Sacerdote ecuatoriano de Nueva York: “¡El Papa es mi amigo!”

El sacerdote ecuatoriano Hernán Paredes, que enseña en Manhattan, conoció a Francisco cuando llegó al seminario de los jesuitas en Argentina

Hernán Paredes tenía 21 o 22 años cuando llegó, con hambre y cansado, al seminario donde estudiaría en Argentina. Ahí lo recibió y lo abrazó un sacerdote jesuita que se transformaría en su director espiritual, su amigo y, tres décadas después, en el Papa: Jorge Mario Bergoglio. “Era mi primera vez saliendo fuera del Ecuador y era un niño chico. Llegamos hambrientos y Bergoglio lo primero que le dice al cocinero fue ‘¿tenés algo para comer?’ El cocinero no tenía nada, pero él se encargó de que algo nos hicieran”, recuerda el sacerdote.
En la actualidad el padre Paredes es profesor de una de las mejores escuelas católicas de la ciudad, el Loyola School, en el Upper East Side. Y, a pesar de la distancia, siempre ha buscado tiempo para mantener el contacto con el Pontífice. Estuvo en Quito con él durante la visita papal el pasado julio, y antes fue al Vaticano donde tuvieron un encuentro cara a cara. Pero también estuvo con Francisco pocos meses antes de que fuera elegido Papa, cuando aún era arzobispo de Buenos Aires.

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“Llegué y estuve con él en su oficina. Me preguntó de Nueva York. Hablamos del cardenal Dolan”, recuerda el padre Paredes. “Cuando Francisco fue elegido, Dolan se presentó y dijo `soy el cardenal de Nueva York´. Francisco le dijo ´yo ya sé sobre ti´. Quién le había hablado había sido yo. Lo poquito que conoce de Nueva York ha sido a través de nuestras conversaciones”.

El sacerdote dice que intentará ver nuevamente al Santo Padre en Nueva York cuando inicie su visita el próximo jueves, pero no se decepcionará si no lo logra. “Dudo que sea posible, pero me conformo. Ya he estado dos veces con él. Mejor que otros tengan la posibilidad de alegrarse con su presencia”, dice el sacerdote.
Paredes recuerda que cuando conoció al Papa en los ochenta, era un sacerdote regular que estaba lejos de los altos cargos que luego llegaría a ocupar. Era el director del seminario -conocido como el Colegio Máximo, en un barrio pobre de Buenos Aires-, aunque era alguien que no se quedaba sentado en una oficina o haciendo misas.

El padre Hernán Paredes cuando conoció al Papa en el seminario.
El padre Hernán Paredes cuando conoció al Papa en el seminario.

“Era una época muy difícil de la economía argentina. Bergoglio, como director de la casa, tenía que preocuparse que hubiera dinero para la electricidad, para el agua, para todo”, recuerda Paredes. El futuro Papa incluso debía cocinar para el centenar de estudiantes, cuando era el día libre de la cocinera. “Preparaba un buen asadito. También hacía una sopa de capeletti que es de lo más rico que he probado”, comenta el sacerdote, quien también recuerda a Pontífice tendiendo la ropa e incluso limpiando y dándole de comer a los cerdos. “Era un padre común y corriente, tratando de dar ejemplo a los jóvenes”, dice.
Lamentablemente, para el padre Paredes, después de un año los jesuitas lo cambiaron de posición y poco a poco fue tomando más puestos de autoridad. “Él siempre ha sido un líder nato. Es de esas personas que la ves y dices ‘yo quiero ser como vos’”, comenta el sacerdote, que, a pesar de todo, siempre mantuvo el contacto con él.

Paredes obsequió al Papa una gorra del Loyola School, cuando lo visitó en el Vaticano.
Paredes obsequió al Papa una gorra del Loyola School, cuando lo visitó en el Vaticano.

Cuando fue la elección del Papa Benedicto XVI, el padre Paredes esperaba que Bergoglio fuera uno de los candidatos, pero para la elección de marzo de 2013 ya no creía que fuera a suceder. El cardenal argentino, de hecho, le había dicho que estaba listo para jubilarse. “Pero el Espíritu Santo tenía otra cosa en mente”, comenta Paredes.
El día del humo blanco, el padre estaba en un show de Broadway con sus estudiantes. Apagó el celular y se olvidó del tema. Hasta que, en el intermedio, uno de sus estudiantes le dijo que habían elegido a un papa. “Él no podía pronunciarlo. Yo le quité el celular y leo el nombre de Jorge Mario Bergoglio. Me quedé sentado y lagrimeé un poco”, recuerda el padre Paredes, quien no pudo aguantarlo y gritó en español algo que espera que miles griten en los próximos días: “‘¡El Papa es mi amigo!’”.

Padre Hernán Paredes

Es en la actualidad profesor del Loyola School en el Upper East Side. Nació en Quito, Ecuador, en 1962. Entró a los jesuitas y luego estudió en Argentina y en Estados Unidos. Tiene dos magíster, uno en la Escuela de Teología de Weston y otro en Boston College.

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