Hitler, prostitutas y diésel: la polémica historia de Volkswagen
El escándalo de Volkswagen es apenas el primero de muchos que han tenido a la gigante de automóviles como protagonista durante su historia
No es la primera vez que Volkswagen está en boca de todos por malos hábitos.
A pesar de haber sido un apreciado símbolo de la economía social de mercado alemana, la compañía de automóviles ha sido foco de polémica desde el momento de su creación en 1937.
Y ahora que un escándalo por disfrazar los niveles de contaminación que emiten 11 millones de vehículos de motor diésel, la controversia vuelve a dominar las calles de Wolfsburgo, la ciudad que se erigió alrededor de la empresa.
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Después de que Martin Winterkorn renunciase el viernes, ahora se esperan detalles sobre sobre los modelos y la ubicación de los carros que no pasaron los controles ambientales y, sin embargo, se vendieron.
Mientras tanto, muchos recuerdan el origen indecoroso de la empresa.
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“Carro del pueblo”
Volkswagen fue creada por el Frente Alemán del Trabajo, una organización sindical alemana que surgió después de que el gobierno nazi aboliera los sindicatos tradicionales.
Se trataba de una productora de autos de lujo.
Luego, cuando compañías como Ford y Mercedes estaban produciendo modelos para las masas, Adolfo Hitler pidió a Volkswagen crear un “automóvil del pueblo”.
El carro tendría espacio para dos adultos y tres niños, motor trasero refrigerado por aire y se podría comprar a través de un plan estatal de crédito, que por sus malos resultados terminó siendo un estilo de subsidio.
Más de 300.000 personas entraron el plan.
Y así empezó la larga, exitosa y popular historia del Escarabajo, considerado uno de los carros más influyentes del siglo XX.
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Mano de obra esclava
En 1998, sobrevivientes del holocausto demandaron a más de 10.000 compañías austriacas y alemanas, entre ellas Volkswagen, por aprovecharse de las legislaciones del gobierno nazi que permitían el trabajo forzado.
La demanda se produjo cuando dos académicos alemanes detallaron cómo el fundador de Volkswagen, Ferdinand Porsche, quien fuera cercano al Führer, no solo aplicó cuestionables reglas de trabajo forzoso a sus obreros, sino también permitió el esclavismo que se le atribuye al nazismo.
Algunos empleados eran obligados a trabajar por largas jornadas y tenían expectativas de producción excesivas y de armamento, documentó la investigación.
La mayoría de la mano de obra, que era extranjera, fue sometida a golpes continuos, desnutrición y muerte prematura, reportaron los investigadores.
En el libro, titulado “Volkswagen y sus trabajadores durante el Tercer Reich”, se ven fotos de jóvenes mujeres, según éste soviéticas y polacas, trabajando descalzas en pleno invierno.
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Unas 20.000 personas de varios países europeos fueron forzadas a trabajar en las plantas de Volkswagen durante la Segunda Guerra Mundial, según reconoce la misma compañía.
Hasta 1998 Volkswagen se había negado compensar a las víctimas, alegando que la reparación era responsabilidad del Estado alemán.
Pero en 1998 la compañía lanzó un fondo para proveer ayuda humanitaria a los sobrevivientes del Holocausto.
Y, en 1999, construyó una exposición permanente en Wolfsburgo donde se hace homenaje a las víctimas y se documentan los crímenes.
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Alianzas con gobiernos militares
Esta semana, un grupo de extrabajadores de Volkswagen presentó una demanda civil contra la compañía arguyendo que durante el gobierno militar entre los años 1964 y 1985 los empleados supuestamente fueron torturados en una fábrica de Volkswagen en Sao Bernardo do Campo, cerca de Sao Pablo.
Volkswagen Brasil dijo que está investigando las acusaciones.
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“La empresa está en contacto con las partes involucradas para conocer sus versiones sobre los hechos cometidos por exempleados durante la dictadura militar”, dijo Volkswagen en un comunicado.
El año pasado una comisión del Parlamento brasileña encontró que el abuso a trabajadores durante el gobierno militar era frecuente, prácticas que dejaron más de 400 muertos y miles de víctimas de torturas y detenciones arbitrarias.
Los abusos se dirigían a sindicalistas y activistas de izquierda críticos del gobierno militar, que supuestamente tenían como cómplices a varias empresas entre ellas Volkswagen, que en Brasil tiene una de sus operaciones más grandes.
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Sobornos y prostitución
En 2005, Volkswagen fue el protagonista de uno de los escándalos sexuales de mayor impacto en la historia reciente de Alemania.
Más del 20% de las acciones de Volkswagen son públicas, del Estado noroccidental de Baja Sajonia, y son manejadas por miembros de un consejo federal.
Varios altos ejecutivos de Volkswagen, que además tenían cargos públicos y eran cercanos al gobierno central, tuvieron que renunciar en 2005 después de que se reveló que pagaron ilegalmente a miembros del consejo federal para que apoyaran una polémica serie de reformas y despidos en medio de una crisis financiera en la compañía.
Muchos de los sobornos se financiaron con el servicio de prostitutas alrededor del mundo que por su parte eran pagadas con dinero de la compañía.
Diez años después, el escándalo de los motores diesel se añadió a una historia de grandes éxitos y sonados fracasos.