Rubio y Cruz: descendientes de refugiados cubanos pero duros con los inmigrantes

Aunque Rubio es más moderado que Cruz, ninguno apoya una reforma integral ni habla en su campaña de los inmigrantes que tienen el camino más rápido y facil a la ciudadanía: los cubanos.

Marco Rubio y Ted Cruz, dos senadores desdencientes de inmigrantes cubanos que quieren restringir a otros inmigrantes.

Marco Rubio y Ted Cruz, dos senadores desdencientes de inmigrantes cubanos que quieren restringir a otros inmigrantes. Crédito: Justin Sullivan | Getty

Marco Rubio, senador de Florida, hijo de cubanos que inmigraron a Estados Unidos durante la dictadura de Fulgencio Batista en 1956, pareció secarse rápidamente una lágrima cuando el Papa Francisco habló este jueves ante el Congreso estadounidense, indicando que “casi todos descendemos de inmigrantes”.

Ted Cruz, senador de Texas, se presentó de la manera siguiente en el reciente debate de los precandidatos republicanos en California: “Soy Ted Cruz y  soy el hijo de una madre irlandesa- italiana y un padre inmigrante cubano que huyó de la opresión y llegó a Estados Unidos en busca de libertad”.

Ambos precandidatos hacen gala de sus orígenes y del valor que la inmigración de personas como ellos trajo a Estados Unidos. No obstante, cuando se trata de dictar el futuro de otros refugiados y de inmigrantes que han venido sin papeles, Rubio y Cruz no tienen planes tan generosos.

Cruz es el más duro de ambos en el tema migratorio. Durante el mencionado debate, Cruz dijo ser “el único candidato en esta etapa que nunca ha apoyado la amnistía, de hecho, que dirigió la lucha para detener un plan de amnistía masiva”.

Con “amnistía masiva”, Cruz se refirió a la acción ejecutiva propuesta por el Presidente Obama, para extender DACA a más jóvenes indocumentados y DAPA a los padres de ciudadanos y residentes legales. El senador hijo de papá cubano que nació en Alberta, Canadá, tampoco está interesado en una legalización de indocumentados y ha abogado por convertir al Servicio de Ciudadanía e Inmigración USCIS en una agencia que se dedica, por completo, “a la seguridad nacional”.

En vez de preocuparse por el destino de los niños centroamericanos que están viniendo por la frontera sur, Cruz los ha ligado a “la incapacidad del Presidente Obama de controlar la frontera” y a “narcotraficantes, abusadores infantiles y asesinos, que son quienes los trafican”.

Rubio, por su parte, ha dicho que apoya a largo plazo un camino a la ciudadanía para indocumentados pero según sus más recientes declaraciones, esto no ocurriría hasta que “aseguremos la frontera y modernicemos el sistema migratorio legal, quizá podríamos discutir un estatus legal dentro de 10 a 12 años”. Sin embargo, las cosas son muy diferentes cuando se trata de los inmigrantes cubanos que aún hoy en día, cuando Estados Unidos y Cuba han restablecido relaciones, siguen teniendo todas las facilidades para emigrar a Estados Unidos, por medio de la Ley de Ajuste Cubano y la política del “pie mojado, pie seco”.

Desde los años 60, más de un millón de cubanos se han acogido a la ley especial que permite que los que son ciudadanos de ese país y huyen de la isla reciban entrada legal, ayuda y permisos para trabajar y la tarjeta de residencia permanente después de 1 año y 1 día de haber entrado al país. Luego de ese tiempo, pueden hacerse ciudadanos en cuatro años, porque aunque el tiempo regular es cinco, se les reconoce retroactivavitamete desde el momento que pusieron un pie en el territorio americano.

Es el “camino a la ciudadanía” más directo y sencillo que existe hoy en día en las leyes de los Estados Unidos para personas que vienen sin tener aquí un familar, ni un trabajo, ni un patrocinador. Y es un privilegio que está en la mira de muchos, incluyendo algunos líderes cubanoamericanos, que piensan que ya es hora de hacer ciertas reformas a la “Ley de Ajuste Cubano” que se aprobó en 1966 en plena guerra fría.

“El proceso de obtener alivio migratorio para cubanos no se parece en nada a lo que tienen que pasar los refugiados de un país como Honduras”, dijo Josh Goldstein, un abogado de inmigración que representa a muchos clientes tanto cubanos como de otras nacionalidades desde su bufete en Boston. “El principal reto de los cubanos es el de llegar sanos y salvos a Estados Unidos, poner un pie en tierra o llegar a la frontera. De allí en adelante todo es sencillo. Pero una madre con hijos de América Central hace lo mismo y la ponen en centros de detención”.

Muchos están de acuerdo en que no todos los cubanos que vienen hoy en día son perseguidos políticos. Sobre todo tomando en cuenta que hoy en día, más de medio millón de cubanos que vinieron como refugiados, viajan a la isla cada año de visita, a ver familiares o de vacaciones.

“Muchos cubanos se han aprovechado de esta ley, mucha gente que no tiene nada que ver con la cosa política está usando esa ley para entrar. Habría que cambiar la ley para asegurarse que se da solamente a aquellos perseguidos políticamente o abolirla del todo”, dijo en una entrevista Jamie Suchlicki, director del Instituto para Estudios Cubanos de la Universidad de Miami.

Sin embargo, no se ha escuchado a Cruz o a Rubio en esta campaña hablar de los migrantes cubanos que obtienen entrada fácil, aunque no hayan sido perseguidos políticos. Goldstein señala que la Ley de Ajuste Cubano es “extremadamente generosa”.

“Puedes obtener una tarjeta verde (y camino a la ciudadanía) aunque hayas sido deportado, aunque no seas cubano ni hayas ido nunca a Cuba, mientras estés casado con un cubano”, dijo el abogado. “Es una reliquia de la Guerra Fría”.

Rubio ha hablado en el pasado de la necesidad de cambiar la ley, pero no se le ha escuchado ni una palabra sobre el asunto en las actuales elecciones, quizá porque el voto de muchos en Florida estriba en su defensa de los beneficios a los cubanos.

Aparte de la ley de Ajuste Cubano, los cubanos también reciben la inmensa mayoría de las visas de refugiados que van a países de Latinoamérica. De 4,439 visas para refugiados en el continente que se dieron en 2013, 4205 fueron para cubanos. Desde 1975, 120,000 personas han venido con visa de refugiados desde América Latina o el Caribe, y 80,000 de estos fueron cubanos.

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