eldiariony.com

Marissa Montgomery (48) hace seis meses terminó una relación en la que era víctima de violencia por parte de su pareja y se fue a un refugio ofrecido por el Urban Resourse Institute. La mujer de ascendencia puertorriqueña ha sufrido la violencia doméstica desde los 18 años, y es la primera vez que asiste a una vigilia en contra del flagelo como la de este martes en Williamsburg.

“Varios hombre me maltrataron. Tarde me di cuenta de que esto es muy serio y afecta a mujeres y niños”, dijo a El Diario.

Evelyn Cardona, quien inició la vigilia hace 15 años, dijo que, los rostros de las víctimas se han diversificado. “Hay gente que no cree, pero también ayudamos a los hombres que son víctimas de otros hombres o de mujeres”, manifestó la también sobreviviente de violencia intrafamiliar. Con orgullo aseguró que, en lo que va de año, el instituto ha ayudado a 450 familias. El albergue cobija a 120 personas.

Adelaida Pérez (73) fue víctima por 32 años. Ahora pertenece al North Brooklyn Coalition, otra de las organizaciones presentes a la manifestación.

Aguanté mucho tiempo porque a veces uno quiere a la persona. Yo nunca antes había conocido la violencia en el hogar y pensé que mi esposo iba a cambiar. No quería dejarlo y fuimos al psiquiátra, pero lo grave es que el sufre de esquizofrenia”, confesó la mujer.

Pérez expresó que sufrió varios tipos de abuso: económico, psicológico y físico. “Mi esposo no me dejaba salir. Ahora lo perdoné y nos vemos de vez en cuando. Su padre era violento y eso lo aprendió de él”, relató.

Añadió que lo bueno de estas organizaciones es que, no sólo ayudan a combatir el problema, además empujan a mujeres y hombres a prepararse académicamente para encontrar empleo.

Abbie Tuller (32), de la North Brooklyn Coalition, manifestó que la mayor equivocación es que mucha gente piensa que se trata sólo de abuso físico. “Donde una de las personas no puede opinar o decidir, eso es violencia”, argumentó Tuller.

Agregó que uno de los problemas con la comunidad migrante es el miedo a ser deportados si denuncian. “Personas que creen que eso va a afectar su estatus migratorio o el de su pareja y eso no es así”.

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