Masacre en Charleston revela influencia de grupos supremacistas

EEUU debería prestar más atención a grupos radicales dentro del país, sostienen activistas  

Washington.- Carolina del Sur es un nido de grupos supremacistas en EEUU, y aunque Dylann Roof no ha sido vinculado directamente con éstos, sus palabras antes de la masacre en Charleston son eco de la “revolución blanca” que prometieron radicales en 2008 si Barack Obama ganaba la presidencia.

Poco se sabe de Roof, el presunto autor material de la masacre de nueve personas en una iglesia de la comunidad afroamericana en Charleston, Carolina del Sur, la semana pasada, pero hay indicios de que éste simpatizaba con grupos radicales blancos.

Según “Southern Law Poverty Center” (SPLC), una organización que analiza y documenta el surgimiento de grupos motivados por el odio racial en EEUU, sería un error ver la masacre en Charleston como un incidente aislado.

El presidente de SPLC, Richard Cohen, sostiene que, así como el gobierno de EEUU rastrea y responde a las amenazas terroristas en el exterior, también debería prestar más atención a grupos radicales dentro del país.

“La masacre en Charleston podría parecer un acto de violencia aislado a manos de un racista demente, cuando la verdad es que, aunque actuó solo, Dylann Storm Roof es producto de un peligroso movimiento, cada vez más globalizado, que está uniendo a nacionalistas en torno a la idea de que la gente blanca está bajo ataque de las minorías en todo el mundo”, explicó Cohen.

“Sabemos que terroristas islámicos piensan en escala global, y nuestro país invierte masivos recursos para confrontar esa amenaza. Pero hemos sido demasiados lentos en darnos cuenta de que los supremacistas blancos están haciendo lo mismo”, subrayó Cohen.

Cosecha del odio racial

Informes de prensa señalan que, momentos antes de la masacre, Roof se quejó de que los afroamericanos “violan a las mujeres” y “están tomando el país”, expresando el temor de los supremacistas por la “invasión” de las minorías en este país.

En un “manifiesto” ampliamente divulgado, Roof citó al grupo supremacista “Council of Conservative Citizens” (CofCC, en inglés) como su “entrada” al mundo del nacionalismo blanco.  El CCC, que se describe como un grupo conservador, es una especie de reencarnación de los extintos “Concejos Ciudadanos Blancos”, formados en las décadas de 1950 y 1960 y cuya misión era mantener la segregación de las escuelas en todo el sur del país.

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Al parecer,  el CofCC –en el que aparentemente se inspiró Roof- parece tener peso entre prominentes líderes políticos, tanto estatales como federales, y el grupo se ha referido a los afroamericanos como “una especie de la humanidad retrograda”.

Los blancos son mayoría, pero radicales temen “genocidio”

Aunque en declive, los blancos siguen siendo mayoría en EEUU, y el temor de los grupos extremistas a su presunto “genocidio” se ha convertido en un llamado a la acción.

Ya en 2008, grupos supremacistas como el Movimiento Nacionalista, en Mississippi, incluso apostaban por la victoria de Obama en las urnas, convencidos de que eso desataría una “revolución de los blancos” y una guerra racial como la que presuntamente buscaba incitar Roof.

Según SPLC, existen poco más de 930 grupos motivados por el odio racial en todo el país, incluyendo a neonazis, nacionalistas blancos, y grupos locales del “KKK”. Tan solo en Carolina del Sur hay 19, de los cuales todos, menos dos, están ligados con grupos supremacistas blancos.

Parte del reto, según observadores, es que la Primera Enmienda consagra la libertad de expresión y da cabida a toda clase de manifestaciones racistas en EEUU, y las autoridades solo intervienen cuando se cometen actos de violencia.

Esta semana, investigadores de SPLC sumarán esfuerzos con sus contrapartes en países europeos como Hungría y Budapest para compartir datos de inteligencia sobre el movimiento nacionalista blanco que, ayudado por la tecnología, está trascendiendo fronteras en todo el mundo.

Obama, otra vez viaja a dar consuelo

Cuando Obama viaje a Charleston el viernes próximo para los servicios fúnebres y el panegírico en honor al reverendo Clementa Pinckney, uno de las nueve personas masacradas el miércoles pasado, se encontrará a una comunidad y una nación llena de preguntas sobre el por qué del creciente racismo y actos de violencia en Estados Unidos.

No será primera vez que Obama –que ha denunciado el “persistente” racismo que “envenena” a los jóvenes- tenga que ofrecer consuelo a víctimas de la violencia derivada de las armas, o de la discriminación racial.

Mientras tanto, líderes del Partido Republicano, entre ellos la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, y el presidente nacional del partido, Reince Priebus, han pedido retirar la bandera confederada del Capitolio estatal en Columbia, como un primer paso para sanar las divisiones raciales en el país.

La bandera es símbolo de quienes, durante la Guerra Civil, abogaban por mantener la esclavitud y la segregación racial en el sur profundo de EEUU. Algunos supremacistas blancos la defienden como un símbolo de su “herencia” cultural.

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